Museo Balenciaga: romper para conciliar
Victoria Garriga y Toño Foraster (AV62) inauguran hoy su proyecto museográfico y de interiorismo para el Museo Balenciaga en Getaria (Guipúzcoa). Se trata de un diseño conciliador, y a la vez rompedor, que busca hacer convivir diversas partes, de distinto origen y autoría, para que se lean como un conjunto.
Expertos en montaje de exposiciones e interioristas de amplísimo recorrido, los arquitectos ganaron el concurso, que les ofrecía un antiguo palacete (Palacio Aldamar) al que, en el año 2001, le fue añadido un edificio duro de fachada acristalada que mantenía un diálogo hermético con el antiguo palacio, ya reformado y que, a su vez, sostenía una relación difícil con el pueblo donde nació el modisto Cristóbal Balenciaga. De ese problema partieron Garriga y Foraster a la hora de idear un interior sumando ambos edificios, que debía acoger un museo capaz de explicar la figura y la obra del vecino más ilustre.
Preocupados porque los cambios en el interior del museo no se anunciaran en la fachada ya levantada del nuevo inmueble, los arquitectos de AV62 trabajaron en un interiorismo que expande sus límites para contagiar al lugar con el nuevo uso de las instalaciones. Lo hicieron a partir de tres decisiones fundamentales:
Primero intentaron minimizar el nuevo edificio existente: lo envolvieron en una fachada de aluminio y disolvieron parte de su dureza ampliando el bosque vecino y sembrando trepadoras frondosas que, con el tiempo, envolverán y mezclarán las diversas partes del museo. Por dentro, el museo es un espacio pintado de negro en el que se fracturan las referencias con el exterior, se disuelven los límites espaciales y el clima es evocativo y escenográfico.
En segundo lugar, invitaron, desde antes de llegar a la puerta de acceso, a entrar al museo convirtiendo la fachada en puerta.
Por último, optaron por jugar con los recursos del interiorismo para crear circulaciones con los mostradores y expositores por las que hoy se mueven ya los visitantes del museo. Se trata de emplear los muebles como recursos arquitectónicos para articular el recorrido que mejor explica la colección y el edificio. “La idea también era acoger al visitante y darle una escala más humana al espacio de bienvenida”, cuenta Victoria Garriga.
Así, un gran pliegue en la nueva fachada de aluminio negro, ideada por AV62, convierte toda esa cara en puerta de acceso y anuncia un mundo interior de telas. Pero es el mueble de la recepción torsionado -que desvía la circulación y conduce a los visitantes- lo que los hace llegar hasta el fondo del edificio en lugar de desviarlos hacia la primera sala, –la que sirve de puente entre el antiguo palacio y el nuevo edificio-. En contraposición al pliegue de acceso, a esa sala se accede por una grieta. Así: un pliegue sirve para llegar hasta la obra del modisto y es una grieta la que sutilmente invita a colarse en el pasado del gran Balenciaga.
En este proyecto, la labor de los arquitectos ha sido también una obra de alta costura. Nada de remiendos. Aunque han tenido que coser las partes para sumar una obra, no un conjunto de partes, el museo se lee hoy como un único edificio. Y es el dinamismo interior lo que pone en el mapa un lugar capaz de explicar la obra y la figura mítica de un tipo que salió de Getaria para poder regresar así, a la casa grande, a explicar su historia con claridad.
Comentarios
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.