Boi Ruiz responde a las protestas por los recortes blindando la asistencia en los casos más graves y urgentes
El consejero de Sanidad catalán dice que las críticas de Miquel Vilardell son "respetables, como las de todo el mundo"
Acosado por las crecientes protestas de profesionales, sindicatos y usuarios, el consejero de Salud catalán, Boi Ruiz, ha querido dar hoy un paso al frente compareciendo de urgencia tras la reunión del Consell Executiu para informar de la aprobación de un acuerdo que "garantiza al 100% la atención urgente, la atención primaria y el tratamiento de enfermedades graves".
El anuncio, aunque puede interpretarse como una primera marcha atrás de Ruiz ante el revuelo causado por los recortes, tiene mucho más de simbólico que de real. En primer lugar, porque es obvio que ningún Gobierno puede siquiera plantearse dejar de atender a enfermos en estado grave o cuya vida corra un riesgo urgente. En segundo, porque es mucho menos lo que blinda el Departamento de Salud que lo que deja abierto a más recortes: listas de espera, consultas con médicos especialistas, pruebas diagnósticas, salud pública... Es decir, todo aquello que, aunque no suponga un riesgo vital urgente, tiene un gran impacto en la calidad de vida de los pacientes y, a largo plazo y según todos los expertos, supone un deterioro del estado de salud general de la población.
En un tono mucho más moderado del que ha utilizado las últimas semanas, Ruiz, escoltado por el portavoz del Gobierno catalán, Francesc Homs, ha asegurado que el Ejecutivo rechazará los planes de recorte ideados por los hospitales que no cumplan con la premisa básica del acuerdo aprobado hoy. "Revisaremos y serán reconducidos todos los planes que no se ajusten a estos criterios", ha asegurado en tono tranquilizador, pese a lo que no ha evitado lanzar al aire un reproche por lo que considera el "injustificado revuelo" causado por sus recortes.
El objetivo de la comparecencia de hoy era pacificar los conatos de rebelión que se han dado los últimos días en el sector sanitario. Ruiz ha querido negar rotundamente que esté en peligro el consenso básico que ha rodeado el sistema sanitario público catalán desde 1980 entre los grandes partidos, sindicatos y patronales. "No será un Gobierno de Convergència i Unió (CiU) quien rompa este consenso". Respecto a las duras críticas recibidas ayer del presidente del Colegio de Médicos, Miquel Vilardell,y principal asesor sanitario del presidente Artur Mas, Ruiz se limitó a señalar que "es una opinión respetable, como la de todo el mundo".
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