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Blogs / Cultura
Del tirador a la ciudad
Coordinado por Anatxu Zabalbeascoa
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Las celosías de Foster

Anatxu Zabalbeascoa

 

El primer edificio que Norman Foster inaugurará este año forma parte de un mundo que quiere ser nuevo y para hacerlo rebusca entre lo de siempre. Foster ha diseñado el escenario para que el mercado central de Abu Dabi cambie de mercancía sin cambiar de naturaleza. ¿Será posible? El arquitecto británico ideó en uno de los barrios más antiguos de la ciudad un mercado que explica así: “Hemos querido huir de la idea del centro comercial global para hacer de la tradición vernácula una propuesta para el mundo”. Su conjunto de edificios de mediana altura, con un parque público de jardines en la azotea, con claustros, tres torres arrinconadas, para no molestar, y mucho aparcamiento subterráneo cuenta con varios de los elementos característicos de la arquitectura islámica: celosías y pérgolas, arcilla y ventilaciones naturales. Así, el propio arquitecto ha descrito el proyecto como un “microcosmos que unirá lo ordinario y el lujo, la artesanía y la comida”. Y será cierto que los bolsos de Gucci se compren al lado de las frutas, pero también lo es que el conjunto permitirá otro tipo de convivencia, la que da la mano a las oficinas y los comercios, a las boutiques y a los hoteles. ¿Habrá espacio para un mercado tradicional?

La convivencia tipológica ordenada está más cerca de los proyectos llegados con paracaídas que de los mercados tradicionales, en los que lo que abunda es el caos y las formas, siempre cambiantes y en realidad “deformadas”, son todo menos contenidas y precisas. El nuevo y pulcro mercado de Abu Dabi ambiciona, además, convertirse en centro urbano. Parte con la ventaja de su emplazamiento, en uno de los barrios más antiguos, y deja claro la idea de convivencia sobre todo comercial que Foster lee en un centro urbano.

El ambicioso doble idioma de convivencias de Foster está también presente en la escala del proyecto, que, con las torres agrupadas contribuye a definir un nuevo skyline para la ciudad al tiempo que con los patios, las terrazas y las áreas porticadas quiere acercarse a la escala humana del usuario.

Como muchos de los trabajos del último Foster, este mercado alcanza una escala internacional con ideas tradicionales como la ventilación natural y los edificios consumidores de energía limpia. Que el futuro eche mano de la tradición para solucionar los problemas del pasado reciente da que pensar. Y exige que lo hagamos.

 

Comentarios

Me gusta mucho el estilo de Foster...
Foster hace mucho tiempo que está acabado. Su estudio se limita a producir vulgar arquitectura comercial.
No me producen ninguna emoción estas imágenes. Si esto es lo que tiene el proyecto que ofrecer, poco es.
Entre esto y el artículo tan caduco firmado por Foster hace una semana para este periodico, me dan a entender que vive de las rentas del pasado, no que recupera el pasado para la arquitectura del futuro.
Me parece mucho más interesante que los habituales centros comerciales que proliferan por todo el mundo, por todos los climas, por todas las culturas...una apuesta por concebir la arquitectura como una actividad desligada de la producción en serie
¿Foster está acabado? Para nada. Simplemente ha llegado el momento en el que puede hacer lo que le da la real gana sin importarle la opinión "externa". Y eso, nos guste o no, está a la altura de unos pocos.
Realmente muy, pero que muy pocas, de las obras del estudio de Foster merecen la pena, nunca han sido innovadores, antes aún tenían el valor de una alta calidad constructiva, pero al convertirse en una multinacional han perdido ese gusto por el detalle y han ahondado en las propuestas convencionales.
Den una vuelta por aquí. Es gratis: http://elojoajeno.wordpress.com/
Casualmente anoche vi un documental sobre los centros comerciales, sobre su significado de vertebración de una ciudad y también sobre su capacidad para constituirse en símbolo de los valores sociales de nuestros días.Antes de nada, y desde el punto de vista meramente técnico y creativo, decir que los centros comerciales les ofrecen a los arquitectos unas posibilidades que ningún otro edificio tiene en la actualidad. Que puede ser apasionante hacerlos.Pero el documental incidía especialmente en el carácter simbólico de los mismos. En resumen se afirmaba que eran los nuevos lugares sagrados de nuestra cultura, al ser los espacios donde se reune la población para participar de los valores colectivos. En los centros comerciales es frecuente que sigan unas pautas que toman elementos simbólicos de las antiguas catedrales. Por ejemplo, el simbolismo del agua. En todos hay fuentes, estanques...donde el consumidor se sentirá renovado y se dejará llevar por el fluir del líquido. En todos hay también una gran claraboya central, donde la luz tiene el mismo simbolismo que en los templos. Todos tienen proporciones enormes, con altos techos, para hacernos sentir nuestra pequeñez y por tanto para aturdirnos y ser más fácilmente influenciables...Y así otras características...En USA, donde comenzaron, las calles de las ciudades están vacías, pero los centros comerciales llenos. Se ha intentado, y conseguido, que la vida comunitaria de la ciudad se articule en torno a ellos, ofreciendo la imagen de espacio abierto, público e inocuo. En realidad son espacios privados, con un fuerte control de seguridad, y con la única misión de hacer negocio. Pero los arquitectos intentan, y lo consiguen, que todo esto no sea percibido. En Kuwait, se está proyectando una nueva ciudad con capacidad para 60000 habitantes de altos ingresos cuyo centro social será un enorme centro comercial. En la India los pequeños negocios tradicionales están siendo perseguidos, acosados, pues suponen una competencia para esas nuevas catedrales del consumo que intentan levantar allí, lo que está suponiendo la degradación social y económica de las clases medias formadas por pequeños comerciantes, artesanos, etc...El movimiento es imparable y los arquitectos reconocidos mundialmente por estas construcciones no dan abasto. Seguirán por los países del Este y el tremendo mercado chino.Centros comerciales, el signo de los tiempos.
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