Herrera pide el voto para detener las "ganas de venganza" de CiU

"La derecha viene con ganas de venganza y hay que pararla", ha clamado esta mañana Joan Herrera en el mitin central del partido, que ha reunido a 1.200 personas en un cine de Barcelona. Esa ha sido una de las razones esgrimidas para pedir el voto para Iniciativa-Esquerra Unida, seguida de un llamamiento a los electores progresistas que piensan en abstenerse o en votar en blanco. "Ninguno voto de izquierdas puede acabar así. O renunciamos, o decidimos", ha dicho Herrera, tras repetir otra vez el mensaje que lanzó el primer día de campaña: que ICV-EUiA es la izquierda que no se resigna y con esperanza, la palabra de identifica su campaña electoral sobre un fondo verde. Esta mañana no ha faltado nadie: diputados, cargos municipales, la dirección y diversos militantes de todos los partidos que integran la coalición, las juventudes ataviadas con sus banderas rojas en un lateral de la sala e ilustres simpatizantes, como el ex fiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo o la historiadora Anna Sallés. Y los consejeros Joan Saura y Francesc Baltasar, a quién Herrera sí que ha citado hoy por su nombre varias veces al recordar su obra de gobierno.

"No lo hemos hecho todo bien, seguramente hemos cometido errores, pero hemos cambiado la realidad del país", ha dicho en su intervención final tras repasar la gestión de los Departamentos de Interior y Medio Ambiente y Vivienda. Pero, a renglón seguido, ha arremetido contra CiU porque, en su opinión, no les preocupa el bienestar de la población, sino el de las concesionarias de las autopistas, o contra el "salvaje PP de Sánchez Camacho, el PP de la Gürtel y de la guerra, el PP del miedo".

También por primera vez en lo que va de campaña, Herrera se ha declarado expresamente heredero "de la gente que viene de lejos, de los luchadores del PSUC, de su testimonio antifranquista". Era poco menos que un reconocimiento obligado después de que el presidente de ICV, Joan Saura, citara con un tono apagado y un visible cansancio, varios de los iconos de lo que fue el histórico partido de los comunistas catalanes: Joan Comorera, Gregorio López Raimundo, Antoni Gutiérrez Díaz o Jordi Solé Tura. Pero también Paco Candel, Miguel Núñez, Cipriano García, Vázquez Montalbán o Montserrat Roig.

"Hemos recibido un legado y hemos de conservarlo y ampliarlo", ha pedido Saura, tras recordar, el balance "absolutamente positivo" de los siete años de la izquierda en la Generalitat, "de la que me siento muy orgulloso". En la intervención de Herrera no ha habido hoy ni un reproche al Tripartito y ni una sola alusión a José Montilla. La dosis de crítica a los socialistas se la ha llevado José Luis Rodríguez Zapatero, de quien ha dicho que es una "máquina de desafección" y que representa la "izquierda resignada".

De los cabezas de lista por el resto de circunscripciones el que no decepcionó al auditorio fue Joan Boada (Girona), como era previsible, quien arremetió contra CiU, de quien dijo que quieren llegar a la plaza de Sant Jaume para hacer de Cataluña un negocio. Y ha citado todos los casos de corrupción de los últimos años: Turismo, Pallerols, Treball y Millet. Jordi Miralles, el número tres por Barcelona, ha dicho, fiel a sus juegos de palabras habituales en los mítines, que Mas no es el candidato de la Cataluña mejor, como dice su eslogan, sino de la Cataluña Millet, de la Cataluña del 4%.