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Nueve horas de pedradas y cócteles molotov en Melilla

Decenas de jóvenes protestan por no haber sido admitidos en las listas de los planes de empleo público

Contenedores ardiendo y barricadas cortando la carretera principal que da acceso al barrio más pobre de Melilla, La cañada de Hidún o La cañada de la muerte. Este es el panorama que, desde las cinco de la tarde de ayer y hasta la madrugada, se ha vivido a consecuencia de unas protestas contra los planes de empleo que se han saldado con destrozo de mobiliario urbano, roturas en vehículos y un policia nacional herido.

Los disturbios, originados primero en La cañada, se trasladaron después al barrio de Cabrerizas, donde tras el incendio de contenedores, se dirigieron a otra de las zonas colindantes, el llamado Monte de María Cristina. El incendio de basura, contenedores, papeleras y todo tipo de objetos sirvió para hacer barricadas que impedían en esta ocasión la entrada y salida de los camiones de recogida de basura desde su garaje y centro de operaciones de la zona.

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Pasada la medianoche, y ante la dimensión que estaban alcanzando las protestas, un grupo de antidisturbios de la Guardia Civil acudió en apoyo de la Policía Nacional. La actuación conjunta de estos agentes pudo reducir, pasada ya la una y media de la madrugada, a los manifestantes.

Los tres son barrios de población principalmente musulmana, sobre todo la Cañada, donde se da el mayor índice de paro y de fracaso escolar entre los jóvenes, que protestaban porque no habían sido admitidos en las listas de los planes de empleo que dependen de la delegación del Gobierno y del Servicio Público de Empleo.

10.000 parados

A principios de año, cuando se anunciaron que se iban a poner en marcha los nuevos planes para este año, se habló de un macro programa para cuatro mil personas, lo que aumentó la expectativa de trabajo en una población con diez mil parados, casi el 20% de los habitantes. La crisis hizo que el número de 4.000 se quedara en casi la mitad. Y las continuas exigencias de sindicatos y del grupo popular para que las listas de admitidos se hicieran públicas ha desvelado a los aspirantes "que hay familias en las que hasta cuatro miembros han sido admitidos y van a trabajar en breve. Y otras que se quedan sin un salario que entre en casa", comentaba Habiba, uno de los manifestantes. Además se quejaba de llevar tres años en paro mientras ve como sus amigas "tienen la suerte de que son contratadas cada año. Y por eso yo creo que hay enchufe, que si tienes amigos te colocan en estos planes de empleo".

En un número más cerca del centenar que de la veintena de la que hablaba la escueta nota oficial de la delegación del Gobierno, se concentraban en la entrada de La cañada de la muerte a primera hora de la tarde con la intención de plantear una acción conjunta de los que se sentían "engañados porque nos dijeron que por lo menos habría un salario por familia". La aparición de la Policía Nacional para impedir que la concentración derivase en más, como había ocurrido con el conato de la tarde anterior, hizo que se desataran los ánimos y comenzó la lluvia de piedras por parte de los manifestantes contra una policía que utilizó material antidisturbios. En ese enfrentamiento un miembro del cuerpo fue alcanzado por una de las piedras que le hirió en la cara.

Algunos de los manifestantes se presentaron con pasamontañas o con pañuelos que les tapaban la cara, incluso con escopeta de perdigones en mano "para defenderme de todo el que venga a atacarme", comentaba Hamed, de unos veinte años de edad, con una camiseta que le cubría el rostro y con una antorcha en la mano con la que iba prendiendo fuego a los contenedores previamente puestos atravesando la calzada.

Además de los contenedores, quemaron ruedas, y tiraron escombros para impedir el paso a lo largo de toda la calle principal. Portaban una pancarta en la que pedían un trabajo digno. "Hay muchos jóvenes aquí que no tienen otra salida que la venta de droga o el robo -añade Husseisn, que sirvió en el Ejército español en el Aaiún- ellos necesitan trabajar para sacarlos de la calle y en vez de a estos jóvenes le han dado trabajo a mujeres con más de cincuenta años".

Tras un diálogo con el Comisario jefe, José Manuel Calleja, quien hizo de intermediario con la delegación del Gobierno, los manifestastes comenzaron los disturbios en un barrio adyacente, Cabrerizas, donde continuaron con el mismo modus operandi de quema de contenedores y bloqueo de paso. Apedrearon los coches de la policía rompiendo las lunas de algunos de ellos e impidieron la entrada de los bomberos que llegaban para sofocar el fuego. Una lluvia de piedras también recibió a los cuerpos y fuerza de seguridad.

Los planes de empleo han sido duramente criticados por el retraso en su puesta en marcha desde que se aprobaron hasta que se anuciaron las listas de admitidos el pasado fin de semana. El Partido Popular en el Gobierno local acusaba a la Delegación del Gobierno de "jugar con el hambre de las personas porque están retrasando la puesta en marcha de los mismos para coincidir con las elecciones", aseguraba el portavoz Daniel Conesa. Y es que si los planes de empleo comienzan en diciembre, como se comentó desde el SPEE, estarán en marcha en mayo, fecha de las elecciones locales.

En los pasados comicios locales, el Partido Popular denunció la entrega de cartas en plena campaña electoral que indicaba a sus destinatarios que habían sido preseleccionados. Cuando las elecciones pasaron, los supuestamente preelegidos se presentaron ante la delegación del Gobierno para denunciar "el engaño para conseguir el voto". El Partido Popular denunció los hechos en el juzgado. Hechos que están en proceso de investigación.

Un grupo de jóvenes levantaron barricadas en Melilla como protesta por lo que consideran una adjudicación de plazas de empleo públicas amañada.
Un grupo de jóvenes levantaron barricadas en Melilla como protesta por lo que consideran una adjudicación de plazas de empleo públicas amañada.EFE

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