_
_
_
_
Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La complicada y polémica sucesión de Lula

Juan Arias

A menos de tres semanas para que los brasileños decidan en las urnas, el próximo 31 de este mes, quién va a recoger el bastón de mando del carismático y popular presidente Luiz Inácio Lula da Silva, su sucesión aparece compleja y polémica. Si hace solo un mes nadie habría dudado de que la contienda se iba a liquidar en el primer turno a favor de la candidata escogida por Lula, la ex guerrillera Dilma Rousseff, y se calculaba que el presidente saliente podría transferirle por lo menos un 51% de su popularidad -que roza el 80%- hoy pocos son capaces de hacer previsiones.

La decisión inesperada de los más de cien millones de electores que acudieron a las urnas, que prefirieron una segunda vuelta y tener más tiempo para reflexionar, dejó perplejos y preocupados tanto al mismo Lula, que guardó silencio durante 48 horas, como a todo el Gobierno, que había preparado ya una gran fiesta en Brasilia para celebrar la victoria.

La candidata oficial había incluso posado para los fotógrafos el día anterior a las elecciones para ilustrar las portadas de revistas y periódicos, al parecer incluso envuelta en la bandera nacional. De ahí que el presidente del Partido de los Trabajadores (PT, la formación de Lula y de Dilma), Eduardo Dutra, haya reconocido públicamente "la frustración de la militancia".

Los últimos sondeos, en vísperas del primer debate en la televisión la noche del domingo, echaron un nuevo jarro de agua fría sobre los seguidores de Rousseff, ya que, a pesar de seguir encabezando los sondeos, la distancia entre ella y su adversario político, José Serra, se había estrechado preocupantemente, pasando de una diferencia de 22 puntos ?en las encuestas que simulaban un segundo turno? a solo siete (48 contra 41). En la práctica le bastarían ahora cuatro puntos más al candidato opositor para sobrepasar a su adversaria.

A ello puede deberse el cambio copernicano que ha ofrecido el debate del domingo. En vez de una Rousseff toda "paz y amor", que profetizaban sus mismos correligionarios el día anterior, cuando la ex guerrillera se encontró frente a frente con su adversario ante millones de telespectadores, la candidata se lanzó al ataque desde la primera pregunta, acusando a Serra de haberle organizado, sobre todo en Internet, una campaña "de difamación llena de mentiras y calumnias".

A partir de ahí el debate se convirtió en un verdadero duelo que duró dos horas. La ex ministra ha sido retratada como una mujer dura, de carácter, capaz de enfrentarse a quien sea, y Serra, antes de acabar el debate, comentó: "Ya han visto ustedes la agresividad de Dilma, lo que revela cómo ella es de verdad".

Lo que ha sorprendido a los analistas es que Rousseff, que está en cabeza en los sondeos y tiene mayores posibilidades de victoria, hubiese decidido ir al ataque "como una fiera herida". Quien no conociera la realidad de los números habría entendido que la calma firme de Serra contra la visible agresividad de Rousseff había hecho pensar que él era el ganador y ella la perdedora en las encuestas.

Rousseff se ha sentido víctima de una dura campaña lanzada contra ella por la Iglesia católica y por las sectas evangélicas por haber comenzado defendiendo la necesidad de la despenalización del aborto y después haber cambiado de opinión para no perder los millones de votos cristianos.

Lula ha salido en los programas de televisión para decir que su candidata está siendo objeto de calumnias como las que él sufrió cada vez que se presentaba a las elecciones, insistiendo en que Brasil, después de haber llevado al poder a un obrero, ahora debe elegir a una mujer.

Lo cierto es que la oposición, desunida, desanimada y poco confiada durante la primera vuelta, ha levantado cabeza y hasta sueña con el milagro de "derrotar a Lula", en alusión a que una derrota de Rousseff sería su propia derrota.

Pero Lula es mucho Lula y su gran ingenio político podría aún acabar consiguiendo lo que él calificó como "lo más importante de su presidencia", es decir, elegir a su favorita, que le aseguraría la continuación de su proyecto político, denominado ya lulismo.

El 31 próximo las urnas resolverán definitivamente el enigma.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_