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Ucrania investiga la posible participación de policías en la desaparición del periodista Vasili Kliméntiev

Vasili Kliméntiev, director del semanario Novy Stil(Nuevo Estilo) de la ciudad ucrania de Járkov está desaparecido desde hace dos semanas. Su desaparición ocurrió después de que recibiera amenazas por haberse negado a aceptar dinero para no publicar un reportaje sobre un fiscal regional que se hacía sobornar para cerrar casos criminales. El presidente, Víctor Yanukóvich, ordenó hace una semana a "los órganos del orden público de la provincia de Járkov y de toda Ucrania hacer lo posible y lo imposible para encontrar al periodista" y la OSCE, el miércoles pasado, hizo pública su preocupación por la desaparición de Kliméntiev.

La última vez que se vio a Kliméntiev con vida fue el 11 de agosto, cuando, al salir de su casa, se subió con un hombre no identificada a un auto BMW plateado. Se teme que el periodista haya muerto, ya que el 17 de agosto unas personas que estaban de vacaciones en el embalse de Pechenezh, en el río Donets del Norte, encontraron su móvil en una lancha a la deriva.

Ahora el ministro del Interior, Anatoli Moguiliov, ha dicho que "funcionarios de las agencias del orden público, tanto antiguos como en servicio, pueden estar involucrados en el caso". Entre dichas agencias figuran la policía, la fiscalía, las tropas del Interior y fuerzas especiales de seguridad.

El caso de Kliméntiev es especialmente delicado en Ucrania, donde todavía no se está fresco en la memoria de la gente el asesinato de otro periodista, Gueorgui Gongadze, ocurrido en el año 2000. Gongadze, como Kliméntiev, escribía sobre casos de corrupción y pasaron meses antes de que su cuerpo decapitado fuera encontrado en las afueras de Kiev, la capital ucrania.

El asesinato de Gongadze provocó numerosos actos de protesta, ya que se acusaba al entonces presidente Leonid Kuchma de estar involucrado en el horrible crimen. Los autores materiales de la muerte de Gongadze resultaron ser dos oficiales de la inteligencia de la policía criminal, pero los que encargaron el asesinato aún no han sido descubiertos.

De ahí que Yanukóvich se haya esforzado por demostrar que él no tiene relación alguna con la muerte de Kliméntiev, un periodista que desemascaba la corrupción de funcionarios del actual régimen, y haya ordenado al ministerio del Interior investigar concienzudamente el caso.

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