Instrucciones para subir una escalera. (Un paseo)
1. Palabras clave. Caminar hacia la taquilla, caminar hacia la entrada, pasar el control de seguridad, entrar en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Las palabras clave son: Nacional y Reina. Tal vez Museo.
2. La versión oficial. La exposición, en la planta baja, se llama Principio Potosí, una relectura crítica de los orígenes de la globalización y la modernidad. El montaje -un dédalo de andamios, escaleras, celosías, textos y prismáticos- invita, por fin, a que la relectura no se quede sólo en el contenido y se extienda también a la forma tradicional-lineal de ver una exposición. Todas las opciones están abiertas (¡por fin una relectura crítica!) hasta que alguien pone en las manos del visitante un folleto de 36 páginas subtitulado Guía de exposición. Está lleno de imperativos: no se apresure, antes de proseguir observe la imagen con calma, diríjase hacia la derecha de la imagen y observe primero… Cada paso está numerado. No hay, pues, manera de perderse. Ni de perderse la versión oficial.
3. El edificio más alto de San Petersburgo. El número cinco es el vídeo La Torre: Songspiel. Dice la guía: “Se trata de un vídeo sobre la máscara-carácter de la nueva oligarquía rusa”. El punto de partida de la película es la decisión de construir el edificio más alto de San Petersburgo, la oficina de la corporación estatal Gazprom. La guía: “La torre Gazprom es obra del consorcio emiratí Arabtec. Tanto Gazprom como Arabtec son, claramente, en tanto consorcios, organizaciones criminales internacionales. ¿Cómo puede representarse una normalidad conservando la indignación? Vea la película”. Palabras clave: “consorcio”, “criminales” y “en tanto”. La exposición quiere producir dudas (la modernidad bastarda) y una de ellas es la de si habrá algún consorcio (en tanto consorcio) entre los patrocinadores del museo.
4. El teléfono de Jean Nouvel. Número 31: “Human Rights Watch, entretanto, ha publicado un dossier propio acerca de las condiciones laborales en las obras en construcción de la isla Sadiyaat, el prestigioso proyecto de Abu Dhabi que integra sedes del Museo Guggenheim y del Louvre. La organización ha enviado cartas a los museos y a los arquitectos, por ejemplo, al estudio de Jean Nouvel, exigiendo que se acabe con estas condiciones laborales y no ha recibido respuesta”. Las palabras clave: “condiciones laborales”. La duda: por algún lado debe de andar el teléfono de Jean Nouvel; él diseñó la sala que alberga la exposición.
5. La posesión de la verdad. La Guía de exposición se cierra con un epílogo: “La pintura colonial atestigua algo que sabemos: que no existe forma de expresión artística (de lenguaje colonial) que no sea falsa, que no sea prestada, tergiversada y rumiada por el poder, que no sea, a fin de cuentas, híbrida. Y debe demostrarse que a estas formas de violencia siempre es posible infligirles un desvío, un (détournement) [sic] de sus propias demarcaciones y de sus propias imágenes, aunque sólo sea temporalmente. Esta labor puede suponer formas de intervención política unilaterales y polémicas, intromisiones ilegítimas, cuya posibilidad y cuya libertad se deben precisamente a la renuncia de la posesión de la verdad”. Las palabras clave: “rumiada por el poder”. (La duda): de lenguaje colonial.
5. En la calle. Penúltima entrada de la guía: “Ahora: tome la hoja, guárdela rápidamente en el bolsillo, tome carrerilla, atraviese corriendo los puestos de seguridad, los controles de rayos, cruce la primera y la segunda entrada, el patio, pase por delante de esas fauces gigantes de la cafetería, escúrrase por allí, por el hueco de la puerta… y ya está fuera, en la calle”. En la calle, en la Ronda de Atocha, por ejemplo, en una de las fachadas laterales del Museo Nacional Centro de Arte Etcétera. Allí, bajo una de las escaleras exteriores proyectadas por Jean Nouvel solía pasar las noches de invierno un hombre protegido por cartones y por la propia escalera. Un día del pasado mes de febrero, el hueco apareció cerrado con una reja y un candado.
Comentarios
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.