Los familiares aguardan noticias en la Ciudad de la Justicia
"Lo peor está por llegar pero estamos trabajando para que asuman lo ocurrido", dice una psicóloga
"Sólo llevaba seis meses aquí. Había estado luchando durante diez años para venir", ha explicado esta mañana Silvia, madre de Diego C., uno de los desaparecidos, de origen ecuatoriano, en el accidente ferroviario de Castelldefels, en el que murieron 13 personas arrolladas por un tren al cruzar la vía. "Su hermano y su primo iban con él cuando cruzó las vías", explica.
El hermano de Diego, Javier, de 19 años, cruzó la vía y una vez pasó el tren fue a buscar a su primo y no lo encontró. "No conocíamos el paso subterráneo", afirma Javier. Diego vivía con su familia en Trinitat Vella (Barcelona). El joven de 24 años estudiaba catalán con el fin de encontrar un trabajo. "Su sueño era trabajar de informático", explica Javier.
Silvia se encuentra en la Ciudad de la Justicia de Barcelona donde decenas de personas esperan a lo largo del día de hoy recibir la confirmación de que sus familiares se encuentran entre las víctimas del accidente ferroviario ocurrido la noche de San Juan. Las autoridades han habilitado una sala en el recinto judicial donde unas 40 personas reciben apoyo psicológico. "Están muy tranquilos para la situación que se les viene encima. Lo peor está por llegar pero estamos trabajando para que asuman lo ocurrido", afirma Mercedes Val, coordinadora del Servicios de Emergencias Médicas. "Es sorpredente cómo lo están llevando, están bastante enteros".
La Ciudad de la Justicia ha recibido esta mañana un goteo de familiares a medida que concluían las identificaciones de los cuerpos. La zona junto alInstituto de Medicina Legal se ha convertido en un ir y venir de personas visiblemente afectadas por la tragedia. Prácticamente no hay falsas alarmas. La mayoría de los que esperan son conscientes que han perdido a un familiar. El cónsul general de Ecuador, Freddy Arellano Ruiz, ha relatado que la situación de las familias de los desaparecidos es "angustiosa", porque "la identificación es lenta" y "nadie da información oficial hasta que los forenses no finalicen su tarea".
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