Arquitectura para leer
Mañana empieza la feria del libro de Madrid. Les animo a que se entretengan, diviertan, asusten, admiren o enfaden leyendo. Recorridos urbanos y humanos. Ideas arquitectónicas y diseño escrito en libros en los que no echarán en falta los santos. Lo que sigue es una pequeña guía, más de entretenimiento y puñetazo que de erudición, sobre algunos ensayos recientes, o de reciente reedición.
En los libros en los que en primer o en segundo término se habla de arquitectura y diseño, una palabra puede valer más que mil imágenes. Estas son mis recomendaciones para todos los públicos. Les animo a prolongar la lista.
El lenguaje de las cosas, de Deyan Sudjic (Turner). Traducción de María Álvarez Rilla La moda, y todas sus maldades, como camino de perdición en la arquitectura y del diseño. Sudjic cree que la influencia de la moda en una sociedad como la nuestra, tan ansiosa de novedad, puede acabar con la cultura en todos los sentidos tradicionales del término. El arquitecto parte de la concepción ética del diseño, que trataba de mejorar la funcionalidad y de evitar la redundancia visual, para argumentar que la facilidad de producción conduce a un menor sentido de la responsabilidad y que la abundancia lleva a la superficialidad. Según él fueron los publicistas norteamericanos de la década de 1930 los que eligieron el camino del consumo para sacar al mundo de la Gran Depresión. El resultado es la relación circunstancial que hoy tenemos con nuestras posesiones: “El deseo se esfuma mucho antes de que el objeto envejezca. En apenas dos décadas hemos pasado de adquirir objetos para toda la vida (cámaras, máquinas de escribir) a comprar piezas diseñadas con un ciclo de vida de meses. En ese plazo no se establece ningún tipo de empatía con el objeto poseído y por eso no tenemos pertenencias de uso cotidiano que sean significativas”.
Tras patearse las calles de Londres en busca de Jack el destripador y las de Manhattan, en aras de la amistad, la reflexión y los martinis, el periodista Enric González cuenta sus cinco años en Roma a través de los escenarios de una ciudad inagotable. Urbanísticamente el libro retrata la propia ciudad: cimientos romanos, fachadas renacentista, afeites barrocos, secretos paganos y racionalismo fascista iluminados, todos, con una bombilla de 60 watios. El acierto de este admirado periodista es construir el retrato inabarcable de Roma a través de los personajes que, singulares y arquetípicos, contribuyen con naturalidad cotidiana a la eternidad de la ciudad. Para los fans de González, éste tiene también un maravilloso cuento infantil, La calle del fantasma (A buen Paso), que, ilustrado por Riki Blanco, recorre barrios, niñez y miedos para llegar a conclusiones similares a las de Sudjic pero en boca de un niño.
La crónica de la España del pelotazo en versión arquitecto estrella. Adivinen quién se lleva la palma en el repaso del antiguo redactor jefe de cultura de La Vanguardia. Llàtzer Moix escribe con sorna y sin piedad sobre Calatrava. Con distancia sobre Eisenman. Con humor sobre el estilo neocavernícola de Zaha Hadid, con información privilegiada sobre Celestino Corbacho dispuesto a transformar la ciudad de L’Hospitalet en una nueva Manhattan. Y con admiración sobre el alcalde de Palafolls, rechazando proyectos de arquitectos estrella llegados hasta el pueblo a regañadientes porque les había pedido “una obra única, no una copia”. Se reirán y sorprenderán. El libro es el retrato tragicómico de los años de la resaca arquitectónica. Un tiempo en el que la arquitectura y la construcción mandaban en la economía y, por lo tanto, en las políticas locales y nacionales.
Traducción de Ursula Ojanen, Ismael García y Moisés Puente
“El arquitecto debería considerar cada vez más que le corresponde la tarea de humanizar la tecnología”. Eso pensaba Alvar Aalto en 1967. Pero le costó llegar a esas conclusiones. Juhani Pallasma ha seleccionado y editado una serie de entrevistas que construyen un fascinante retrato poliédrico del gran arquitecto finlandés, uno de los indiscutibles de la historia. De un lado, la selección revela las ideas del proyectista. De otro, Pallasma explica la trastienda de los textos: desde un Aalto que redactaba las preguntas y respuestas de sus entrevistas en los años 20 y 30 -en los que le cegaba su proyección internacional y contestaba cosas del tipo “volar es la única manera aceptable de viajar para un hombre moderno civilizado, pues los trenes y los ferrys están repletos de todo tipo de gente, mientras que en los aeroplanos sólo se encuentra gente selecta en cuya compañía uno nunca se sentiría avergonzado”-, hasta un Aalto último, silencioso y reflexivo que pensaba que eran sus edificios los que debían hablar por él.
La redición de dos clásicos del nuevo periodismo en un único volumen, con nuevo prólogo de Oscar Tusquets, continúa haciendo tambalear las creencias menos cuestionadas. La teoría como pobre herramienta para explicar lo inexplicable o las limitaciones como motor para la creatividad están presentes en estos dos ensayos que hicieron del arte, y de la arquitectura, un acontecimiento social. Ácidos e hilarantes. Los revolucionarios arquitectos de la Bauhaus pasan de huir de la arquitectura que huele a burguesía a hacerse con los encargos de la élite norteamericana. Alta comedia en un texto mordaz y discutible, pero absolutamente vigente.
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