46 años de cárcel para el etarra Capullo por el asesinato de Cuesta hace 28 años

La Audiencia Nacional ha condenado a 46 años de prisión al etarra José Antonio Zurutuza, Capullo, por el asesinato a tiros en 1982 de Enrique Cuesta Jiménez, delegado de Telefónica en Guipúzcoa, y de su escolta, el policía Antonio Gómez. El tribunal ha rebajado en 14 años la petición del fiscal y ha recogido el voto discrepante de uno de los magistrados de la Sección Primera de la Sala de lo Penal, quien considera que las pruebas incriminatorias contra el terrorista, que cometió el crimen como miembro de los Comandos Autónomos Anticapitalistas, debieron anularse al haber sido obtenidas "con violación de derechos fundamentales".

El tribunal descarta que el crimen, perpetrado hace 28 años, haya prescrito, ya que ésta se paralizó el 18 de octubre de 2002, cuando el juez Baltasar Garzón instó al Gobierno a pedir la extradición de Zurutuza a Francia. Los dos autos de procesamiento sobre esta causa datan del 22 de octubre de 1982 y del 22 de diciembre de 1983, por lo que en ningún caso se habría cumplido el plazo de 20 años de prescripción, si se toma en cuenta la fecha del auto de Garzón.

La sentencia considera que fue Zurutuza, por su propia mano, el que perpetró el crimen, "con pleno conocimiento" de sus consecuencias. Cuesta era el padre de Cristina Cuesta, presidenta de Covite, el colectivo de víctimas del terrorismo del país vasco.

Durante la primera sesión del juicio, que se celebró entre el 11 y el 17 de febrero, la mujer y la hija del directivo de Moulinex José María Latiegui , que fue asesinado por ETA el 14 de abril de 1981 en Usurbil (Guipúzcoa), fueron expulsadas de la Audiencia Nacional por el presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, después de que exhibieran carteles en los que reclamaban que Capullo también fuera juzgado por este crímen,que se consideró prescrito.