Multitudinaria toma de posesión de los consejeros de Sanidad e Inmigración en Sol

La toma de posesión de esta mañana de Javier Fernández-Lasquetty, hasta ahora consejero de Inmigración y que pasa a ocuparse de Sanidad en lugar de Juan José Güemes (que dimitió la semana pasada de su cargo), y de Paloma Adrados, que asume junto a sus responsabilidades de Mujer y Empleo la cartera de Inmigración, se ha convertido en un acto multitudinario.

La Real Casa de Correos, la sede del Gobierno regional en la Puerta del Sol, se ha llenado de altos cargos y representantes de asociaciones y organizaciones sin ánimo de lucro que querían estar en primera fila. Algo muy sorprendente si se tiene en cuenta que una toma de posesión es un acto sencillo en el que el cargo entrante se limita a comprometerse a las obligaciones de su cargo y a no divulgar el contenido de las reuniones del Consejo de Gobierno a las que asista. Sobre todo porque se trata de consejeros ya en ejercicio, ninguno de ellos es novato en el Ejecutivo regional y porque ni siquiera cuando se marcharon a la vez Manuel Lamela, Alfredo Prada, Fernando Merry del Val, Gádor Ongil y Beatriz Elorriaga hubo ni la mitad de asistentes, y eso que llegaban consejeros de nuevo cuño.

Una de las razones que justifica tanto despliegue de alto cargo es que las elecciones autonómicas están a la vuelta de la esquina, en 14 meses. La otra es que la presidenta regional, Esperanza Aguirre, ha ordenado un nuevo plan de austeridad, que presentará el próximo jueves, en el que ha prometido recortar al máximo los coches oficiales. Y nadie quiere salir perjudicado de los recortes.

Fuera de la expectación, ha sido un acto previsible. Tanto Lasquetty como Adrados han jurado su cargo. Y, después, han recibido la enhorabuena de los asistentes. El nuevo consejero de Sanidad ha prometido más diálogo, pero no sólo con los sindicatos, sino con todos los actores que operan en el ámbito sanitario. Y se ha comprometido a cumplir las promesas electorales antes de que acabe la legislatura. Adrados, por su parte, se ha tomado como un reto la fusión de consejerías.

Güemes no se separó de Esperanza Aguirre y se negó a hacer declaraciones a la prensa: "Ya no soy político", zanjó.