El sector 'gallardonista' gana las elecciones del PP en el distrito de Latina
José Manuel Berzal logra mantener el último reducto de afines al alcalde
El último reducto de Alberto Ruiz-Gallardón en los distritos de Madrid seguirá siendo de los fieles al alcalde. Así, José Manuel Berzal, presidente de la agrupación de ese distrito desde 1996 y hombre muy ligado al sector gallardonista, ha ganado hoy a la concejal Begoña Larrainzar. La batalla, como suele suceder en el PP de Madrid, tiene una interpretación en clave gallardonistas contra aguirristas. Larrainzar era la candidata del partido, que después de ocho años de no convocar elecciones en Latina (las normas obligan a hacerlo cada tres años) ha intentado hacerse con el control de la última agrupación netamente gallardonista. Pero hoy, aunque no sea habitual, el sector del alcalde ha arrasado.
Begoña Larrainzar es la concejal de Latina en la bancada del Ayuntamiento. Ella tiene el poder en la gestión, pero no el político. Por eso, y porque Latina ha sido siempre un foco de apoyo a Gallardón (fue donde Manuel Cobo, mano derecha del alcalde, presentó su candidatura a presidir el PP en Madrid), el partido regional había intentado alcanzar la presidencia de la agrupación.
El ambiente fue bastante tenso durante todo el día. Berzal y sus fieles han estado toda la jornada en la sede charlando con afiliados. Larrainzar ha acudido a votar y se ha dejado ver menos. No parecía de muy buen humor. No ha querido hacer ni una sola declaración porque no tenía "nada de qué hablar", ha dicho visiblemente incómoda.
A media mañana ha habido un pequeño rifirrafe entre unos y otros. Los partidarios de Berzal descubrieron una papeleta de propaganda a favor de Larrainzar colocada junto a las demás papeletas. Discutieron brevemente y dieron parte a la mesa. Que por cierto, estaba compuesta exclusivamente por cargos del partido afines a Aguirre: Pepe Cabrera (presidente del distrito de San Blas), Eva Durán (presidenta de Puente de Vallecas), Carlos Izquierdo (presidente de Carabanchel). Este detalle tampoco gustó mucho a los gallardonistas.
El partido, además, ha mandado a tres observadores para comprobar cómo se desarrollaba la jornada electoral. Algo que no es habitual en este tipo de elecciones de distrito y que también incomodó un poco a los partidarios del presidente que terminaba mandato.
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