Dos años de cárcel para el 'segundo violador del Eixample'

Alejandro Martínez Singul, más conocido como el segundo violador del Eixample, ha sido condenado a casi dos años de cárcel por dos nuevos delitos de agresión sexual en grado de tentativa. El pasado 10 de mayo, Martínez Singul se aproximó a Paola A. V. y Jessica M. A. y las persiguió hasta el portal de su casa. Las jóvenes lograron cerrarle la puerta en las narices, pero él "permaneció en el lugar y comenzó a masturbarse mientras las miraba fijamente".

El acusado deberá pagar 3.000 euros a cada una de las víctimas y, además, tiene prohibido acercarse a ellas -ni a su domicilio ni a su lugar de trabajo- a una distancia inferior a un kilómetro durante cinco años. El juzgado de lo penal número 3 le aplica el agravante de reincidencia, por lo que le impone un año menos un día por cada uno de los dos delitos de agresión sexual. Según la sentencia, los hechos "exceden lo que podía ser considerado como exhibicionismo". Si la agresión no se consumió fue "simplemente por la oposición de las víctimas".

Martínez Singul fue condenado por sentencia firme en 1993 a 65 años de cárcel por cinco delitos de violación y nueve delitos de agresión sexual (cinco consumados, cuatro en grado de tentativa). La pena se extinguió en mayo de 2007. En 2008, fue condenado por un juzgado de Montpellier por un delito de exhibicionismo. En mayo de ese mismo año, se masturbó delante de una pasajera de tren en Barcelona. En aquella ocasión fue absuelto de una tentativa de abusos sexuales porque la supuesta víctima no le reconoció de forma clara.

El pasado 10 de mayo, sin embargo, el segundo violador del Eixample volvió a las andadas cerca de Hospital Clínic. Los hechos ocurrieron en torno a las tres de la madrugada. "Guiado por el ánimo de satisfacer sus deseos sexuales", Martínez Singul siguió a sus víctimas hasta casa. Cuando las jóvenes cerraron la puerta del portal, el agresor intentó entrar golpeándola. En el juicio, Martínez Singul negó los hechos y afirmó que se quedó en casa toda la noche. Así lo afirmaron también su madre y su padrastro, pero su relato "no ofrece verosimilitud", según la sentencia. La sentencia que ahora se le ha impuesto se basa en las declaraciones de las dos víctimas, realizadas "con firmeza, sin vacilaciones ni contradicciones significativas". Una de ellas lo reconoció de forma "inequívoca".