Garoña, un proyecto viable
El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha cumplido con los plazos para finalizar la evaluación de la documentación de solicitud de la renovación de la licencia de operación. Al no disponer del informe y por respeto a la institución que representa el CSN no podemos opinar sobre el contenido y debe ser el propio organismo el que informe de los resultados que entendemos será el próximo lunes.
Desde la industria nuclear no se contemplaba otro escenario que no fuese la renovación de la licencia, pues se ha llevado a cabo un proyecto sólido contrastado con proyectos similares de centrales que en EE UU ya habían obtenido la renovación de su licencia. La central nuclear ha invertido en los últimos años más de 370 millones de euros para adaptarse a los nuevos requisitos y tecnologías avanzadas. Su fiabilidad está demostrada en los factores de producción de valores del 95%, que son entre un 7% y 9% por encima de la media mundial.
En España funcionan 8 centrales nucleares que producen el 18% de la electricidad que consumimos. Son una fuente de energía esencial para asegurar el abastecimiento eléctrico, reducir la dependencia exterior de combustibles fósiles y contribuir a un mejor cumplimiento de los compromisos adquiridos por España para limitar las emisiones de CO2.
Un estudio reciente señala que España ocupa el undécimo puesto mundial por el buen comportamiento de sus reactores. El esfuerzo constante, las inversiones en mejoras y la experiencia acumulada hacen que el parque nuclear español destaque entre los mejores del mundo. En la actualidad, de los 436 reactores nucleares que hay en todo el mundo, más de 90 tienen la misma tecnología que Santa María de Garoña. De ellos, 30 tienen aproximadamente su edad, las mismas características y diseño, y actualmente se les ha renovado su licencia para continuar produciendo electricidad.
Las inquietudes sobre la seguridad energética, la volatilidad de los precios de los combustibles fósiles y el cambio climático han hecho que la energía nuclear gane popularidad entre distintos grupos sociales y políticos. En los últimos años, en la UE el apoyo a la continuidad del programa nuclear se ha incrementado y en España no somos distintos. Las voces y mensajes a favor de la energía nuclear de científicos, expertos en tecnología energética, políticos, académicos, consumidores, etcétera, se escuchan constantemente. Este cambio nos indica que las posturas dogmáticas sobre la energía nuclear también pueden virar hacia unas posturas más objetivas con la realidad del sistema eléctrico y sus necesidades.
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