Marruecos accede a dar facilidades a los melillenses
El gobernador de Nador acepta las principales reivindicaciones de los comerciantes de Melilla
A Driss, un cincuentón melillense, cada vez que se acercaba a Nador, la ciudad marroquí vecina de Melilla, la policía marroquí le ponía una multa de 400 dirhams (36,5 euros) por exceso de velocidad. "Y eso que reduzco la marcha porque sé que están ahí dispuestos a cazar a los coches con matrícula española", afirma. La persecución de los vehículos de Melilla por la policía de Nador es una de las quejas de los vecinos de la ciudad autónoma, que sospechan que los agentes se han propuesto redondear sus ingresos a costa de los melillenses. Les ofrecen, a veces, hacer la vista gorda sobre la supuesta infracción a cambio de una "propina" de un importe algo inferior.
No es este el único motivo de descontento de los melillenses con relación a Marruecos. Ante la incapacidad de la Administración española de trasladar algunas de sus reivindicaciones -el delegado de Gobierno en la ciudad, Gregorio Escobar, y el gobernador de Nador, Abdelouafi Leftite, no mantienen contactos- los comerciantes decidieron, en noviembre, intentar resolver sus problemas directamente.
Hace 40 días Yusef Kaddur, el presidente de la Asociación de Comerciantes del Polígono de Melilla -los que más trato tienen con Marruecos porque las porteadoras les compran las mercancías que introducen de contrabando- expusieron a Leftite en una carta sus aspiraciones. Éstas consisten en que los melillenses dispongan en la frontera internacional de Beni Enzar de un canal especial de entrada y salida en Marruecos para no hacer largas colas; que el puesto fronterizo de Farkhana permanezca abierto tres horas más por la noche; que aquellos que son originarios de ese municipio marroquí -buena parte de los musulmanes melillenses- obtengan con facilidad los documentos que necesitan del registro civil; que un veterinario esté en la frontera a disposición de los que quieran importar corderos; que los puestos fronterizos de Beni Enzar y Barrio Chino estén unidos por una carretera y que la policía dejé de multar sistemáticamente a los conductores melillenses.
El gobernador de Nador recibió ayer, viernes, a una delegación de comerciantes "y nos ha dicho que sí a todo", afirma satisfecho Kaddur. "Sólo para la apertura del carril para melillenses en la frontera tendremos que esperar unos meses a que estén acabadas las obras allí iniciadas y, por supuesto, para la carretera", añade. En un país tan centralizado como Marruecos, Leftite no puede tomar decisiones que afectan a un enclave ocupado por España sin consultar con Rabat, pero Kaddur da por descontado que desde que recibió la carta, en los primeros días de diciembre tuvo tiempo de sobra para hacerlo.
Cuando se plasmen las promesas del gobernador a Kaddur, los ceutíes envidiarán a los melillenses. Desde octubre pasado el acceso a Marruecos desde Ceuta se ha complicado con la desaparición de algunos de los privilegios de los que gozaban los habitantes de la ciudad con relación al resto de los españoles.
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