Cerrados tres locales más en Madrid por irregularidades en licencias
Gallardón continúa la cruzada emprendida tras la clausura del Balcón de Rosales.- Ya van ocho los establecimientos obligados a echar el cierre
El Ayuntamiento de Madrid ha cerrado en las últimas horas otros tres locales de ocio, Randall, Top-hat y Drimagos, por irregularidades en sus licencias, según han informado a este periódico fuentes municipales. El primero es, o más bien era, un templo de la música latina, mientras que el segundo se dedica al striptease. En el primer caso, se detectaron problemas en la licencia de funcionamiento. El segundo, directamente no la tenía, aunque fuentes del local explican que estaba pedida. El tercero incumplía la normativa de ruidos. Con estas tres discotecas, ya van ocho las clausuradas en una semana por irregularidades administrativas. Y se van a producir más cerrojazos.
El Randall, situado en la calle de Ferraz, 38, a pocos metros de la sede del PSOE y dedicado a música salsa y ritmos caribeños, fue cerrado ayer por la Junta Municipal de Moncloa al funcionar, según han indicado esta mañana fuentes del consistorio "como discoteca a pesar de tener licencia únicamente como bar". Es la misma junta que ya clausuró el Balcón de Rosales el lunes de la semana pasada, dos días después de que muriera asesinado el joven Álvaro Ussía, presuntamente a manos de tres porteros de la discoteca.
Una de las 20 personas que trabaja en el Randall, Javier García, ha negado a esta web las acusaciones de que el local no tiene los papeles en regla. Según García, en la licencia consta que su actividad es de "café-teatro con baile". A su juicio, están pagando "justos por pecadores". "Nos lo comunicaron ayer. Se presentó un policía por la mañana y allí estaba sola la señora de la limpieza. 'Vamos a cerrar el local', le dijo, sin aviso ni burofax ni precinto ni nada", sostiene. Por su parte, Miguel Ángel Rubio, el ingeniero que se encarga de tramitar las licencias del Randall, ha indicado que la licencia de actividad e instalación del local data del 21 de julio de 1998 y es para "café-teatro con baile", mientras que la licencia de funcionamiento fue solicitada el pasado 5 de noviembre para "sala de fiestas", según la nueva nomenclatura establecida en la Ley de Espectáculos de 1997.
"No serán los últimos"
Rubio considera lo sucedido "kafkiano" y no entiende los motivos del cierre. "Recibimos una notificación de precinto para el 11 de novimbre por falta de licencia de funcionamiento y por incumplimiento de la ordenanza de Medio Ambiente en materia de ruidos. Alegamos en un recurso, el pasado día 6, que el documento estaba pedido y que las mediciones de ruidos estaban mal hechas y se suspendió el precinto. Sin embargo, de buenas a primeras, se presentan y lo clausuran". El segundo local, el Top-hat, localizado en el paseo de la Castellana 131 y también conocido como Penthouse Club, ha sido clausurado a las diez de esta misma mañana por la Junta Municipal de Tetuán. Estaba abierto con licencia de actividad de "bar especial con actuaciones en directo" y, según explican fuentes municipales, no consta licencia de funcionamiento en tramitación ni tampoco una solicitud.
Además, esta tarde fuentes del Ayuntamiento han informado de que se ha procedido a precintar el local Drimagos, ubicado en la calle Fuentesaúco número 36 (distrito de Latina). Las mismas fuentes aseguran que el precinto se produce comoconsecuencia de la "vulneración de los niveles máximos de emisión sonora a viviendas colindantes previstos en el artículo 15 de la Ordenanza de Protección de la Atmósfera Contra la Contaminación por Formas de Energía". Sobre este local pesan "reiteradas denuncias" de los vecinos de la zona.
El equipo de Alberto Ruiz-Gallardón continúa así su cruzada contra los locales de ocio iniciada a raíz del caso Ussía. El crimen destapó la situación irregular del local, sobre el que pesaban 47 denuncias y diez inspecciones sin que ninguna de estas actuaciones hubiera concluido con el cierre de la discoteca. Estos dos cierres de hoy se suman al del propio Balcón de Rosales y a los de Macumba, La Riviera, Moma y But ordenados la semana pasada por el Ayuntamiento de Madrid. Ocho en total. Fuentes municipales avanzan que "no serán los últimos".
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