Comienza la gran mudanza

Unos 250 vecinos del barrio de Las Castellanas, en San Fernando de Henares, han empezado hoy a trasladar muebles y enseres a sus nuevas casas, sufragadas por Aena en compensación por la contaminación acústica provocada por la ampliación del aeropuerto Madrid-Barajas. Ésta es la primera vez que un barrio entero, formado por unas 70 familias, es reubicado debido al ruido de los aviones, que alcanzan en esta zona una media de entre 75 y 85 decibelios, cuando ya la exposición a más de 65 decibelios es considerada perjudicial para la salud.

De forma escalonada, los vecinos tendrán hasta el viernes para dejar vacíos unos pisos donde muchos llevan viviendo más de 30 años, por lo que el ambiente de mudanza es hoy una mezcla de ilusión y tristeza. "Sobre todo por la noche, los aviones hacían temblar las vitrinas del salón, era insoportable, sobre todo para mi hija, que acaba de nacer", explica Ismael Cortecero. Sin embargo, Cortecero se emociona al pensar que dejará el barrio en el que ha vivido durante toda su vida porque, aunque está convencido de que van a estar mejor, "da mucha pena pensar que todo esto va a desaparecer", todos sus "recuerdos".

Tras finalizar el traslado de vecinos, el Ayuntamiento procederá al derribo de las viviendas de forma inmediata, para dar un uso industrial al terreno en el que ahora están instaladas, entre la A-2 y la M-45. A Dolores Cerezo, de 49 años, también le entristece abandonar la casa donde ha criado a sus tres hijos. "En este barrio somos una gran familia, nos conocemos todos, y hemos compartido muchas luchas, como la llegada de una línea de autobuses o la colocación de una pasarela en la A-2", comenta.

Cinco años de espera

Lo que Cerezo sabe que no echará de menos es los aviones, sobre todo por la noche, porque la ventana de su habitación "está mirando hacia las pistas y los focos iluminan continuamente" su cama, así que le daba la sensación de que se iban "a colar en casa". Las negociaciones entre el Ayuntamiento, los vecinos y Aena comenzaron hace más de cinco años, cerrándose un acuerdo en 2005, cuando los vecinos acordaron por unanimidad aceptar la oferta de Aena de trasladarse a otra parte del municipio.

El organismo que gestiona los aeropuertos accedió a sufragar con 6,6 millones de euros el traslado del barrio, mientras que el Ayuntamiento de San Fernando permutó una parcela municipal de 1.800 metros cuadrados en el casco urbano por los terrenos en los que se encuentran las viviendas. En total, se han levantado seis nuevos bloques de pisos de tres alturas en la calle María Teresa León, con 60 metros cuadrados de media por apartamento de dos y tres habitaciones, con garaje y trastero.

La distribución de las casas se ha hecho mediante un sorteo. El barrio de Las Castellanas fue creado en los años 60 para los trabajadores de la empresa de construcción Colima, ya desaparecida, y, con el paso del tiempo, se quedó aislado, en medio de un polígono industrial y sin posibilidades de crecimiento urbanístico o rotacional, a cinco kilómetros del casco urbano.