Paris Hilton recurre la sentencia de condena a 45 días de cárcel
El pasado septiembre la heredera del imperio hotelero fue detenida por conducir bajo los efectos del alcohol
Paris Hilton, heredera de la cadena de hoteles que lleva su apellido, ha recurrido la sentencia, dictada el pasado viernes, por la que se le condenaba a 45 días de cárcel por conducir bajo los efectos del alcohol. Según los documentos, difundidos este martes por varios medios de comunicación, la sentencia fue recurrida el viernes tras ser dictada.
El pasado septiembre, Hilton, de 26 años, fue detenida por conducir bajo los efectos del alcohol, cargo que aceptó en enero cuando fue sentenciada a 36 meses de libertad condicional y a asistir a un curso de reeducación en materia de alcohol y al pago de una multa de 1.500 dólares.
El viernes pasado, Hilton fue condenada a 45 días de prisión por violar los términos de su libertad condicional al ser detenida conduciendo. Por otro lado, su jefe de prensa, Elliot Mintz, anunció que ha roto su relación profesional con Hilton y explicó que tras el juicio le envió un correo electrónico a su clienta en el que reconocía su responsabilidad "en parte de lo ocurrido".
"En el correo le muestro mis disculpas por cualquier malentendido que haya sufrido por mi parte en relación con los términos de su libertad condicional. Hasta el extremo de que le transmití mal información recibida de los abogados. Lo siento profundamente", indica Mintz.
Durante la vista del viernes, Hilton le reiteró al juez que su carné de conducir le fue retirado durante 30 días pero que podía conducir por razones de trabajo. "Paris dijo en el tribunal que creía que podía conducir bajo determinadas circunstancias. Decía la verdad", admitió Mintz.
En unas declaraciones hechas el pasado sábado a los periodistas congregados ante su residencia en Los Ángeles, Hilton dijo que fue tratada injustamente en el juicio. "Yo dije la verdad. Fui tratada injustamente y la sentencia es cruel e inmerecida", indicó sobre el dictamen judicial. Además, Hilton, portada habitual de las revistas del corazón estadounidenses, se queja de que muchas veces la policía la obliga a parar sólo con la intención de coquetear con ella.
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