La infanta Elena y De la Vega presiden el funeral por las víctimas de la explosión en Palencia

La infanta Elena, en representación de la familia real, y la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, se han unido al dolor de familiares, amigos y compañeros de los siete fallecidos en la explosión de gas ocurrida el pasado martes en Palencia durante el multitudinario funeral oficiado esta tarde en la catedral de la ciudad, situada a muy pocos metros del lugar del suceso. Hasta el momento se ha confirmado el fallecimiento de siete personas, seis mujeres y un varón, y se sigue buscando a dos desaparecidos. El subdelegado del Gobierno en Palencia, Gabriel Castañeda, ha anunciado esta tarde que han sido hallados restos humanos en los escombros del inmueble. Castañeda no ha precisado si los restos encontrados pertenecen a los dos desaparecidos: una mujer de 88 años y un joven rumano de 24, aunque fuentes policiales sospechan que podrían corresponder a la anciana.

Los restos han sido hallados entre los escombros del inmueble trasladados a las afueras de la ciudad. El jefe de bomberos de Palencia, Andrés Redondo, aseguraba esta mañana que "no hay restos humanos en los escombros que quedan por sacar" del edificio. Ante lo infructuoso de la búsqueda, miembros de los equipos de rescate y de la Policía Científica comenzaron ayer a revisar los cascotes y escombros llevados a las inmediaciones del antiguo campo de fútbol de La Balastera, a las afueras de la ciudad, para descartar que algún trozo de ladrillo o de hormigón pudiera haber sido confundido con restos humanos, como al parecer así ha sido.

Además de De la Vega, el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera; el alcalde de Palencia, Heliodoro Gallego; y el presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, se encontraban también entre las autoridades que han querido acompañar a las familias de los fallecidos con su participación en el funeral, oficiado por el obispo de Palencia, José Ignacio Munilla, que ha alentado a los allegados de los muertos a continuar adelante en estos difíciles momentos.

3.000 personas en el templo

Munilla se ha dirigido con "una palabra de especial cariño" a los heridos y damnificados, así como a las familias de los fallecidos y desaparecidos, y ha expresado su deseo de que las "muestras de afecto y solidaridad de las que os sentís rodeados sean un signo de que el amor es más fuerte que la muerte". El obispo ha expresado su agradecimiento a todas las autoridades, funcionarios y voluntarios que montaron el dispositivo de emergencia aún en marcha. En total, unas 3.000 personas han abarrotado el templo en el interior y otras 3.000, aproximadamente, han permanecido fuera de la seo, según fuentes policiales.

La identidad de las víctimas corresponde a Hilario de Mena, de 57 años, quien ejercía la docencia en Madrid y se encontraba en casa de su madre cuando ocurrió el suceso, en el número 4 de la calle Gaspar Arroyo. En el mismo bloque residían las hermanas Julia y Angelita Montes, de 86 y 83 años. En el portal número 6 de la calle vivían Leonila Morate, de 91 años, y Ana Isabel Amor, de 35 años, que trabajaba como camarera en la capital palentina. Rosa Riol, de 20 años, la víctima mortal más joven, también habitaba en el número 6, mientras que en el inmueble del número 2 residía Mari Luz González, de 63 años.

El estado de salud de siete de los ocho heridos -cuatro hombres y tres mujeres- que continúan aún ingresados en centros hospitalarios evoluciona favorablemente, mientras que la niña de 6 años que también sufrió lesiones y permanece en el Hospital Clínico de Salamanca se encuentra estable dentro de la gravedad.

Las investigaciones de la policía y de los técnicos sobre la causa de la explosión avanzan con lentitud debido al estado en el que ha quedado el inmueble, que tenía cinco plantas. En un primer momento se barajó la hipótesis de que el estallido hubiera sucedido en la planta baja, pero también se está considerando la posibilidad de que la explosión se produjera en el tercer piso. Tampoco está claro aún si se debió a un escape o a la acumulación de gas.

Continúa la búsqueda de los desaparecidos en el derrumbe de Palencia