Maragall quiere "codecidir" en una España plural que reconozca a Cataluña como nación
El presidente catalán defiende un "patriotismo de los derechos" y apela al consenso de todos los partidos, incluido el PP, en la reforma del Estatuto
El presidente de la Generalitat catalana, Pasqual Maragall, ha abierto hoy su primer debate de Política General con un discurso en el que ha manifestado la voluntad de Cataluña de "codecidir" en el proyecto socialista de la España plural y en el que ha pedido el reconocimiento formal de Cataluña como nacionalidad histórica con personalidad propia en el texto de la Constitución. En una intervención de más de dos horas, Maragall ha considerado que la nueva situación política en España es una "gran oportunidad para Cataluña", al tiempo que ha abogado por el consenso de todos los partidos políticos catalanes, incluido el PP, para consensuar un Estatuto que reconozca el nuevo "patriotismo de los derechos".
En este sentido, Maragall ha defendido la "naturalidad" de la definición de Cataluña como nación y ha asegurado que "el presidente de la Generalitat no quiere ser Cataluña, sólo representarla con la máxima dignidad" donde sea necesario, sobre todo en Madrid, donde el cambio político ofrece a la comunidad "una gran oportunidad" para mejorar su autogobierno. El presidente catalán ha desechado la "vía del oportunismo" seguida en su opinión por CiU durante 25 años y ha apostado por la "implicación" en el proyecto de la España plural donde Cataluña sea reconocida en la Constitución como "comunidad nacional".
Según Maragall, en los últimos meses se han "acumulado gestos y decisiones" de Madrid que confirman la "actitud positiva" del Gobierno y que, al margen de "patinazos inevitables", generan el "clima de confianza necesario" para negociar cuestiones como la reforma del Estatuto, de la Constitución, un nuevo sistema de financiación, inversiones en infraestructuras o cuestiones como el reconocimiento del catalán en Europa. El presidente catalán ha citado una docena de negociaciones pendientes con el Gobierno de Zapatero, pero entre este "trabajo ingente" ha situado como prioritaria la reforma del sistema de financiación autonómico para equiparar sus resultados al concierto económico de las comunidades forales.
Cataluña "no quiere privilegios"
Maragall ha reiterado que Cataluña "no quiere privilegios" y ha fijado los criterios para un nuevo sistema de financiación basado en mejorar la suficiencia y en una mayor capacidad de la gestión de los recursos. Así, ha recuperado el texto del Acuerdo del Tinell para reclamar unos ingresos por prestación de servicios según criterios de igualdad por cápita; la creación de una Agencia Tributaria de Cataluña para recaudar impuestos propios, cedidos y compartidos; la participación en la totalidad de los impuestos -incluido el de Sociedades y los especiales-; y establecer criterios de solidaridad que permitan a Cataluña reducir el déficit fiscal para equipararse en 10 años a las regiones europeas de renta similar.
La petición formal de negociación, que ya ha sido transmitida al ministro de Economía, Pedro Solbes, también incluye cuestiones "urgentes" que requieren solución por "la vía rápida" como la financiación de la sanidad, para la que Maragall reclama poner "el contador a cero". No obstante, ha destacado que en los Presupuestos Generales del Estado para 2005 ya se perciben "medidas positivas" para atajar la deuda sanitaria que en Cataluña se cifra en 2.000 millones de euros. Según Maragall, los resultados serán inmediatos ya que "los consejeros de la Generalitat se sientan sobre un montón de argumentos y razones".
Tras 25 años de gobiernos de CiU, Maragall ha manifestado que ha llegado el momento de "dar un paso adelante con ambición política". Maragall ha garantizado la cohesión de su Gobierno de coalición entre PSC, ERC e ICV-EA como máximo valedor de este impulso político y garante de "la unidad civil de Cataluña" en favor de un nuevo "patriotismo de los derechos". Maragall ha sostenido que el proyecto del tripartito parte de la base de que "la Cataluña de los seis millones -lema de los gobiernos de Jordi Pujol-, ha sido superada". "Somos casi 7 millones", ha proclamado Maragall como base para caminar hacia "un nuevo civismo" integrador que evite el "estancamiento de Catalunya como país".
En este sentido, Maragall ha situado el nuevo Estatuto como el "instrumento" principal para posibilitar este nuevo impulso a la cohesión social y el "florecer" de ese nuevo patriotismo. Por ello, ha pedido que el nuevo Estatuto piense "más que en las inquietudes de los políticos" en "los anhelos y temores de los catalanes" y en su derecho a "construir un proyecto vital", lo que obligaría, a juicio de Maragall, que el texto final saliera del Parlament con "consenso y ovación", incluyendo al PP.
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