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La amenaza de escisión del PP de Ourense abre la mayor crisis del Gobierno de Fraga

El presidente del PP en esa provincia y cinco diputados anuncian su marcha, lo que dejaría sin mayoría absoluta al Ejecutivo de Fraga en el Parlamento gallego

La decisión del presidente del PP en Ourense, Xosé Luis Baltar, de abandonar el partido junto a un grupo de cinco diputados ha abierto la crisis más grave en el Gobierno gallego desde los años 80. Fuentes del PP de Ourense han confirmado que Baltar comunicó anoche su marcha a Manuel Fraga, al que dijo que era irrevocable, aduciendo que no veía protegidos sus intereses en la Xunta. Las mismas fuentes han informado de que los diputados rebeldes han amenazado con crear otro partido, algo que pondría en serio peligro la mayoría del PP en el Parlamento gallego.

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La Cámara gallega se compone de 75 escaños, de los que el PP actualmente ocupa 41, tres diputados por encima de la mayoría absoluta, establecida en 38. De consumarse la espantada, el partido de Manuel Fraga pasaría a tener 36 diputados y se vería privado de la mayoría.

El grupo de descontentos de Ourense critica el poder y la influencia -excesivos, en su opinión- del secretario general del PP, Mariano Rajoy, en el PP gallego. Este sector siempre ha apoyado al viejo rival de Rajoy en Galicia, el que fuera delfín de Fraga, Xosé Cuiña, que fue obligado a dimitir hace año y medio de la Xunta. La última remodelación del Gobierno gallego, coincidiendo con el anuncio de Fraga de optar a su quinto mandato, dió entrada a figuras próximas a Rajoy, como el vicepresidente primero, Alberto Núnez Feijoo, y dejó en un escalafón inferior al también vicepresidente José Manuel Berreiro, próximo a los barones provinciales que apoyaban a Cuiña.

"Un pacto de silencio"

Tras el encuentro de anoche, y a petición de Fraga, el presidente del PP de Ourense abrió un plazo de una semana para consumar su abandono, que asegura es irrevocable. En declaraciones, esta tarde, a los periodistas, Baltar ha confirmado la existencia de "un pacto de silencio hasta dentro de una semana", en la que ambos políticos volverán a reunirse, en un intento de dar "una segunda oportunidad" al Gobierno gallego, según Baltar.

Junto a éste, en principio, abandonarían la disciplina de partido otros diputados porque, según aseguran, no ven respaldados sus intereses. Tampoco se descarta que otros miembros del Parlamento gallego se sumen a la decisión ya en firme de Miguel Santalices, Roberto Castro, Xosé Manuel Baltar, hijo del líder provincial, María José Caldelas y Maximino Rodríguez.

El amago de escisión ha destapado una crisis de enorme gravedad. Aunque este grupo de diputados afirman que apoyarán las decisiones del PP en lo que resta de legislatura, ya están planteándose, según fuentes próximas, la posibilidad de crear un nuevo grupo político con el que concurrirían a las elecciones autonómicas que se celebrarán en 2005. La espantada se interpreta como un jaque al presidente gallego, ya que el PP en Ourense suele obtener mayoría absoluta y es un importante bastión de los populares. El Partido Popular de Galicia gobierna en 75 ayuntamientos y, según las fuentes consultadas, 60 alcaldes respaldan al dirigente provincial, por lo que los críticos no perderían la mayoría absoluta en la Diputación de Orense.

"Una cena magnífica"

Xosé Manuel Baltar, líder del PP en Ourense y presidente de la Diputación provincial, comunicó anoche a Manuel Fraga su decisión en una cena que mantuvieron ambos en Santiago, en la que el titular de la Xunta intentó salvar sin éxito la escisión del partido. Pese a que la crisis ya estaba anunciada, Fraga ha insistido esta mañana en que la reunión de anoche había sido "magnífica" y que confiaba en "rematar bien" las negociaciones.

Al parecer, Manuel Fraga había ofrecido a los orensanos libertad para confeccionar las listas en la provincia para las elecciones del próximo año, la destitución del secretario general del PPdeG, Jesús Palmou, y consensuar la nueva persona que ocuparía este cargo en su lugar.

Además, el presidente de la Xunta se comprometió a que el ex consejero Xosé Cuiña, fuertemente respaldado por los dirigentes del partido en Orense frente a lo que consideran intromisiones de Madrid, figurase en las listas de Pontevedra.

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