Detenidos nueve guardias civiles en Alicante y Málaga por tráfico de hachís

Con la detención de dos nuevos agentes, se eleva ya a seis los guardias civiles de la unidad antidroga de Santa Pola (Alicante) arrestados por su presunta colaboración con una red de narcotráfico que desembarcaba grandes cantidades de hachís en el litoral levantino. En paralelo, otros tres agentes del instituto armado han sido detenidos en Málaga por su participación en la misma red ilegal.

Todos ellos están acusados de pasar información a una de las más importantes redes internacionales de introducción de hachís en Europa. Un total de 3.800 kilos de esta droga han sido incautados en varios abordajes.

Los dos últimos arrestados en la provincia de Alicante, al igual que los cuatro primeros, pertenecen a la Patrulla Fiscal Territorial (Patife) con base en Santa Pola, especializada en la lucha contra el narcotráfico, con lo que la unidad ha quedado prácticamente desmantelada al estar compuesta inicialmente por nueve agentes. Dos de los detenidos ayer admitieron ante el juez su colaboración en, al menos, cuatro desembarcos de hachís en el litoral, por lo que el magistrado acordó su prisión incondicional. Los últimos alijos interceptados en la costa alicantina han oscilado en torno a los 2.500 kilogramos de hachís.

Dos de los seis agentes detenidos en Alicante estaban plenamente integrados en la red e informaban a los encargados de introducir la droga de los puntos en los que la Guardia Civil no iba a efectuar vigilancia para que los desembarcos se pudieran realizar sin problemas.

La investigación, aún abierta, comenzó el pasado mes de septiembre tras ser interceptado un vehículo en Málaga en cuyo interior las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado hallaron una cantidad de hachís, lo que permitió más tarde la intervención de un alijo de más de dos toneladas de la misma sustancia en San Pedro del Pinatar (Murcia), así como la detención de nueve personas cuando desembarcaban la droga.

Otras fuentes cercanas a la investigación han señalado que dos de los seis agentes de la Guardia Civil detenidos en Alicante actuaban presuntamente "en connivencia" con la red de traficantes y, tras ser arrestados, acusaron a los cuatro restantes de haberse apoderado de dos fardos de hachís pertenecientes a un alijo decomisado por el Cuerpo hace dos o tres años en una playa de Guardamar del Segura.

Al parecer, estos cuatro últimos agentes, uno de ellos el jefe de la citada unidad de Santa Pola y otro un guardia civil que se encuentra de "baja prolongada", obtuvieron dinero por la venta de esa droga, según las mismas fuentes.