El crucero 'Aurora' parte rumbo a Reino Unido tras provocar un incidente diplomático
El Gobierno cierra la frontera con Gibraltar, medida "inútil y desproporcionada", según Londres
El transatlántico Aurora ha zarpado ya de Gibraltar rumbo a Southampton. La llegada del crucero, con 400 de sus ocupantes infectados por el virus Norwalk, que provoca una leve afección gástrica, ha provocado un incidente diplomático entre España y Reino Unido, dado que el Gobierno español ha ordenado el cierre de la verja, la frontera entre el enclave británico y el territorio español, decisión que ha sido calificada de "inútil y desproporcionada" por el Gobierno británico. Tras una escala de apenas 12 horas, el buque ha marchado hacia Reino Unido con todo su pasaje a bordo, según han informado las autoridades portuarias.
Una vez que ha zarpado el crucero, la verja ha quedado abierta hacia las 20.00 horas, tras haber permanecido cerrada 12 horas. La ministra de Sanidad, Ana Pastor, que ha suspendido un viaje a Guinea Ecuatorial y se ha desplazado a la Línea de la Concepción, ha declarado tras la partida del Aurora que, después de haber recibido todos los informes de las autoridades de Salud de Gibraltar, de los técnicos del departamento que dirige y de la naviera propietaria del buque, se ha llegado a la conclusión de que "no existe ningún tipo de riesgo" para la salud de los ciudadanos. Aún así, ha anunciado que se mantendrá un dispositivo de vigilancia sanitaria se mantendrá durante 48 horas.
La frontera quedaba cerrada a las 7.30 de esta mañana, 15 minutos antes de que el crucero, en el que viajan 1.900 personas, atracara en el puerto. La medida, que no tiene precedentes desde 1985, ha sido adoptada pese a que sólo 11 de los pasajeros están siendo tratados de la infección que provoca el Norwalk, que causa diarreas y vómitos, pero que raramente es mortal. Sin embargo, el cierre ha dejado bloqueados a más de 500 trabajadores, empleados españoles en empresas gibraltareñas. Poco después comenzaron a bajar los pasajeros sanos del crucero y permanecieron a bordo los enfermos, a los que tampoco se permitió desembarcar en los puertos de Venecia y Dubrovnik.
Ana Pastor ha justificado la decisión del Ejecutivo de cerrar temporalmente la frontera con la colonia británica en que hay "que prevenir cualquier riesgo para la salud que se pudiera producir en los ciudadanos españoles".
"Inútil y desproporcionada"
En cambio, desde Londres el ministro de Exteriores, Jack Straw, y desde el propio Peñón el ministro principal para Gibraltar, Peter Caruana, han descrito la decisión española como "inútil y desproporcionada". La Comisión Europea, por su parte, ha asegurado que la medida, por ser un procedimiento previsto en la legislación comunitaria por razones de salud pública, es legal. "Cuando hay una medida de este tipo siempre hay alguien que paga pero a primera vista es un derecho que todos los Estados miembros tienen", ha señalado el portavoz de Justicia y Asuntos de Interior, Pietro Petrucci, a Europa Press.
En cualquier caso, el descenso en el número de nuevos afectados por el virus Norwalk indica que el brote está llegando a su fin. El buque apestado es un crucero construido en 2000 en los astilleros de Southampton (Reino Unido). Precisamente de allí zarpó hace 12 días para recorrer el Mediterráneo.
Sin tratamiento ni vacuna
El virus Norwalk no tiene un tratamiento eficaz ni vacuna, pero tampoco presenta un índice preocupante de morbilidad. Así lo afirma el catedrático de Bioquímica Molecular de la Universidad de Oviedo, Francisco Parra, quien afirma que la dificultad para conseguir una vacuna global contra este virus está en la gran variabilidad de su estructura externa.
El Norwalk persiste bastante tiempo en el ambiente y es resistente a los agentes que inactivan este tipo de virus, por lo que se podría calificar de "altamente infeccioso y transmisible" por las vías oral o fecal, aunque el contagio también puede producirse al tocar con las manos una superficie infectada o por el aire, si hay una cantidad considerable de virus.
Según Parra, este virus no suele conducir a un "desenlace fatal", puesto que en principio, evitando la deshidratación no existe peligro de muerte aunque "en el caso de los niños, ancianos o personas ya enfermas, puede ser más preocupante". "No existe ningún país preparado para este tipo de epidemia al no existir ni antivirales ni vacunas". "Hay que mantener medidas sanitarias para evitar la dispersión del virus", ha concluido.
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