Aznar defiende en solitario la intervención en Irak

La comparecencia del presidente en el Congreso sólo ha servido para escenificar la soledad parlamentaria en la que se ha instalado el Gobierno con su discurso en torno a la crisis de Irak. Durante su esperada intervención, Aznar ha apostado por un segundo pronunciamiento del Consejo de Seguridad de la ONU, si bien ha dicho que la resolución 1.441 da suficiente cobertura legal para un eventual ataque. Al contestar a las réplicas, Aznar ha aclarado que esa segunda resolución debe dar "plazos terminantes de semanas para que se produzca el desarme". Si no se logra, España apoyará un ataque estadounidense.

La postura del Gobierno ha encontrado un rechazo frontal de todos los grupos parlamentarios, incluidos sus habituales socios, CC y CiU, que han apostado por la vía diplomática y por dar más tiempo a los inspectores para lograr el desarme del régimen de Bagdad.

Al comienzo de su comparecencia, Aznar ha defendido la posición "razonable" del Gobierno y ha subrayado que la crisis es consecuencia del "reiterado incumplimiento" por parte de Irak de las resoluciones de Naciones Unidas desde que en 1990 invadió Kuwait y planteó la 1.441 como una "ultima oportunidad". Además, la tesis del Ejecutivo la asumiría "cualquiera que sintiera responsabilidad de gobernar" y ha dicho que es la misma que adoptó el Ejecutivo en 1991, al tiempo que ha abogado por "desterrar de una vez la ambigüedad calculada" de la política exterior.

"No se puede esperar meses"

Al igual que hace días lo hiciera el presidente norteamericano, Aznar ha recordado que las inspecciones no pueden alargarse meses o años, sino que "el cambio de actitud de Irak debe darse en semanas." De otra manera, se daría "alas al régimen de Hussein, acostumbrado a resistir y rearmarse durante años".

Además, Aznar no ha dudado en atribuir armas prohibidas al régimen de Bagdad: "Todos sabemos que Sadam Hussein tiene armas de destrucción masiva" . Para ilustrar sus acusaciones, Aznar ha recordado que los informes de armamento entregados por Bagdad a la ONU no hacen mención al agente nervioso VX producido y no declarado; ni a las mil toneladas de agentes químicos de la guerra con Irán; ni a los 6.500 proyectiles para carga química, 8.500 litros de ántrax.

"España no acepta amenazas de ningún tipo"

Además, el presidente ha vuelto a reiterar que las amenazas de Irak también van dirigidas a España. Según Aznar, el viceprimer ministro iraquí, Tarek Aziz, "se refirió ayer expresamente a España advirtiendo de que nuestro apoyo a las resoluciones vigentes de las Naciones Unidas podía suponer lo que eufemísticamente llamó una extensión del terrorismo a nuestro país". Y ha agregado que "se permitió hacerlo, además, ante compatriotas nuestros", por lo que ha subrayado que "España no acepta amenazas de ningún tipo, y menos en lo que se refiere al terrorismo".

"Graves consecuencias"

Así las cosas, ha recordado que el próximo 14 de febrero los inspectores presentarán un nuevo informe en el que dirán si ha respondido o no a sus preguntas y que se determinará si el líder iraquí ha aprovechado la última oportunidad para aceptar la autoridad de la ONU. De rechazarla, ha advertido, se expondrá "a graves consecuencias" y la Cámara "tendrá que debatirlas", ha dicho, abriendo así la puerta a nuevos debates.

También ha aprovechado su primera comparecencia sobre la crisis iraquí para resaltar que se había informado sobre la situación en "un total de cinco ocasiones" a través de la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, así como a través de preguntas. Y ha asegurado que a la comparecencia de hoy seguirán otras suyas o de los ministros de Defensa y Exteriores, según la forma que requiera la crisis.

En su turno para responder a las intervenciones de la oposición, Aznar también ha hecho alusión a la posición de Europa en la crisis iraquí. Y lo ha hecho para negar que España haya roto el consenso europeo por firmar una carta, junto a otros ocho países, en la que se alineaba con las tesis de Washington. "La posición europea está fijada en la Declaracion de Copenhague y si una declaración de dos (en referencia a Alemania y Francia) no rompe el consenso, una carta de ocho tampoco", ha aclarado Aznar.