Garzón manda a prisión a Iker Casanova por organizar manifestaciones en apoyo a Batasuna

El juez Baltasar Garzón ha ordenado hoy el ingreso en prisión de Iker Casanova por pertenencia a la estructura de EKIN-ETA a través de la que supuestamente organizaba manifestaciones de apoyo a integrantes de la banda y recababa fondos en la herriko taberna de Barakaldo (Vizcaya) para pagar fianzas.

Según han informado fuentes jurídicas, el magistrado de la Audiencia Nacional ha adoptado esta decisión a instancias del fiscal Enrique Molina tras interrogar durante una hora a Casanova Alonso, detenido el pasado viernes en Barakaldo, localidad en la que trabajaba para Batasuna.

Casanova, quien ha comparecido ante el juez incomunicado -asistido por un abogado de oficio-, ha negado en todo momento su pertenencia a Ekin, organización considerada como parte del aparato político de ETA, y aseguró que su actividad era únicamente "política".

Sin embargo, Garzón considera que Casanova es uno de los responsables de Ekin en Vizcaya que habría sustituido en sus funciones a los también supuestos integrantes de esta organización Paul Asensio y Rubén Nieto, procesados por el juez por integración en ETA-EKIN.

Así se desprende de las conversaciones telefónicas que le han sido intervenidas a Casanova y en las que presuntamente orquestaba movilizaciones como las celebradas a raíz de la muerte de la supuesta etarra Olaia Castresana cuando manipulaba un artefacto explosivo en Torrevieja (Alicante) o con motivo de la ilegalización de la asociación juvenil radical Segi, entre otras. También se le acusa de coordinar la pegada de carteles convocando a manifestaciones y de recabar fondos a través de la herriko taberna de Barakaldo para el pago de las fianzas a detenidos por violencia callejera o por otro tipo de relación con la banda terrorista.

Además, entre los documentos que le han sido incautados, figura uno que detalla cómo debe organizarse la "seguridad" en las acciones de violencia callejera y otro en el que se explica a los jóvenes la manera de permanecer callados durante los interrogatorios a los que sean sometidos tras su detención.