Desmontando el mito de la invasión educativa en Madrid
Madrid no es la única autonomía que recibe estudiantes: los madrileños también buscan nuevas oportunidades fuera
La Selectividad ha estado en el centro del debate público durante años. En Madrid el Partido Popular ha promovido una narrativa según la cual la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) en otras comunidades autónomas es menos exigente y estudiantes de fuera ocupan plazas que deberían corresponder a estudiantes madrileños. Pero un análisis objetivo de los datos desmiente estas afirmaciones. No hay exámenes más fáciles y más difíciles y Madrid no es la única autonomía que recibe estudiantes: los madrileños también buscan nuevas oportunidades fuera. La Selectividad nivela el terreno de juego entre alumnos de distinto origen socioeconómico y tipo de centro educativo.
La narrativa del agravio y el cuestionamiento de la PAU ocultan el verdadero objetivo del Partido Popular, como se apreció en la LOMCE: sustituir la PAU por una reválida y vincular el acceso a cada universidad a entrevistas y presentaciones de candidaturas. Es decir, romper el principio de igualdad de oportunidades y transparencia que rige el actual acceso a las universidades públicas.
1. La Selectividad en Madrid no es más difícil
Los datos muestran que la PAU en Madrid no es significativamente más difícil ni más fácil que en el resto de España. Las diferencias entre la nota de Bachillerato y la nota de la PAU siguen una tendencia similar. En los últimos cinco años, la nota media de Bachillerato 0,08 puntos por curso en Madrid y 0,06 en el conjunto del país. Y la diferencia entre la nota de Bachillerato y la de la PAU es casi igual en todo el territorio nacional, lo que prueba que no existen desigualdades significativas en la dificultad de las pruebas.
2. La movilidad estudiantil es bidireccional: los estudiantes madrileños también buscan oportunidades fuera
El 26% de los universitarios en Madrid provienen de otras regiones, una cifra comparable a la de otras comunidades como Castilla y León (32%) o Castilla-La Mancha (27%). Esto refleja un patrón natural y saludable de movilidad estudiantil dentro de un sistema de distrito único. Durante el 2022/23, alrededor de 142.000 alumnos estudiaban en universidades fuera de su comunidad de origen. De estos, cerca de un tercio estaban en universidades madrileñas, mientras que otros 20.000 estudiaban en Andalucía, 18.000 en Castilla y León, 15.000 en la Comunidad Valenciana y 14.000 en Cataluña. A su vez, cerca de 6.500 alumnos madrileños se desplazaron para estudiar en otras comunidades.
Este equilibrio ilustra un intercambio educativo que favorece tanto a los estudiantes como a las instituciones, incentivando la diversidad y la calidad académica. Sin embargo, el discurso promovido por el Partido Popular fomenta la percepción de agravio y divisiones entre los alumnos madrileños y los de otras comunidades. La verdadera naturaleza de la movilidad estudiantil es la de una práctica equilibrada y lógica en el contexto del sistema educativo español.
3. Las diferencias entre centros de Bachillerato públicos y privados se explican por factores socioeconómicos
Otro argumento común es que los estudiantes de centros privados tienen ventajas injustas frente a los de centros públicos, especialmente en Madrid. Sin embargo, los datos demuestran que las diferencias en las notas se deben a factores socioeconómicos y no a un “inflado” injustificado de las calificaciones.
Los resultados de la PAU son coherentes con el rendimiento previo: los estudiantes de centros privados de Bachillerato en España obtienen, en promedio, 0,3 puntos más que los de centros públicos. En Madrid esa diferencia asciende a 0,4 puntos. Pero en la PAU los estudiantes de centros públicos en Madrid y en España reducen la diferencia, mientras que los estudiantes de centros privados mantienen su ventaja, pero de manera muy ligera.
4. Conclusiones: una movilidad equilibrada y justa
Madrid no es una víctima del sistema educativo, sino una parte activa de un intercambio justo y enriquecedor que fortalece al conjunto del país. Los datos son claros: la Selectividad en Madrid no es más fácil ni más difícil que en el resto del país, y la movilidad estudiantil es un proceso lógico y equilibrado sustentado por las becas de residencia proporcionadas por el Ministerio de Educación. Tanto los estudiantes que eligen Madrid como los que deciden estudiar fuera lo hacen impulsados por factores personales y la calidad educativa, no por ventajas injustas o desigualdades en el sistema de evaluación.
Es urgente que el Gobierno del Partido Popular abandone la retórica que enfrenta a los estudiantes de Madrid con los de otras comunidades. En lugar de generar divisiones, es necesario reconocer que la movilidad estudiantil beneficia a todos y que debe ser apoyada y facilitada mediante becas que compensen la mayor carestía de la vida (residencia, transporte…) en la comunidad.
Es fundamental que se siga apostando por un sistema de acceso equitativo, basado en el mérito y la competencia justa, que promueva la movilidad y permita a todos los estudiantes acceder a la mejor educación posible sin importar su procedencia. Solo así se podrá garantizar una educación superior de calidad, capaz de responder a las necesidades de una sociedad moderna y diversa.
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