Sin solución para Graciela, la madre enferma y expedientada de Pontevedra
La Xunta admite que hasta enero no pondrá en marcha el sistema para ofrecer educación a distancia a los estudiantes con familiares con movimiento restringido por riesgo de contraer la covid
La lucha de Graciela, la madre de Pontevedra con una enfermedad grave que decidió no llevar a su hijo de nueve años a clase porque un contagio de coronavirus podría costarle la vida, no acaba. El precio de esa decisión fue un expediente de absentismo contra el que emprendió una batalla administrativa. Después de EL PAÍS hiciese pública su historia, Graciela consiguió que a su hijo le autorizasen a recibir clases a distancia. Han pasado más de dos semanas desde que la Xunta de Galicia anunció la resolución de su caso, pero su hijo, Gael, aún no tiene asistencia telemática. No dispone de claves o instrucciones para acceder al aula virtual, ni ha coordinado horarios. Eso sí, sigue recibiendo las notificaciones de falta de asistencia. La Consejería de Educación creó equipos para garantizar la educación a distancia de los niños en estas situaciones, pero admite que hasta enero no podrá poner en marcha el servicio.
Graciela abrió este martes la puerta de su casa y encontró un regalo anónimo que le llenó de esperanza: dos libros fotocopiados con las fichas que usan los profesores en clase. El obsequio le llegó de parte de algún director de colegio público de la ciudad de Pontevedra, y ella está segura que no se trata del CEIP Praza de Barcelos, donde su hijo está matriculado y cursa cuarto de primaria. Fuentes de la Consejería de Educación aseguran que “el centro se puso a disposición de la familia desde el inicio del curso, para que el menor pueda seguir las clases, incluido el envío de materiales”. Sin embargo, la madre cuenta que la institución solo le ha mandado un correo electrónico con la resolución del caso.
Según la resolución de la Xunta, profesionales del Equipo de Atención Virtual del Alumnado (AVA) ―creados específicamente con motivo de la pandemia para dar solución a los alumnos que no pueden acudir a clase―, serían los encargados de ofrecer a Gael la educación telemática. La Xunta anunció que habrá dos AVA en cada provincia: uno para infantil y primaria y otro para secundaria y algunas áreas de formación profesional básica. La función de esos equipos, integrados por docentes en activo, será la de actuar como intermediarios entre el colegio y el estudiante y coordinar las actividades que los colegios planifiquen.
Mientras tanto, Graciela sigue igual que hace cuatro meses; su hijo sigue sin recibir la educación obligatoria.
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