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La disparidad autonómica en la vuelta al cole: 17 formas de llevar mascarilla o de ventilar el aula

Un documento recoge los distintos programas en cada comunidad. El Gobierno cita este jueves a las autonomías para tratar de homogeneizar la vuelta a clase

La capilla del colegio concertado Pío XII de Valencia, reconvertida en aula.Manuel Bruque / EFE

El Ministerio de Educación y el de Sanidad se reúnen este jueves con las comunidades en la última reunión conjunta antes del inicio de curso. La intención, según ha adelantado el Ejecutivo, es tratar de homogeneizar las regulaciones que han aprobado a lo largo del verano las autonomías, que tienen la competencia en materia de organización escolar. Uno de los puntos en el que los planes autonómicos presentan diferencias y sobre la que el Gobierno ha manifestado que planteará una propuesta es el uso de la mascarilla.

El martes, al término de la reunión de la Comisión de Salud Pública, en la que participan Sanidad y las comunidades, el ministerio remitió a los Ejecutivos regionales un documento, al que ha tenido acceso este periódico, que resume los principales puntos de las normativas de prevención e higiene ante la covid para el próximo curso aprobados por los diferentes territorios. Puede consultarlo a continuación:

Estos son los principales puntos analiza el documento:

Mascarilla. Dos comunidades autónomas destacan sobre el resto en cuanto a la exigencia de su uso. Se trata de La Rioja y de Cantabria. En el primer territorio resulta obligatoria a partir del primer curso de primaria (seis años) para todos los alumnos y personal, incluso en el caso de que formen parte de un grupo de convivencia estable, también llamados burbujas porque sus integrantes no pueden mezclarse con los estudiantes de otras clases. Lo mismo establece la normativa de Cantabria, donde la mascarilla es obligatoria de primaria en adelante “independientemente de la distancia interpersonal”, esto es, aunque se esté a más de un metro y medio de distancia.

Cantabria impone que el personal de educación infantil deberá utilizar mascarillas FFP2. Y, además, en una decisión polémica, recomienda que la utilicen los alumnos del segundo ciclo de infantil (3-5 años). Murcia también la recomienda para las mismas edades, pero solo para las entradas y salidas de los centros. Y Baleares tan solo en el autobús.

En un segundo escalón de exigencia figuran, en lo esencial, el resto de comunidades, que a pesar de incluir particularidades establecen como norma general el uso obligatorio de la mascarilla a partir de los seis años, salvo que los alumnos formen parte de grupos de convivencia estable o que estén sentados en el aula y a una distancia de al menos 1,5 metros.

Castilla y León la hace obligatoria más tarde, desde segundo de primaria (siete años), pero hasta el curso anterior los alumnos estarán en grupos de convivencia estable.

Cataluña, que había sido una de las más permisivas respecto al uso de la mascarilla (fundamentalmente porque permitía que no la llevaran los miembros de los grupos de convivencia estable, que en su caso se extienden hasta Bachillerato y FP con clases de hasta 30 alumnos) endureció su normativa el martes, haciéndola obligatoria en los grupos burbujas de mayores de 12 años. Madrid también hizo más severa su norma sanitaria el mismo día, haciendo obligatoria la mascarilla para todos los alumnos desde los seis años.

El protocolo de la Comunidad Valenciana subraya la prohibición de las mascarillas con válvula exhalatoria. Y mientras Baleares advierte que la mascarilla entraña riesgo de asfixia para los menores de tres años, Castilla-La Mancha advierte contra ese peligro solo para los menores de dos años. Galicia presentaba la normativa más relajada al permitir que los alumnos se quitaran la mascarilla cuando estuvieran en clase sentados a solo un metro de distancia, pero ya ha anunciado su intención de endurecer la previsión y hacerla obligatoria a partir de los seis.

Grupos de convivencia estable. La mayoría de las comunidades permite formarlos a lo largo de todos los cursos de las etapas de infantil y de primaria, con un tamaño aconsejado de 20 y un máximo de 25, aunque Asturias lo limita a 21. Entre las que lo regulan de forma diferente por edades figuran Castilla-La Mancha, que solo lo recomienda para el primer ciclo de educación infantil, aunque puede ser implantado en otros niveles en caso de que así lo valore el centro. En Castilla y León, donde estos grupos solo se pueden crear hasta primero de primaria. Y en Asturias, hasta cuarto de la misma etapa. En Cataluña están previstos a lo largo de todas las etapas educativas.

Transporte escolar. Los protocolos hacen un llamamiento a “fomentar la movilidad activa”: se prefiere que los alumnos acudan a pie o en bicicleta a los centros. Para quienes utilicen el autobús escolar, las comunidades coinciden en hacer obligatoria la mascarilla desde los seis años y en establecer un asiento fijo para cada alumno desde el primer día que deberá mantener a lo largo del curso. Baleares recomienda la mascarilla desde los tres y establece que los alumnos que no las lleven (por ser pequeños o por motivos de salud) deberán sentarse en las primeras filas. Madrid prohíbe el aire acondicionado en modo recirculante.

Ventilación. Las comunidades establecen la obligación de ventilar las aulas durante periodos de cinco o diez minutos, como norma general, antes de iniciar la jornada, entre cada clase y al finalizar la jornada. Navarra eleva dichos periodos hasta los 15 minutos. Varias de ellas (como Extremadura, Murcia, Andalucía y Canarias) recomiendan expresamente tener las puertas y ventanas abiertas durante las clases. Andalucía prohíbe el uso de ventiladores. Y la Comunidad Valenciana subraya la necesidad de “reforzar la limpieza de los filtros” de los sistemas de ventilación.

Escenarios. El Gobierno recomendó a las autonomías que incluyeran en sus protocolos tres niveles de actuación para el nuevo curso en función de la gravedad de la situación epidemiológica. Pero no todos los planes lo recogen. Sí lo hacen, aunque con distinto grado de detalle, La Rioja, Madrid, Asturias, Cantabria, País Vasco, Navarra, Aragón y Baleares. Se limitan a dejarlo en manos de los centros educativos Andalucía y Castilla y León. Y el Gobierno señala que no han sido incluidos en los protocolos de Murcia, Extremadura, Galicia, Canarias, Castilla-La Mancha, Cataluña y la Comunidad Valenciana. Fuentes de esta última autonomía señalan que decidieron no establecer distintos niveles al considerar que bastaba con uno, que reflejara la situación que vive el territorio en estos momentos. De persistencia de la epidemia en un grado importante, pero que no llega a obligar al cierre de los centros (lo que constituiría, señalan las fuentes, el escenario tres, en el que todo sería docencia online), ni tampoco un grado de normalidad que permita al sistema volver a los viejos tiempos.

“Probablemente lo mejor es la higiene de manos frecuente”

Mientras que en la conferencia de consejeros de Educación y Sanidad de este jueves se va a proponer extender el uso de la mascarilla a los alumnos desde seis años —estaba previsto a los 12— debido a la virulencia de la pandemia en todas las regiones, Cantabria, Murcia y Baleares han ido un paso más allá y recomiendan también su utilización por los niños de tres a cinco años.

“El uso de mascarillas es recomendable para niños de tres a cinco años, eso sí, teniendo siempre presente que su uso está absolutamente contraindicado en menores de tres años [primer ciclo de infantil]”, subraya la Consejería de Educación de Cantabria (13.000 menores en infantil) en una nota.

La decisión de estas tres regiones no convence al epidemiólogo Quique Bassat: “No es muy ortodoxo. No lo recomienda la Organización Mundial de la Salud. A partir de los seis años las pueden llevar, pero más pequeños es habitual que la toquen, se la quiten... No cumplen con los mínimos estándares para el uso de una mascarilla”. Aunque Bassat precisa: “Eso no quiere decir que no le pueda ser útil a un niño de tres años que la use bien. Pero la recomendación es a partir de los seis años”.

El doctor cree que hay otras medidas más eficaces para frenar el contagio entre estos menores dispersos. “Probablemente lo mejor es una higiene de manos muy, muy frecuente. Aunque no hay ningún estudio que compare las diferentes medidas, por sentido común es lo mejor”, añade. E ironiza: “En lo de la distancia física tampoco son buenos cumpliéndola”.

Información de Elisa Silió

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