La escuela mantendrá separados los grupos de alumnos para hacer aislamientos selectivos, afirma Celaá
La ministra de Educación asegura que se está trabajando para que el próximo curso tenga la “mayor presencialidad posible”
La ministra de Educación, Isabel Celaá, ha afirmado este jueves que una de las claves del próximo curso consistirá en “tratar de no mezclar mucho” a grupos de distintas etapas educativas para que, si se produce un foco de coronavirus, los alumnos que hayan estado en contacto con contagiados puedan ser aislados sin afectar al resto. Celaá ha asegurado ante la comisión de Educación y Formación Profesional del Senado que el curso que viene debe discurrir con “la mayor presencialidad posible”, pero estando preparados para reaccionar rápido en caso de rebrote.
La dirigente socialista ha descartado que vaya a haber recortes en educación y ha reiterado el compromiso del Gobierno de elevar al 5% del PIB el gasto educativo al final de la legislatura, lo que supondría incrementarlo en cerca de un punto (unos 10.000 millones de euros más). “Si España quiere crecer y erradicar la pobreza, la solución pasa por no recortar en educación, porque es una inversión, no un gasto”, ha dicho.
Aunque los centros son muy diferentes, la necesidad de mantener muy separadas las etapas educativas plantea, en principio, más problemas en los colegios concertados y privados, que con frecuencia concentran todos los niveles, de infantil a Bachillerato, en unas mismas instalaciones, que en los públicos.
“Todos los ministros europeos nos estamos encontrando con los mismos problemas” en la vuelta a las aulas en este final de curso, ha mantenido la dirigente socialista, y la experiencia está demostrando que debe actuarse con cautela. “En Israel no está saliendo bien; en Dinamarca, sí”, ha dicho Celaá.
En España las líneas generales sobre cómo regresarán los alumnos a los centros en septiembre empezarán a estar más claras la próxima semana, cuando se reúna la conferencia sectorial de educación, en la que participan el ministerio y las comunidades autónomas. El ministerio ha constituido junto a las autonomías un grupo de expertos para diseñar la vuelta que se ha reunido dos veces. Y los responsables educativos lo han hecho también con los del Centro de Coordinación de Emergencias y Alertas Sanitarias que dirige Fernando Simón con el mismo objetivo.
La reducción del número de alumnos por clase para cumplir las normas de distancia obligará a los centros a aprovechar “todos los espacios” susceptibles de ser reconvertidos en aulas, afirmó Celaá. Una reorganización en la que ya trabajan las comunidades autónomas (al menos siete) que se han marcado como objetivo que todos los alumnos de infantil y primaria recuperen una docencia solo presencial el curso que viene. Celaá ha señalado que los currículos del próximo curso deberán ser adaptados teniendo en cuenta “todo aquello que no se ha podido estudiar este año”. Y ha adelantado que en los próximos días presentará un programa de cooperación territorial para aportar recursos digitales al sistema educativo en el que participará el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital a través de la empresa pública Red.es.
Discurso privado
La gestión de la ministra durante la pandemia ha sido muy criticada por el PP y Vox, que la han acusado de no garantizar la igualdad al haber dejado que cada comunidad decida el desenlace del curso. Celaá ha replicado que las comunidades conservan durante el estado de alarma sus competencias educativas, que son muy amplias. Y ha asegurado que las comunidades gobernadas por los populares actúan de forma constructiva cuando sus consejeros tratan en privado con el ministerio así como durante las conferencias sectoriales de educación, mientras que en público rechazan, en cambio, todos los acuerdos.
Sustituir el título de la ESO
Poco después de que la ministra interviniera en el Senado, el presidente del Consejo Escolar del Estado, Enrique Roca Cobo, lo ha hecho en la comisión de reconstrucción social y económica del Congreso, donde ha defendido la sustitución del actual título de la ESO por un certificado que acredite que el alumno ha cursado la secundaria, al margen de cuántos suspensos haya tenido. Se trata, ha afirmado Roca Cobo, del sistema utilizado en el resto de Europa y en otros países, como Estados Unidos. Y permitiría al 22% de los estudiantes que no logra el título de ESO seguir su trayectoria educativa cuando ahora, sin él, se quedan sin opciones.
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