HaloTech crea cascos inteligentes que avisan de caídas
La ‘startup’ desarrolla dispositivos que mejoran la seguridad y se usan en sectores como la construcción o la logística


Tras pasar por Apple y Telefónica, el jiennense Manuel Marín quiso emprender. Comenzó en Wallbox, la empresa fundada por Enric Asunción. Después lanzó Livall y ahora continúa con HaloTech. Es una compañía centrada en la creación de dispositivos inteligentes que se incorporan a cascos de operarios industriales para mejorar su seguridad, avisando de caídas o de una situación peligrosa. Desde su nacimiento a finales de 2023 ya ha cerrado acuerdos con compañías como ArcelorMittal, Acciona, Valoriza o Telefónica, lo que le permitió facturar 600.000 euros en 2024. Este año prevé superar los siete millones de euros para iniciar una ambiciosa senda a medio plazo. “Yo ya me hice millonario muy joven y no pienso en el dinero. Ahora busco completar retos y el siguiente es que la empresa salga a Bolsa en Estados Unidos”, relata Marín, hoy con 49 años.
Para entender el nacimiento de HaloTech hay que viajar hasta 2019. Aquel año el empresario nacido en Linares creó Livall, start-up con la que buscaba desarrollar un producto que otorgara más seguridad a la movilidad en bicicleta o patinete. Consiguió introducir un pequeño dispositivo en un casco que reproducía la luz de frenos del vehículo, los intermitentes o incluso contaba con un sensor detector de caídas que avisaba a emergencias. La idea funcionó —y funciona: tiene presencia ya en 56 países— pero Marín quiso ir más allá. Pensó que el concepto podía trasladarse a la industria. Ahora sus dispositivos se colocan en cualquier tipo de casco, aunque también existe un modelo que se ajusta como un brazalete para profesiones que no utilizan protección en la cabeza, como la jardinería. Sus sensores permiten controlar variables como el estrés térmico, la calidad del aire, la humedad o la presión, pero también avisa ante una posible caída y accidente del empleado. Además, cuenta con un botón que se puede activar por el propio operario si se encuentra en peligro. Igualmente cuenta con un GPS que permite distintas funcionalidades, desde avisar al usuario de que está accediendo a un área restringida hasta permitir el seguimiento a la empresa en caso de emergencia, como un incendio. “Nuestra tecnología es ahora un ángel de la guarda para los trabajadores y ayuda a la eficiencia de las empresas”, asegura el empresario. “La supervisión del GPS es privada, no se puede hacer siempre, solo en caso de peligro”, aclara Marín, que cuenta con una plantilla de 28 personas, quienes han creado y desarrollado todo el software, hardware y firmware de HaloTech, que ensambla los componentes en su fábrica de Albacete.
En todos los casos el modelo de negocio se basa en una suscripción: los clientes pagan entre 28 y 35 euros por operario y el acceso a la plataforma que les permite controlar y vigilar los parámetros que deseen.
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