¿Cómo impactará Trump 2.0 en la economía?
Las promesas del reelegido presidente de Estados Unidos darían como resultado una disminución en la tasa de crecimiento económico, mayor inflación, un dólar más fuerte y tasas de interés más elevadas
Donald Trump ha ganado la presidencia de los Estados Unidos. Además, los republicanos van a tener mayoría en ambas Cámaras, lo que le permitirá implementar sus planes fiscales. ¿Qué promesas ha hecho y cómo podrían afectar, de cumplirse, a la economía global?
Sus principales propuestas económicas son: 1) Imposición de aranceles de entre 10% y 20% a todas las importaciones, salvo a aquellas provenientes de China a las que se asignaría un arancel del 60%; 2) Disminución de impuestos a empresas e individuos; 3) Reducción del flujo de migrantes y la realización de deportaciones masivas de indocumentados; y 4) “Desregulación económica”, que en principio podría ser positiva, pero cuyos alcances están sin definir. Me centraré en las tres primeras promesas de campaña.
Sobre la política arancelaria, las promesas de Trump resultarían en menores niveles de crecimiento económico para la economía estadounidense —y también para la global— ya que la producción sería más ineficiente al enfrentar aranceles en los insumos. Por otra parte, el capital fluiría de sectores en que Estados Unidos tiene ventajas comparativas a otros en los que es menos eficiente, pero que se beneficiarán ahora de la protección arancelaria. El efecto de este tipo de tarifas sería una apreciación generalizada del dólar, lo que complicaría el objetivo de Trump de reducir el déficit comercial que su país tiene con un elevado número de economías. Algunos dicen que utilizará las amenazas arancelarias como estrategias de negociación y que finalmente terminaría por suavizar la propuesta. Incluso de producirse, el crecimiento se verá afectado pues la sola incertidumbre de imposición de aranceles conllevará menores niveles de inversión.
Ahora bien, la disminución de impuestos —en BBVA Research asumimos que continuarán las extensiones impositivas, pero sin reducciones adicionales— puede representar un impulso al crecimiento en el corto plazo. Sin embargo, esto llevará a niveles de déficit fiscal todavía más elevados, lo que implicará mayores tasas de interés de largo plazo encareciendo la financiación y contrarrestado el posible beneficio inicial de la medida. Incluso puede llegarse a una situación de cuestionamiento de la sostenibilidad de deuda.
Por su parte, las promesas en política migratoria resultarían en una contracción de la oferta laboral y, con ello, en un menor crecimiento estructural y presiones inflacionarias. Esto sería paradójico considerando que las encuestas sugieren que una de las razones por las que los votantes eligieron a Trump fue como castigo a la elevada inflación observada en la Administración de Biden. En todo caso, no es realista que se implemente un programa de deportaciones masivas.
En conjunto, estimamos que, implantándose estas propuestas, el resultado sería una disminución en la tasa de crecimiento económico, mayor inflación, un dólar más fuerte, y tasas de interés más elevadas.
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