Bad Habits: moda que busca un buen diseño para todas las tallas
La empresa catalana nació con el reto de vender ropa de calidad y factura casi dos millones de euros


Georgina Escoda vive la moda como vocación y no le importó llamar a puerta fría en muchas empresas relacionadas con el sector para aprender. Así lo cuenta la fundadora de Bad Habits, la marca de ropa a la que ha dedicado buena parte de su vida.
Su aventura empresarial comenzó en 2007 en la firma Bimba y Lola, de la que Escoda abrió una de las primeras franquicias en ese año. En poco tiempo ya contaba con cinco en Cataluña. “Todo fue muy bien, aunque no pude criar a mis hijos, pero había que subirse al tren”, sonríe la fundadora.
Cuenta lo mucho que aprendió, pero notaba que le faltaba algo. “Podía gestionar, pero no crear. Pensé que estaría bien sacar todo lo que tenía en la cabeza: lo que yo me pondría, lo que compraría, sin seguir modas ni tendencias”, señala Escoda. Una idea que materializó con la apertura de un establecimiento multimarca en Barcelona en 2017 en el que puso a la venta piezas de diseñadores como Victoria Beckham o Steve Madden, que hasta entonces no estaban en España.
La idea le funcionó y puso la primera piedra de una nueva aventura. “Noté que a estas marcas les faltaban básicos, así que empecé a diseñar mis propias piezas con tejidos y patrones que se ajustaran a mi gusto”. El resultado fue esperanzador. Vio cómo volaban de los lineales y cómo marcas ajenas le pedían la suya. Desarrolló un plan de negocio y desde hace tres años lanza dos colecciones (verano e invierno) que mantiene hasta el momento, con unas 300 referencias en total, frente a las 50 del comienzo. La progresión le llevó esta temporada a prescindir de la mayoría de las marcas para las que trabajaba y a centrarse en la suya.
Puntos de venta
La confección se realiza en un 90% en empresas locales y está centrada en Madrid y Cataluña, salvo los tejanos que llegan desde Túnez o el punto, de la India. El siguiente paso es trasladar toda la producción a España. La marca mantiene solo la tienda de Barcelona, pero su ropa se vende en más de 105 establecimientos multimarca, la mayoría en España, con Cataluña, Madrid y el norte como zonas de mayor implantación. También ha cruzado la frontera y se puede encontrar en showrooms de Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo, Francia y, recientemente, en Irlanda. Además, ha diseñado una ruta con nuevos destinos, como el Reino Unido o Los Ángeles, en Estados Unidos, aunque el más próximo, según cita Escoda, será París.
En paralelo, también Madrid está en sus previsiones. “Tengo a agentes buscando local aquí. Ya estuvimos antes de la pandemia, pero la situación nos llevó al cierre”.
Las prendas de Bad Habits están pensadas para una mujer de entre 35 y 55 años, en general autónoma, y que le gusta la moda pero no sigue las tendencias. “Quiere vestir elegante, sin llamar la atención y es inconformista, con un toque canalla”, relata Escoda. Un público que tiene en los trajes de chaqueta y las camisas sus prendas preferidas. “Cuando diseño cualquier pieza la pruebo en todas las tallas, desde la 36 a la 44, para asegurarme de que queda bien. Ese es mi principal empeño, junto con la calidad a un precio razonable”, asegura.
Desde su llegada al mercado, su negocio ha crecido de forma exponencial. Con 15 empleados en la actualidad, en el pasado ejercicio facturó 1,7 millones de euros, de los que un 60% procedió de tiendas físicas y el resto, online. Para este año, sus previsiones apuntan a ingresar tres millones. Entre sus proyectos está ampliar la gama. “Tenemos muchas peticiones para hacer ropa de hombre e igual lo probamos”, señala.
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