Manual para sobrevivir al calentón del euríbor
El alza del índice, que se podría colocar entre el 1% y el 1,9% en 2022, supondrá letras más caras para las familias con hipotecas variables
Regresa el temido fantasma del euríbor. Escapar del alza de este índice no va a resultar sencillo para los hipotecados a tipo variable, aunque hay formas de defenderse o, al menos, de reducir su impacto. Afecta a miles de personas. Algunas ya han hecho frente a la subida de este índice en sus últimas revisiones hipotecarias (anuales o semestrales) y otras lo harán en lo que resta de año. El euríbor a 12 meses, el indicador que más se usa en España para calcular las cuotas de las hipotecas, superaba el pasado 15 de junio el 1% en su cotización diaria por primera vez en casi una década. Tras seis años en negativo, el mercado hipotecario se ha dado la vuelta como un calcetín. El índice cerró mayo en el 0,287% y en junio se situó en el 0,852%, su tasa más alta en 10 años (en agosto de 2012 se colocó en el 0,877%). Eso sí, la subida queda muy lejos del máximo alcanzado en julio de 2008 (5,393%) y no todos los hogares sufrirán el cambio de signo.
Desde ese julio de 2008 histórico hasta este mes de abril —último dato del INE—, 5.160.713 personas han firmado una hipoteca para la compra de una vivienda en España. El grueso de las constituidas entre 2008 y 2016 fueron a tipo variable (llegaron a representar el 98% del total). Teniendo en cuenta que el plazo medio de una hipoteca es de 30 años, es lógico pensar que la mayoría la sigue pagando y va a tener que asumir una letra que cada vez será más cara. En Trioteca ponen un ejemplo de uno de sus clientes, con una hipoteca de 150.000 euros a 30 años. En diciembre de 2021 pagó 450 euros; en abril de 2022 fueron 485 euros. “Lo que ha subido y va a subir no es ninguna tontería y si el euríbor aumenta mucho más se puede complicar bastante”, dice Ricard Garriga, fundador de Trioteca.
Sin embargo, en 2016 cambiaron las tornas. Los hipotecados comenzaron a decantarse por los tipos fijos, aprovechando las ofertas de la banca como respuesta a los tipos negativos. Este pasado mes de abril, los préstamos fijos supusieron el 75% del total —no se verán afectados por los vaivenes del euríbor—. El departamento de Análisis y Mercados de Bankinter indica en su último informe que “más de la mitad de las hipotecas firmadas en los últimos años son a tipo fijo, por lo que el repunte de euríbor tendrá un impacto más moderado que en anteriores ocasiones”. Así ha sido en Caixabank, por ejemplo. Desde la primavera de 2015, más del 70% de las nuevas hipotecas que concede la entidad son a tipo fijo y en 2022 ese porcentaje se ha incrementado ya a más del 85%.
El euríbor ha iniciado una escalada alcista provocada por el anuncio del Banco Central Europeo (BCE) de aplicar una primera subida del 0,25% de los tipos de interés este julio y una segunda, algo mayor, para septiembre. Es la herramienta con la que cuenta el organismo para hacer frente a la alta inflación global (en España se ha disparado al 10,2% en junio). La incertidumbre se ha instalado en los mercados y resulta muy complicado hacer previsiones sobre hasta dónde llegará el índice. La bola de cristal está más borrosa que nunca.
Fuentes de Caixabank estiman que subirá 100 puntos básicos en el conjunto del año y otro 1% en 2023, aunque sostienen que la previsión es incierta y que no debe descartarse incluso que los tipos actuales incluyan una cierta sobrerreacción. Según la entidad, “el escenario más probable plantea un ritmo gradual de subidas de tipos digerible para la economía, porque se parte de niveles muy bajos”. Las previsiones de Bankinter señalan que se colocará en el 1,90% en diciembre de 2022 y en el 2,20% en 2023. Roberto Gómez Calvet, profesor de Economía de la Universidad Europea, no cree que suba más del 2% o 3%. A la pregunta de si veremos un euríbor a corto plazo asentado en el 5% del año 2008, la respuesta es negativa. “Subir tipos es la primera herramienta contra la inflación del BCE, pero es muy consciente de que no puede perjudicar a la población, no quiere tener ciudadanos atrapados porque sería pegarse un tiro en el pie”, comenta Gómez Calvet. Otra cosa es lo que ocurra en los próximos 30 años y que nadie puede garantizar.
Por ahora, la subida actual no ahoga en exceso las economías familiares, aunque el Banco de España avisó hace algunas semanas de que el alza conllevará una “mayor carga financiera”. El profesor de la Universidad Europea insiste en que “el encarecimiento de las hipotecas supondrá la merma en otros gastos, por ejemplo en ropa, porque no podemos escapar de la hipoteca”.
Las circunstancias de cada hipotecado son distintas, pero hay algunas formas de defenderse de la escalada del euríbor. “Las personas a las que les quede un plazo de hipoteca largo —que estén entre el inicio y la mitad—, deberían estudiar el cambio a una hipoteca fija cuanto antes porque algunos bancos las están encareciendo y otros las van a quitar de su cartera de productos en las próximas semanas”, dice Garriga. Ya no hay prácticamente hipotecas fijas por debajo del 2% —algunas ya superan el 3%— y este julio vuelven a subir, por lo que la ventana de oportunidad se va cerrando.
Fernando López, director de operaciones de Gibobs allbanks, hace la misma recomendación: “Para los que se hayan hipotecado en los últimos cinco o siete años con un euríbor más 0,99% o superior, es momento de estudiar cambiar a una hipoteca fija o mixta”, señala. En esta fintech de asesoramiento hipotecario dicen estar consiguiendo créditos fijos al 1,71% TAE, cuando la media del mercado está en el 3,02% TAE. Esta opción es recomendable para clientes que aún se encuentran en la primera mitad del plazo de su préstamo porque en los primeros años se pagan más intereses.
Dejarse querer
El cambio se puede hacer negociando con el propio banco (novación) o con otra entidad (subrogación). “Ahora mismo hay una guerra muy feroz para llevarse a clientes de otros bancos; hay que dejarse querer por otras entidades”, sostiene el fundador de Trioteca. “La operación más económica es la novación porque no hay cambio registral”, cuenta Milagros Masias, analista de Finteca, que también apuesta por pasar de variable a fija. De abril de 2021 a abril de 2022 se han realizado 214.999 novaciones en España y 32.362 subrogaciones de acreedor, según el INE.
No obstante, Leyre López, analista de la Asociación Hipotecaria Española (AHE), hace alguna puntualización: “El hipotecado debe saber que dependiendo del momento de la vida del préstamo en la que esté le puede resultar más o menos interesante cambiar de variable a fijo, puesto que el cambio podría comportar algún coste, los tipos fijos están subiendo en consonancia con el euríbor y, además, si se encuentra en el tramo final de la hipoteca lo más probable es que los intereses que devengue el préstamo no supongan una cuantía significativa”.
Así, en el caso de que al hipotecado a tipo variable le quede poco capital, en torno a un 25%, la recomendación va en la línea de “mantenerse con un tipo variable porque quedarán por pagar muy pocos intereses”, indica Miquel Riera, experto en hipotecas del comparador financiero HelpMyCash.com. En este caso, vale la pena ahorrar y, si el escenario se pone muy feo, amortizar todo lo que se pueda, ya sea para reducir la cuota mensual o para acortar el plazo y estar menos tiempo expuesto al euríbor.
También se puede negociar un diferencial más bajo. “En estos momentos es relativamente sencillo conseguir una rebaja del diferencial, siempre que se tenga un buen perfil”, asegura Riera. Según la experta de Finteca, para atraer clientes de otras entidades hay algún banco que está ofreciendo diferenciales en torno al 0,50%.
Lo que no es aconsejable, afirma Miquel Riera, es alargar el plazo de devolución: las cuotas serán más baratas, pero habrá que pagar más en intereses (se generarán durante más tiempo). En cualquier caso, lo más importante, se tenga ya la hipoteca o se vaya a contratar ahora, sea fija o variable, es que el esfuerzo hipotecario de una familia no sobrepase el 35% de los ingresos mensuales, aunque el euríbor se colocara, por ejemplo, en el 3%, aconsejan en Caixabank. Conviene hacer este ejercicio de cálculo para evitar sustos.
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