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Una alternativa a Dropbox y Google Drive

Internxt almacena información en la nube sin hacer uso de ella y busca ampliar su catálogo de funcionalidades

Fran Villalba (el cuarto desde la izquierda en la hilera inferior) y su equipo en Internxt.
Fran Villalba (el cuarto desde la izquierda en la hilera inferior) y su equipo en Internxt.

Cada vez son más los usuarios de internet que rechazan la utilización de sus datos. Para estos cibernautas, usar herramientas digitales que no exploten comercialmente su información es una prioridad, y ya comienzan a constituirse como un grupo a tener en cuenta, que el emprendedor valenciano Fran Villalba sitúa, de un modo optimista, en torno al 10%. Una tendencia al alza que permite que start-ups como Internxt, dedicada a ofrecer servicios en la nube no intrusivos, tengan “una oportunidad competitiva”.

La de este graduado en Administración y Dirección de Empresas es una historia precoz. Según relata por videollamada, comenzó a programar con apenas 13 años; tres después, con 16, obtuvo su primer empleo en una empresa de alojamiento web, el mismo ámbito en el que ahora emprende; y en 2017, antes de concluir estudios en Róterdam, lanzó Internxt sin compañeros de viaje ni socios financieros. “Mi mayor motivación entonces era la de formar parte de un cambio fundamental en la industria, el de avanzar hacia un disfrute más saludable de todos los beneficios de internet”, detalla cumplidos los 24.

Internxt aspira a ofrecer un catálogo de funcionalidades equiparable al del espacio de trabajo de Google, pero “elevando al máximo los estándares de privacidad y seguridad”. El primero de estos dos objetivos lo cumplen “dejando en poder del usuario las claves para desencriptar los archivos”, de tal modo que ni siquiera Internxt tiene acceso a ellos. Y una mayor seguridad es posible gracias a que mediante tecnología blockchain distribuyen la información, fragmentada al inicio del proceso, a diferentes servidores, anulando el efecto de eventuales hackeos. Con 200.000 usuarios, 7.000 de ellos de pago, por ahora su único servicio es un sistema de almacenamiento denominado Internxt Drive, aunque ultiman otro de transferencia de archivos y antes de que acabe el año quieren disponer de su propio buzón de correo.

La compañía quiere ser una alternativa a aplicaciones como Google Drive o Dropbox y se dirige a “quienes envían correos con buzones que no son Gmail, o usan Telegram antes que Whats­App”. Una medida de sus posibilidades la ofrece uno de sus rivales mejor posicionados, ProtonMail, un proveedor de correo electrónico cifrado desarrollado por científicos e ingenieros del CERN que tiene más de 50 millones de usuarios, factura 30 millones de euros y recientemente ha lanzado un sistema de almacenamiento en la nube y una conexión a la Red que evita rastreos. El modelo de negocio por el que optan es el habitual en el sector: el usuario dispone de cierta capacidad de almacenamiento gratuita, en este caso de 2 gigas, y a partir de ahí, previo abono de entre 1 y 10 euros mensuales, se ofrecen hasta 2.000 gigas. Por ahora, sólo un 3% de sus usuarios se ha suscrito, lo que los ha llevado a cerrar 2021 con una facturación “próxima” a un millón de euros. Su objetivo es duplicarla en 2022 y para ello han fichado a varios profesionales, la mayoría de marketing digital, que ya han contribuido a escalar empresas de la competencia.

Más servicios

Uno de los capítulos en los que precisan avanzar más rápido es en la ampliación de servicios. “Sin un ecosistema propio, a la larga no compites. El cliente demanda un único espacio de trabajo y, si no se lo das, no opta por ti”, reconoce Villalba. En la compañía preocupa especialmente, por su dificultad técnica, la futura puesta a punto de una herramienta para editar documentos en línea de forma sincrónica, un problema que comparten otros desarrolladores. Menos urgente les parece alcanzar la rentabilidad. Pese a sus 20 empleados, el coste más elevado se concentra en campañas de captación de clientes y ese es un grifo que, recuerda el emprendedor, pueden cerrar en cualquier momento.

Están buscando nueva financiación, que se sumaría a la que ya han aportado Angels, la sociedad de inversión de Juan Roig; la escuela de negocios Esade, y la aceleradora tecnológica The Venture City, que en conjunto controlan el 20% de la compañía.

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