CAF salta del vagón del tren al autobús de hidrógeno
La compañía vasca acelera las inversiones para lograr una mayor presencia geográfica y abrirse a otros negocios relacionados con las nuevas formas de transporte urbano
En los metros de Washington, Pittsburg, Estambul, Hong Kong y México, entre otros, se viaja en trenes fabricados por la firma CAF, ubicada en Beasain (Gipuzkoa) desde 1917, donde empezó como un taller de construcción de vagones de carga y de pasajeros para el ferrocarril español. Más recientemente sus autobuses eléctricos o de hidrógeno recorren las capitales europeas y también es posible esperar la llegada de uno de sus tranvías en la lejana Sídney (Australia).
Los cambios empezaron a finales de la crisis de los ochenta, empujados por la complicada situación de la compañía, que pasó de carrocero a hacer sus productos, con su departamento de ingenieros y sus propias patentes. Su nicho de mercado, como explican desde CAF, siempre se buscó más en el transporte urbano y regional frente a la alta velocidad, por la que apostaron otros.
Y a partir de 2000 se produjo una fuerte internacionalización. Además de las plantas de Beasain, Zaragoza, Irún o Madrid, CAF produce también en Estados Unidos, México, Brasil, Francia y el Reino Unido. “Contamos con talleres en todo el mundo porque el cliente quiere que sea el fabricante el que haga el mantenimiento. Además, algunos países obligan también a fabricar parte de los trenes en su propio país para optar a los proyectos. Actualmente, el 90% de nuestro negocio se hace fuera de España y contamos con más de 13.000 trabajadores, de los que 6.000 están en nuestro país”, explican desde la firma guipuzcoana.
Pese a estar presente en los cinco continentes, China es un mercado impenetrable para CAF y otros fabricantes, con el dominio del gigante CRRC, el mayor productor de trenes del mundo y que se ve como el gran competidor a escala global. Otro de los imposibles de CAF se produjo este mismo año cuando Hitachi Rail adquirió el negocio de señalización de la empresa francesa Thales al que optaba el constructor español. Cerrar el círculo de la señalización ferroviaria, cada vez más compleja con el horizonte de la automatización total, permite a las constructoras entregar proyectos completamente cerrados a sus clientes.
CAF dio un gran paso a la diversificación con la compra en 2018 de la firma de autobuses Solaris, ubicada en Polonia y que cuenta con dos plantas de producción en ese país. Esta adquisición ha convertido a CAF en líder europeo de autobuses urbanos eléctricos. César Sánchez-Grande, responsable de análisis institucional de Renta 4, explica que actualmente “Solaris es el único productor europeo de autobuses que cuenta con todas las tecnologías (electricidad, hidrógeno, híbridos, gasoil…)”. Y añade que ahora la empresa se resiente como otras firmas automovilísticas “por retrasos en las entregas de los autobuses de Solaris ante la escasez de chips”. Desde CAF comentan que ya están trabajando en el primer prototipo de tren impulsado por hidrógeno para Renfe.
La pandemia de la covid-19 estuvo a punto de llevar a CAF a entrar en pérdidas, aunque finalmente logró un beneficio de 10 millones de euros en 2020, frente a los 25 del ejercicio anterior. En este año se ha producido una recuperación en forma de “v”, pero sigue habiendo incertidumbres. En los nueve primeros meses del año, la facturación ha subido un 12%, hasta los 2.033 millones de euros, y el ebitda (beneficio de explotación) ha crecido el 27%, hasta los 175 millones de euros, con un resultado neto de 59 millones que contrasta con las pérdidas de 20 millones de igual periodo de 2020.
CAF ha incrementado la cartera de pedidos hasta los 9.738 millones, un 11% más. Recientemente se adjudicó un contrato de 160 millones (ampliable hasta 300 millones) en Calgary (Canadá) para la construcción de 26 trenes ligeros. También tomó el control de la firma aeroespacial Orbital. “Es muy interesante estratégicamente porque está especializada en sistemas críticos (no pueden fallar) para el mundo de la aviación y nos aportan conocimiento para nuestros trenes y también un nuevo campo dentro de la movilidad y la ingeniería”, explican en CAF.
Pero la inversión más importante se realizó el pasado mes con la adquisición a Alstom de su planta de producción de Reichshoffen (Francia), la plataforma Coradia Polyvalent (trenes regionales fabricados en Reichshoffen), así como la propiedad intelectual relacionada con la plataforma Talent 3. Alfredo del Cerro, analista de Banco Sabadell, apunta que la operación es positiva para CAF “en la medida que le permite reforzar su posicionamiento en los mercados francés, alemán, austriaco y suizo, y el know how local, dado que la compañía ya tenía presencia en los segmentos en los que operan las plataformas adquiridas, con un impacto limitado en su posición financiera”. Esta compra por 75 millones de euros se suma a la deuda financiera neta que con los últimos datos facilitados por CAF del primer semestre del año se elevaba hasta los 301 millones de euros.
Los analistas de Bankinter, Banco Sabadell o Renta 4 se muestran muy favorables a la evolución de la acción de la empresa en Bolsa, aunque el experto de Renta 4, César Sánchez-Grande, también ve algunas dudas: “Estamos en una situación de vuelta a la normalidad con crecimiento garantizado de resultados. La única incertidumbre es cómo pueden afectar a la compañía las subidas de los costes (energía, materias primas…) y cómo se va a comportar la competencia en ese escenario ya que se podrían reducir los márgenes de ganancia”, explica.
Actualmente, CAF vale en Bolsa 1.175 millones de euros y sus principales accionistas son Kutxabank, que ostenta el 14,05% de las acciones, y Cartera Social, con el 24,9% del capital, esta última formada por directivos y trabajadores de la constructora de trenes y autobuses.
Concentración
La compra de la división de trenes de Bombardier por parte de Alstom el pasado año y la adquisición de la unidad de negocio de señalización de Thales por la japonesa Hitachi Rail este 2021 muestran que este sector está en pleno proceso de consolidación. Los analistas llevan emparejando en sus quinielas a CAF con Talgo, cuyo principal accionista ahora mismo es el fondo de capital riesgo Pegaso Transportation, que ostenta el 35% de las acciones.
Desde CAF prefieren guardar silencio sobre si optarán o no a este paquete de acciones, aunque indican que “siempre estamos alerta para las oportunidades que se nos presenten”. César Sánchez-Grande, de Renta 4, ve una gran complementariedad en esta operación si se llevase a cabo: “Pegaso Transportation tiene previsto salir del capital en 2022 y puede ser una buena oportunidad para CAF con un encaje estratégico estupendo. La reciente inversión en Francia de 75 millones no sería un impedimento financiero”, dice.
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