Palancas para la transformación económica
Directivos y políticos debatieron sobre el uso de los fondos europeos en un foro organizado por EL PAÍS y Deloitte
Puede que Woody Allen tenga razón: “Los problemas económicos son los más fáciles de resolver: solo requieren dinero”. Y en esas está Europa, que ha desembolsado un caudal de recursos (los fondos Next Generation) que serán clave para encausar la recuperación del PIB, pero que sobre todo prometen dar forma a la transformación industrial del país. España, hasta el momento, ha recibido los primeros 9.000 millones de euros, un 13% del total que obtendrá hasta 2026, y espera otros 10.000 millones antes de que termine el año. Ahora, el reto no está en repartir el maná con mayor o menor rapidez, sino invertirlo en los proyectos que permitan mutar el tejido empresarial.
Esa ha sido una de las conclusiones del foro Fondos europeos para la transformación: diseñando una estrategia país, organizado por EL PAÍS y Deloitte. “Es verdad que hay cierta ansiedad por la rapidez o la lentitud con la que se está gastando”, afirmó Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo, durante el evento celebrado el pasado lunes en Madrid. “Las noticias son positivas en cuando al ritmo de ejecución”, subrayó. Hasta ahora, el Gobierno ha autorizado el 66% de los fondos de este año, según Maroto. Y, además, ya están comprometidos el 50% de los recursos que recibirá el país durante 2021.
“A diferencia de la crisis anterior, esta vez contamos con unos fondos nunca antes vistos en la historia”, destacó Fernando Ruiz, presidente de Deloitte España. “Pero hay que gastarlos bien”. Si no lo hacemos, destacó Ruiz, perderemos el tren de la transformación económica. “Y ese tren va a pasar a muchísima mayor velocidad de lo que han pasado los anteriores, debido a la digitalización”, añadió. El objetivo también es que los recursos lleguen al mayor número de empresas posibles. Para ello, el Gobierno ha puesto en marcha los proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica (Pertes), una figura que engloba planes muy ambiciosos que movilizarán grandes ayudas en sectores clave para la economía. “Esa figura está aprobada por Bruselas. Y eso es muy positivo, porque nos ha permitido tener un diálogo muy constructivo con la Unión Europea con respecto a cómo canalizar las inversiones”, dijo Maroto.
El Gobierno, hasta ahora, ha aprobado solo el Perte del vehículo eléctrico y conectado, con una dotación de 4.300 millones. “Estamos trabajando no solo con los fabricantes [de coches], sino con toda la cadena de valor”, resaltó la ministra. Pero vienen otros por delante: el relacionado con la salud, que ha sido anunciado esta misma semana, y el de la industria aeronáutico y el del sector agroalimentario. Para Javier Sánchez-Prieto, presidente de Iberia, lo importante no es la velocidad con la que se distribuyen los fondos, sino que estos se inviertan bien. Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol, mencionó que existe plena confianza en que los recursos van a llegar a buen puerto. “España lleva ejecutando 30 años fondos europeos y lo hemos hecho con eficiencia”.
“Emplear bien 70.000 millones sería fantástico, pero si empleamos bien 140.000 o 210.000 millones, que es el efecto multiplicador que puede hacer la inversión privada, el impacto económico va a ser el doble o el triple”, dijo Gonzalo Gortázar, consejero delegado de Caixabank. El banquero afirmó que una de las fortalezas de España es que tiene una banca saludable que puede financiar las iniciativas que generen riqueza. Sin embargo, para que ese capital se movilice, afirmó Gortázar, hace falta confianza y abordar reformas estructurales en la economía.
Héctor Flórez, próximo presidente de Deloitte España, aseguró que la transformación del tejido productivo tiene que ver con impulsar la industria, pues ha sido un sector que ha perdido protagonismo. “Hace muchos años se puso un objetivo: que la industria representara el 20% del PIB, a día de hoy estamos en el 13%… muy lejos de lo que nos planteamos”, agregó. Para alcanzar la meta, de acuerdo con el experto, el dinero tendrá que llegar a la base de la pirámide empresarial: las pymes. “Las empresas grandes están ya están todas en transformación desde hace tiempo, todas tienen inversiones en curso para ser más competitivas y sostenibles a medio plazo”, explicó. A las pymes, abundó Flórez, hay que ayudarlas facilitándole el acceso a la formación, a mejorar la atracción de talento y a sus capacidades digitales.
Y es allí donde Fuencisla Clemares, directora general de Google en España y Portugal, ha puesto la mira: “La tecnología es una palanca crítica para nuestro país”. “Es fuente de riqueza, es una fuente de creación, de competitividad y de bienestar”, añadió. Todo ello, mencionó Clamares, se puso en evidencia con la llegada de la pandemia, pues las empresas que lograron crecer en facturación y que contribuyeron con fuerza a la creación de empleo fueron aquellas ya digitalizadas. Uno de los grandes retos, según la directiva, está también en el sistema de Formación Profesional, que no está generando a los nuevos expertos que va a necesitar una sociedad más conectada. “Hay perfiles que nos cuesta muchísimo encontrar en el mercado español… Nos faltan 30.000 expertos en ciberseguridad”, ejemplificó.
Recuperación turística
A la espera de que la industria recupere terreno, el sector vinculado a los servicios, y más concretamente el turismo, sigue siendo una pieza clave para la economía española. “Mes a mes vamos consolidando la reactivación del sector turístico”, dijo la Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo. Para el último trimestre del año, según las previsiones del Gobierno, la llegada de turistas internacionales alcanzará el 66% del total que visitaba el país en 2019, un año que marcó un récord con la llegada de 83,7 millones de visitantes foráneos. “Para nosotros el mejor instrumento, junto con las ayudas al sector, ha sido la vacunación”, expuso la ministra. El sector tiene que ponerse las pilas en esta recuperación y seguir compitiendo con los destinos de la región, agregó Javier Sánchez-Prieto, presidente de Iberia. “No podemos pensar simplemente que porque éramos el segundo país más visitado del mundo en el año 2019, vamos a volver a serlo”, concluyó el responsable de la aerolínea.
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