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Los accesos a la red eléctrica se le atragantan a España

El índice Trilemma, en el que ocupa el puesto 13º, destaca avances en sostenibilidad y seguridad energética, pero refleja deficiencias en equidad

La vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, durante su intervención en el VIII Foro Solar.
La vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, durante su intervención en el VIII Foro Solar.Ricardo Rubio (Europa Press)
Miguel Ángel Noceda

España ha avanzado cuatro puestos en la clasificación mundial de seguridad, equidad y sostenibilidad energética, según el Índice Trilemma, que mide los progresos realizados por cada país en esos tres aspectos claves para la transición ecológica y la descarbonización. Pasa a ocupar el puesto 13º frente al 17º del año pasado en este ranking que elabora el Consejo Mundial de la Energía en colaboración con Oliver Wyman. El informe destaca los avances logrados por España en los tres; pero refleja una valoración más baja en términos de equidad de acceso, punto fundamental para mejorar las conexiones a la red y, en consecuencia, facilitar la transición. Algo que, por cierto, reclaman con insistencia las empresas de renovables, como se pudo comprobar en el VIII Foro Solar organizado esta semana por la patronal sectorial Unión Española Fotovoltaica (Unef).

La variable de equidad hace referencia a la habilidad de cada sistema para garantizar el acceso asequible a la energía para uso doméstico y comercial; la de seguridad energética refleja la capacidad de cada país para hacer frente a la demanda energética actual y futura, y, finalmente, la de sostenibilidad mide el ritmo de transición de los sistemas energéticos nacionales hacia la disminución del daño medioambiental y la mitigación de su impacto en el cambio climático. Fuentes ministeriales aseguran que hay capacidad de mejora. “Por ello estamos trabajando para garantizar el acceso a las distintas fuentes de la energía a precios asequibles y que no merme la competitividad exterior”. Como ejemplo ponen las recientes subastas de renovables con precios muy inferiores a los del mercado .

El World Trilemma Index, que suele aparecer anualmente por estas fechas, no podía ser más oportuno. Se presenta en un momento en que la Unión Europea se encuentra en plena discusión sobre el proceso de descarbonización y transición energética inclusiva por el impacto del gas en los precios de la electricidad. Es decir, marcado por unas circunstancias extraordinarias que pueden suponer un punto de inflexión para la reconfiguración del sistema energético mundial, con grandes diferencias entre regiones.

Según el informe, Europa se sitúa a la cabeza del ranking, con una agenda energética firmemente orientada a la sostenibilidad en detrimento de los combustibles fósiles. En un año marcado por la pandemia, que ha desencadenado un importante descenso de la demanda energética (con bajadas de un 21% en Italia, un 19% en Francia o un 17% en España), las energías renovables han ganado terreno en el continente, generando hasta el 38% de la electricidad consumida y superando al carbón y al gas como principal fuente de generación eléctrica.

El índice se ha convertido en una referencia en el ámbito internacional tras 11 ediciones. En esta analiza las políticas y sistemas energéticos de 127 países en 2020, es decir, recoge el impacto de la pandemia. Aunque en orden de países España ocupe (empatada con Luxemburgo) el puesto 13º, la puntuación de 76,9 puntos sobre 100 que ha obtenido es la décima, ya que existen tres empates por delante. Es decir, se la podría considerar entre las 10 mejores puntuaciones. Pero lo cierto es que tiene 12 países por delante.

Los primeros puestos siguen dominados por países de la OCDE, con 11 países europeos entre los 14 primeros. Y nueve consiguen un balance de grado triple A (es decir, están entre las 25 mejores en las tres variables analizadas), una más que el año anterior. El retroceso de España en la variable de equidad provoca que no obtenga la triple A. Se da la circunstancia de que el año anterior, tampoco la tenía, pero esa vez estaba en el segundo escalón en seguridad. Este año ha mejorado en este aspecto, pero lo pierde en equidad. Es decir, pasa de BAA a ABA. Esta bajada implica, según el estudio, que España se encuentra entre el 25% y el 50% de los países mejor valorados.

La calificación de 76,9 es un punto menos que en 2019; pero permite superar a Italia, Hungría, República Checa y Eslovenia. En el podio repiten los mismos, pero Suecia desbanca a Suiza en la cabeza y Dinamarca sigue en tercer lugar. El cuarto lo comparten Reino Unido y Finlandia y el sexto, Francia y Austria. Canadá, Alemania y Noruega ocupan los lugares octavo, noveno y décimo. En el undécimo empatan Nueva Zelanda y Estados Unidos y en decimotercero, España y Luxemburgo.

Para Oliver Wyman, el avance de España es una gran noticia, si bien este análisis supone también “un claro reflejo de aquellas áreas en las que debe reforzar el sistema energético para adecuarlo a un escenario en el que la sostenibilidad, las renovables y la accesibilidad universal a los recursos energéticos han de ser protagonistas”.

Las fuentes consultadas valoran “positivamente” los resultados, que “son una muestra clara del impacto de las reformas adoptadas”. Asimismo, destacan la transformación del modelo hacia uno menos dependiente de los combustibles fósiles importados de terceros países que “apuesta claramente por el abundante recurso renovable del que disponemos, que se traduce en precios de la energía bajos e incremento de la diversificación del suministro energético y por ende su seguridad”. A juicio de esas fuentes, ese proceso ha permitido llegar a un gran resultado, “pero somos ambiciosos y confiamos que nos permita ir más allá en las próximas ediciones del ranking”.

“En conclusión”, sostienen las fuentes, “los resultados del ranking son la evidencia de que la transición ecológica conlleva beneficios económicos y medioambientales claros y medibles, mejorando la situación del país a nivel global con el consiguiente impacto positivo sobre sus ciudadanos y empresas y, por tanto, desde el Gobierno continuaremos llevando a cabo reformas y medidas que permitan anticipar los beneficios de la transición energética”.

Alguna de asignaturas salieron en el VIII Foro Solar, en el que las empresas pusieron en valor, ante la vicepresidenta tercera y ministra el ramo, Teresa Ribera, la necesidad de acelerar la transición ecológica ante el encarecimiento de la factura y el papel de esta energía para lograrlo. “Cuantas más renovables, más barata es la factura”, afirmó José Donoso, director general de la organización, que también pidió agilizar la tramitación administrativa y destacó el impulso del autoconsumo mediante el diálogo con ayuntamientos y la estrategia sobre almacenamiento. Sobre esta materia, Donoso adelantó que pronto presentarán sus planes al Gobierno.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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