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La ribera del Ebro quiere ser el Silicon Valley de la alimentación

La creación de Ebro Food Valley aspira a modernizar el sector agrícola en la orilla del río con los fondos europeos

Huercasa es una de las empresas promotoras de Ebro Food Valley
Huercasa es una de las empresas promotoras de Ebro Food Valley

Con el soporte de unas producciones agrarias elevadas en volumen y buenas en calidad, los territorios ribereños del Ebro han sido tradicionalmente vivero de una importante industria agroalimentaria en sectores como las conservas vegetales, las carnes o los vinos. Son la pieza clave para el sostenimiento del medio y el mantenimiento de la población, frente a lo que sucede en zonas cercanas de secano. Desde las tierras del País Vasco hasta Cataluña, el número de empresas agroalimentarias en las cinco comunidades autónomas se estima en unas 7.000, con una facturación superior a los 30.000 millones de euros. Dan empleo a 120.000 personas, lo que supone más del 25% del sector agroalimentario español, en el que, junto a una mayoría de pequeñas y medianas empresas de carácter familiar, han desembarcado los grandes grupos alimentarios nacionales y multinacionales.

Este escenario —una importante industria agroalimentaria, junto al dominio de empresas pequeñas y medianas de carácter familiar que necesitan adaptarse a mayores exigencias tecnológicas— ha sido el detonante para que una docena de empresas, bajo la coordinación del Centro Nacional de Tecnología y Seguridad Alimentaria (CNTA), ubicado en Tudela (Navarra), impulsaran el denominado Ebro Food Valley con el objetivo de transformar el sector agroalimentario para hacerlo más moderno, digital y competitivo. Se trata de un proyecto nacional que nace de la zona del valle del Ebro, pero con el reto de ser un proyecto nacional con base fundamentalmente en los fondos procedentes del programa de recuperación comunitarios Next Generation. El objetivo es avanzar hacia un nuevo modelo para todo tipo de empresas, aunque las pequeñas lo pueden tener más complicado.

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“Nuestro objetivo”, señala el director del CNTA, Héctor Barbarín, “es potenciar la actividad empresarial en el valle del Ebro. Sin embargo, aunque es aquí donde ha nacido el proyecto, su proyección es nacional e internacional con el reto de transformar el sector agroalimentario, hacerlo más competitivo, más moderno, más digital, más sostenible, más resiliente, con mayor actividad en el I+D”, señala.

El proyecto Ebro Food Valley, en el que se encuentran empresas como Grupo Empresarial Palacios, Cidacos, Helios, General Mills, Florette, Huercasa o AN, ya cuenta con la participación de casi medio centenar de compañías, unas ubicadas solamente en esta zona y otras implantadas en todas las comunidades autónomas. El reto es que formen parte del proyecto la mayor parte de las 340 empresas asociadas al CNTA.

Aunque no es el objetivo eje del proyecto, otro reto es la creación de un clima favorable en todo el valle del Ebro, de acuerdo con las comunidades autónomas, para atraer a la zona nuevas industrias agroalimentarias y convertir al Ebro en una comarca de referencia agroalimentaria, como ha sucedido con otras iniciativas en el mundo.

Para el desarrollo de la iniciativa, el CNTA viene actuando como coordinador con el sector y con las diferentes administraciones estatales y autonómicas. En esta dirección, se han mantenido contactos con los gobiernos de Navarra, Aragón y La Rioja y están pendientes con Cataluña y el País Vasco. Este proyecto sería una iniciativa de continuidad con la adoptada hace ya varios años por el Gobierno navarro a través de la sociedad Sodena, que suponía poner en marcha el programa Orizont para apoyar financieramente un acelerador de start-ups agroalimentarias. Desde Aragón, el consejero de Agricultura, Joaquín Olona, valora favorablemente la iniciativa, pero señala que el proyecto del Ebro debe tener una línea de continuidad y no aparecer y desaparecer como el Guadiana.

Modelo sostenible

Ebro Food Valley plantea un ambicioso plan de acción que prevé la creación de un modelo de transformación digital y sostenible de la industria alimentaria alineado con el conjunto de políticas europeas, nacionales y regionales, así como con las necesidades del tejido empresarial de la cadena alimentaria y especialmente con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Este modelo está basado en cinco palancas que impactan en toda la cadena de valor del sector: producción primaria sostenible; garantía de suministro de alimentos sanos, seguros, sostenibles y accesibles; modernización y digitalización de la cadena de valor; uso eficiente de recursos y economía circular, y reducción y reutilización de residuos.

En el sector primario, el objetivo es el de cumplir las exigencias de biodiversidad y seguridad alimentaria, tratando de ajustar la oferta a la demanda de los consumidores. En esta dirección se hallan las propuestas comunitarias Biodiversidad y Del campo a la mesa, para reducir el uso de fertilizantes en un 20% y en un 50% los fitosanitarios para el año 2030. Las previsiones iniciales del plan contemplan lograr para 2050 un sistema agroalimentario neutro de emisiones de carbono.

Cada una de las empresas participantes realiza su propio plan de transformación individual, de forma que los actores implicados actúan como banco de pruebas para validar y mejorar un modelo estándar que pueda extenderse a toda la industria agroalimentaria nacional e internacional. El proyecto también contempla la creación de un hub de innovación y transformación que permita transferir el conjunto de aprendizajes e innovaciones desarrolladas al total de la industria, especialmente a las pymes. El hub será coordinado por el CNTA y el Gobierno de Navarra, con la participación de La Rioja y Aragón.

Hasta la fecha, las inversiones previstas en el plan ascienden a 620 millones de euros. De ese volumen, las contempladas por parte de las empresas se elevan a 531 millones y otros 89 millones corresponden a la inversión para potenciar la innovación y el desarrollo en el hub del CNTA. Se estima que por cada euro invertido se generen cinco euros y un fuerte incremento de las ventas.

El reto de la innovación

El Centro Nacional de Tecnología y Seguridad Alimentaria (CNTA) es una asociación privada sin ánimo de lucro creada en 1981 por iniciativa de la Asociación Industrial de Conservas Vegetales del Valle del Ebro, con el objetivo de contribuir al desarrollo e innovación de las empresas alimentarias y, por extensión, favorecer la competitividad del sector. CNTA ha evolucionado conforme a las exigencias del entorno y demandas del mercado agroalimentario para conseguir cubrir cualquier necesidad tecnológica de cualquier subsector de la industria agroalimentaria. CNTA hoy es un centro tecnológico que tiene el propósito de ser un referente nacional y de contribuir a la mejora de la competitividad y de la calidad de todo el sector agroalimentario. Como todo centro tecnológico, desarrolla dos tipos de actividad: por un lado, se dota de conocimiento, a través de los proyectos de investigación financiados en ocasiones por las administraciones europeas, nacionales y autonómicas, y, por otro lado, traslada el conocimiento adquirido a las empresas a través del desarrollo de proyectos de I+D, de los servicios tecnológicos que presta y de la formación que imparte. Para ello cuenta con un equipo de 137 personas, con un gran número de técnicos altamente cualificados.

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