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Timos y abusos empresariales en los tiempos del coronavirus

Las organizaciones de consumidores detectan prácticas ilegales y campañas comerciales agresivas durante el confinamiento

La policía descubre en Santiago de Compostela el robo de material sanitario por valor de cinco millones de euros. El vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, explica la operación. Vídeo: OSCAR CORRAL / epv
Carmen Sánchez-Silva

A río revuelto, ganancia de pescadores. Hay refranes que describen verdades como puños y, en medio de esta pandemia que ha dejado miles de muertos y a medio mundo paralizado en sus casas, desgraciadamente, son más ciertos que nunca. Aunque no sean las más destacadas ni la mayoría, desde que comenzó a propagarse el coronavirus por España, empezaron a surgir compañías que tratan de sacar provecho de la situación a toda costa, ya sea a través de fraudes y actividades ilícitas o simplemente utilizando la epidemia en su beneficio.

Los ejemplos son abundantes. Desde la cantidad de estafas cibernéticas que se están extendiendo por todo el país, que la Policía Nacional cifraba en 12.000 páginas web descubiertas, hasta las empresas que están vendiendo a precios desorbitados productos sanitarios como mascarillas, respiradores o geles desinfectantes dado el desabastecimiento actual. Esta misma semana ha sido detenido un empresario gallego por el presunto robo de material sanitario valorado en cinco millones de euros. También hay firmas que prometen productos “milagro” para curar el virus y otras que recurren a él para elevar sus ventas apelando al miedo de la población, haciendo campañas de marketing agresivas.

Es el caso, por ejemplo, de Pandora Revolution, que utiliza el marketing telefónico para ofrecer empleo en los call centers que están atendiendo las necesidades de la epidemia, una oferta que su página web vincula a la realización de un curso de preparación previo pago de 100 euros. O el de Ediciones de Salud, Nutrición y Bienestar, denunciada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) por vender un aceite esencial argumentando que cura el coronavirus. O el de Salunatur y sus mascarillas y termómetros a precios desorbitados.

“Sobre el aluvión de ofertas, publicidad y directamente fraudes que aprovechando la Covid-19 se están dado, deberíamos diferenciar primero entre fraudes y mentiras y lo que serían malas praxis, que no son delito sino marketing dudoso desde el punto de vista ético", asegura la directora de la Confederación de Consumidores y Usuarios de Madrid, Itziar Marín.

En los últimos días se aprecian prácticas agresivas entre las aseguradoras médicas, indica Marín. Intentan aprovechar la situación, instando a que se contraten sus servicios porque disponen de videoconsultas médicas y el usuario puede hacer un acto solidario al descongestionar la sanidad pública. En CECU alertan además de que la mayoría de los seguros médicos excluyen la cobertura por pandemia, por lo que el cliente debe abrir bien los ojos.

Aseguradoras

La organización también advierte sobre la campaña telefónica masiva que están realizando las firmas que venden seguros de decesos aprovechando las circunstancias. “Nos parece muy mal que lancen campañas de este tipo cuando estos seguros se pueden necesitar más que hace unos meses. Es velar solo por el beneficio empresarial y a los consumidores les genera inquietud”, aprecia Marín.

Entre las compañías que han protagonizado estas llamadas están Helvetia, Catalana de Occidente y Axa. Igual que Adeslas o Sanitas con los seguros de salud. Estas compañías aseguran, no obstante, que han paralizado la actividad comercial o cesado sus campañas telefónicas.

Las asociaciones de consumidores tienen bien abiertos los ojos y están actuando ante los abusos de las empresas. El portavoz de Facua, Rubén Sánchez insta a que se aporten datos sobre la monitorización de los precios de los productos y servicios básicos que el presidente del Gobierno encargó a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), ante el temor de que subiesen desorbitadamente. Facua ha acudido a la CNMC para denunciar a las gasolineras que, pese a que el precio del petróleo haya caído más del 45% en apenas dos semanas, el de la gasolina apenas ha bajado un 8%, por lo que hay que investigar si las empresas se están aprovechando de la situación, indica Sánchez. A su juicio, el Gobierno debería intervenir los precios en aquellos sectores donde se aprecien grandes incrementos, como ocurre en mascarillas y geles desinfectantes, que en muchos casos se multiplican por cinco, por diez e incluso por cien. Fuentes del Ministerio de Consumo señalan que está en estudio esta intervención, como ya se hizo en el caso de los servicios funerarios.

Facua también ha denunciado a líneas aéreas como Vueling y Air France por no devolver a sus usuarios el importe de los vuelos que han cancelado ellas mismas por el coronavirus, tal y como dicta el reglamento europeo.

En el ámbito turístico, se han llegado a comercializar entradas en discotecas con el eslogan “Contagíate con nosotros” o viajes sorpresa que llevaban a Milán a finales de febrero sin la posibilidad de cancelación y reembolso, indica CECU. “Es cierto que el sector lo está pasando muy mal por el confinamiento y la imposibilidad de moverse de un lugar a otro, pero no todo vale”, señala la directora de la organización en Madrid.

Los fraudes, timos y abusos están a la orden del día, advierte Enrique García, portavoz de la OCU, que recomienda a los usuarios que los denuncien ante las autoridades de consumo de su comunidad autónoma. A la de Madrid no ha llegado ninguna denuncia de prácticas desleales, según la directora general de Comercio y Consumo, Marta Nieto.

Peligro a medio y largo plazo

“Es absolutamente reprochable que se utilice el coronavirus como elemento de ‘marketing’. No se pueden usar circunstancias excepcionales para acrecentar el miedo de la población”, afirma el portavoz de la OCU, Enrique García, para quien la Administración debería sancionar estas prácticas.

Si bien reconoce que son difíciles de detectar.

“La publicidad oportunista para ganar clientes aprovechando el coronavirus generará muchos consumidores enfadados y eso es lo peor para las marcas. Tiene un coste muy alto a medio y largo plazo, muy superior a los beneficios que consigan con las ventas a corto plazo. Cada consumidor enfadado comunica su decepción a 10 personas”, señala Fernando Varona, consejero delegado de Publicis Media Group.

“Quien quiera sacar partido a la situación va a salir escaldado”, apoya Jaime López-Francos, presidente de Dentsu Media & Performance.

Por ello la Asociación de Creatividad Transformadora ha lanzado una campaña invitando a los anunciantes a “Parar para seguir”, pensando a largo plazo, “olvidando el retorno de hoy para asegurar el de mañana” y animando a consumir de forma responsable.

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Sobre la firma

Carmen Sánchez-Silva
Es redactora del suplemento Negocios. Está especializada en Economía (empleo, gestión, educación, turismo, igualdad de género). Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Previamente trabajó en La Gaceta de los Negocios, Cinco Días, Ranking, Mercado e Ideas y Negocios. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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