Las cancelaciones de bodas y comuniones causan un gran destrozo económico
La crisis sanitaria del coronavirus deja en el aire enlaces y actos religiosos, provocando un agujero en las cuentas de muchas empresas
La actriz americana Emma Stone, protagonista de la película La La Land, anunciaba en marzo que posponía su enlace por el coronavirus. Una situación que se ha visto replicada en muchas parejas anónimas que como José María y Raquel se casaban el 21 de marzo. “En principio pensamos celebrar la boda solos con los padrinos, pero al final decidimos posponerla para noviembre, nunca pensamos en cancelarla”, apunta el novio.
Desde la publicación del decreto del estado de alarma por el Gobierno el 15 de marzo, los sectores que rodean a este tipo de eventos han pasado a formar parte de la ingente bolsa de perjudicados que recorre toda la geografía nacional. En principio, los novios o los padres, en el caso de comuniones y bautizos, tienen que hacer frente a decisiones que suponen la cancelación o el aplazamiento de estos eventos; una decisión sentimental y también económica que no solo los implica a ellos. Hay un sinfín de sectores íntimamente relacionados con estos eventos que se han visto seriamente dañados y que, según manifiestan, no saben cuándo (ni cómo) verán la luz al final del camino.
Ignacio Viñau, fundador junto a Israel Sánchez de La Lola se va de Boda, empresa especializada en la organización de eventos, bodas y comuniones, comenta que “el trabajo de marzo y abril se da por perdido y es posible que el de mayo también, un mes clave en comuniones. Los novios que se casaban en junio están a la espera de ver qué pasa. De momento no anulan, prefieren posponer fechas”. Por su experiencia sabe que la situación se aventura difícil. “Tengo más de 25 presupuestos enviados y paralizados, más todo lo que no está llegando. Además, la recuperación no será rápida porque la gente no sabe en qué situación económica va a salir de esta, en especial si estás en un ERTE o si te han despedido. Si se recupera la actividad en junio, el 30%-40% de la facturación del año se habrá perdido. Pese a todo, nosotros intentaremos buscar soluciones y programar el evento en otra fecha”, apunta Viñau.
El portal bodas.net ha realizado una encuesta para Italia, Francia y España, con más de 2.600 respuestas, en la que exponen que el 91,3% de las parejas opta por posponer y sólo un 8,7% cancelará su boda. Sin cifras cerradas de 2019, durante 2018 se celebraron 167.613 enlaces, según datos del INE. Durante el pasado año el número de comuniones ascendió a 214.000 y se dieron 229.000 bautizos, según datos de la Conferencia Episcopal. Cada boda tiene un coste de media de unos 20.500 euros, indican las cifras de bodas.net, mientras que una comunión ronda los 9.000 euros, de acuerdo con un estudio realizado por la Unión de Consumidores de la Comunitat Valenciana.
Aun así, parece que el hecho de que el confinamiento haya sucedido a principios de año ha sido una “suerte” para el sector en general. “Afortunadamente en este periodo (tomando a priori hasta fin de abril) se celebran apenas un 10% de las bodas de todo el año, por lo que solo podrían verse afectadas entre 16.000 y 17.000 bodas en España”, señalan desde bodas.net.
Restaurante, viajes y más
Llegar al altar o a un Ayuntamiento para casarse genera una facturación en torno a los 3.500 millones de euros anuales, según un estudio realizado por Singular Cover. Sin duda, el mayor gasto se lo lleva el banquete. Con una media de 100 euros por cubierto más algunos costes extras como la decoración del salón, la barra libre o los músicos, las bodas son un pilar fundamental de la caja de muchos hoteles y el sustento principal de la mayoría de las fincas rurales. Desde el Palacio de Carlos III, una finca especializada en bodas, en el municipio segoviano de La Granja de San Ildefonso, explican que las que se celebraban hasta mayo, de momento, se han pospuesto de julio en adelante. “Si salvamos a partir de esa fecha habremos perdido el 20% de la facturación anual, si nos vamos a junio, podemos llegar hasta el 40%”.
Unas pérdidas que también alcanzan al sector de viajes en general y a los de la luna de miel en particular. Una pareja destina una media de 4.000 euros por persona para su viaje, según datos de la agencia Mundea. “Se contratan con meses de antelación, así que ha pillado a todos desprevenidos. Aunque muchos han aplazado el viaje, de momento, todo está parado. Tampoco sabemos cómo va a evolucionar, pero creemos que el despegue será lento”, señala Francisco Pérez, director general de la agencia.
En paralelo, la moda nupcial es otro de los sectores al que esta situación le ha salpicado de lleno. Su cifra de negocio alcanza los 860 millones de euros anuales que mueven 730 empresas en el sector, según datos del estudio de Novias Millennial y Generación Z, que Valmont Barcelona Fashion Week encargó a José Luis Nueno, profesor de la escuela de negocios IESE.
La firma del diseñador Hannibal Laguna ya percibía antes de la entrada en vigor del decreto que “los pedidos del extranjero, que representan casi el 50% de nuestros encargos, tanto de clientes individuales como los de las tiendas multimarca, comenzaban a disminuir progresivamente, especialmente en Italia”, afirma Isabel Angulo, consejera delegada de la compañía. “Los pedidos que estaban en marcha se han paralizado por completo. Nuestros ateliers de Madrid y Alicante permanecen cerrados hasta nuevo aviso. Las colecciones de novia y fiesta, al contrario que el resto de colecciones de moda, no son semestrales, son anuales y responden a un calendario de fabricación complejo en el que intervienen factores artesanales que requieren más tiempo y previsión que otras colecciones. El hecho de posponer y cancelar eventos supone la pérdida completa de una campaña”, añade.
Reclamaciones
Si se decide posponer o cancelar la boda o la comunión, los novios (o los padres) pueden ejercer una serie de derechos en relación con cada uno de los servicios contratados. “Con la entrada en vigor del decreto de alarma el contexto ha cambiado. Ahora puedes pedir la devolución íntegra del dinero del banquete o del viaje, aunque mucha gente está aplazando por solidaridad para no pedir la devolución. En esta situación conviene fijar una nueva fecha entre las partes y solicitar por escrito que se mantenga el precio acordado la primera vez”, apunta Rubén Sánchez, de Facua.
En cuanto a la devolución de importe del viaje, los escenarios son diversos. Si se ha contratado el paquete completo con una agencia, la devolución debe ser íntegra, pero si lo han organizado los novios puede complicarse. “Si los vuelos no están cancelados y los hoteles no están cerrados, reclamar será más difícil. Dentro de la UE tenemos una normativa común y muchos mecanismos para salvar esta situación. En otras partes del mundo será más difícil aunque no imposible”, señala Sánchez.
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