Markus Haupt (CEO de Seat): “Es imposible hacer un coche eléctrico con Seat si queremos ganar dinero”
La marca seguirá centrada en los vehículos de combustión, mientras que Cupra acaparará los eléctricos. La empresa está “en la fase final” de la negociación con Bruselas por los aranceles al Tavascan


Seat no se electrificará en el corto y medio plazo. Así lo ha asegurado el nuevo líder de la compañía, Markus Haupt, que fue nombrado consejero delegado interino de la automovilística tras la abrupta salida de Wayne Griffiths el pasado mes de marzo. “Hoy día es imposible hacer un coche eléctrico con Seat si queremos ganar dinero”, ha afirmado el directivo en una entrevista con un reducido grupo de medios españoles en el marco del Salón del Automóvil de Múnich, donde la compañía ha presentado el Tindaya, un showcar del que Cupra asegura que no se quedará en un mero concepto, sino que se llevará a la realidad, pero “a principios de la próxima década”.
Haupt ha indicado que Seat ni siquiera hará su propia versión del coche eléctrico de 20.000 euros que Volkswagen proyecta para 2027, el cual se ensamblará en Portugal. “Si Volkswagen vende a ese precio, ¿a cuánto debe vender Seat?“, ha reflexionado el consejero delegado, al que probablemente se le quite la etiqueta de interino en las próximas semanas. ”Seat a día de hoy es un complemento ideal para Cupra, porque están en segmentos diferentes, dirigidas a clientes distintos", ha añadido Haupt, quien sin embargo tiene claro que “el futuro tiene que ser eléctrico”.
Para Seat, la compañía planea el lanzamiento de las nuevas versiones del Ibiza y el Arona, que se darán a conocer el mes que viene, lo que para Haupt demuestra la intención de la compañía de seguir invirtiendo en Seat en los próximos años. El directivo sigue así el camino marcado por el grupo y su antecesor en el cargo, que centró las inversiones en nuevos modelos eléctricos en Cupra, marca que lanzará el año que viene el Raval, el modelo de acceso a su gama que se venderá desde 25.000 euros. Este vehículo, que ofrecerá una autonomía de hasta 450 kilómetros con una velocidad de carga de unos 25 minutos en su versión más cara, será hermano del Volkswagen ID. Polo, ya que ambos se harán en la factoría de Martorell (Barcelona) con una capacidad estimada de unas 300.000 unidades anuales a repartir entre ambos, según Haupt.
Aún así, el CEO de Seat y Cupra ha pedido una nueva plataforma de producción de vehículos eléctricos para la planta en un futuro, además de la MEB, que es sobre la que se harán los dos modelos ya mencionados. “Es una fábrica que pide dos plataformas, porque eso permite responder mejor a las crisis y a los cambios en el mercado”, ha explicado. A estos dos se sumarán el año que viene el Skoda Epiq y el Volkswagen ID. Cross, que se ensamblarán en Landaben (Navarra).
Por otro lado, el directivo ha afirmado que la compañía está en conversaciones con Bruselas para rebajar o quitar los aranceles que ahora mismo paga por producir y traer desde China el Cupra Tavascan. “Cuando se aprobaron los aranceles de Bruselas no se estudió las particularidades del Tavascan, un modelo diseñado en España por una empresa europea. Es una situación diferente [al de las marcas chinas]. Estamos en la recta final de las negociaciones, esperamos que sea antes de final de año”, ha indicado.
En cuanto al desembarco en EE UU anunciado por Wayne Griffiths para la segunda mitad de esta década, Haupt ha explicado que “los constantes cambios y la inseguridad que hay en el mercado norteamericano” por las políticas comerciales del presidente estadounidense Donald Trump, han hecho que la compañía haya “dejado el plan en stand by”. “Con una capacidad de inversión limitada, es muy arriesgado, aunque no tiramos la toalla, seguimos pensando que es una región atractiva para nosotros. Ahora analizamos intensamente la posibilidad de expandirnos por Oriente Medio”, ha asegurado el consejero delegado de las marcas de origen español.
China vs Europa en el Salón de Múnich
En la cita bávara del automóvil se ha podido ver a las claras la intensidad de la batalla del automóvil que a día de hoy libran China y las marcas europeas, sobre todo las alemanas que son las que han echado el resto en este salón. Firmas de coches como BYD o Leapmotor (marca china de la que Stellantis compró el 20% por 1.500 millones), el fabricante de baterías CATL o la automovilística prémium Xpeng han dicho presente en el Salón del Automóvil de Múnich. En el caso de esta última, la marca que a su vez es socia de Volkswagen ha mostrado sus últimos avances tecnológicos en conducción autónoma, con los que promete producir en masa vehículos autónomos de nivel cuatro —el máximo es el cinco, momento en el que el coche puede prescindir del conductor— en 2026.
En cuanto a BYD, el mayor fabricante de coches enchufables del mundo, que se ha plantado en Múnich con un stand enorme al nivel de las grandes alemanas, ha asegurado que su primer vehículo que hará en Europa será el Dolphin Surf, su modelo eléctrico más barato, que en España se ofrece por menos de 12.000 euros incluyendo las ayudas del Moves que la propia marca adelanta al cliente. Este modelo, que se hará en Hungría, evitará así pagar los aranceles que impone Europa a las importaciones de coches eléctricos hechos en China. Por su parte, el consejero delegado de Leapmotor, Tianshu Xin, afirmó que “España es una opción” de las que baraja la marca para producir modelos en Europa, como el Leapmotor B10.
En el otro bando, el europeo, Volkswagen ha hecho una demostración de fuerza no solo desde el plano de la ofensiva de producto, sino también en tecnología: la compañía ha completado con éxito el primer recorrido de una moto Ducati equipada con una batería de estado sólido, tecnología llamada a ser el futuro de la movilidad eléctrica. “Esta tecnología será una realidad a finales de la década, cuando la veremos en coches de alta gama, como los Porsche”, ha señalado Thomas Schmall, miembro del consejo de administración del grupo Volkswagen encargado del área de tecnología.

Renault, por su parte, ha aprovechado la cita bávara para presentar el nuevo Clio, un superventas de la marca francesa que en la versión híbrida no enchufable promete emisiones de CO2 por kilómetro de 89 gramos, lo que está por debajo de los objetivos que Europa ha marcado en la nueva normativa CAFE, que son 93 gramos.
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