Moncloa insiste en que Escrivá sea el próximo gobernador del Banco de España
Los populares mantienen su rechazo a que el ministro salte al organismo desde el Gobierno
La Moncloa insiste en que José Luis Escrivá, actual ministro de Transformación Digital y Función Pública, sea el candidato a gobernador del Banco de España. Según fuentes gubernamentales, la posición del Ejecutivo es mantener su nombre en la negociación pendiente con el PP para acordar la cúpula de la institución. Y se dan de plazo para cerrarlo hasta el 10 de septiembre, momento en el que acaba el mandato de la subgobernadora, Margarita Delgado, que actúa desde el 11 de junio como gobernadora en funciones en sustitución de Pablo Hernández de Cos.
Según estas fuentes, Escrivá mantuvo a principios de junio una reunión con el presidente Sánchez en la que lo convenció de la idoneidad de su candidatura. En el PSOE muchos le perciben como el hombre que ha dado la argumentación y el relato a las políticas económicas del Gobierno. Suya fue la idea por ejemplo del impuesto a la banca. También consideran que ha conseguido pactar una reforma de pensiones favorable en Bruselas. Y creen que podría aportar una forma nueva de orientar las políticas, en gran medida porque opinan que el banco ha cometido errores de diagnóstico, como cuando señaló que la subida del salario mínimo destruiría empleo.
Escrivá acumula una larga experiencia en el sector público y privado. Ha trabajado en el Banco de España, el BCE, el BBVA y el Banco Internacional de Pagos. Ha sido presidente de la Autoridad Fiscal, donde se labró un prestigio, y ha sido ministro de Seguridad Social. Su salto del Gobierno al Banco de España provoca el rechazo de la oposición porque, en su opinión, pondría en cuestión la independencia del organismo. El PP ha firmado recientemente con el Gobierno un acuerdo para que no haya puertas giratorias entre el Ejecutivo y la Justicia. Y sostienen que colocar a Escrivá en el banco rompería ese espíritu. “Se correría el riesgo de instrumentalizar la institución, sería un Tezanos dos”, dice una fuente popular. Tampoco sería bien acogido por la plantilla del Banco de España, según diversas fuentes internas del organismo. Las discrepancias del servicio de estudios con el ministro han sido notorias por la reforma de pensiones, que en el banco se considera cerrada en falso.
Pero el Gobierno defiende que es una práctica habitual en Europa que alguien con el historial de Escrivá pueda ocupar el asiento de gobernador directamente desde el Gobierno. Citan los casos del gobernador de Portugal, Mário Centeno, y de Luis de Guindos, que saltó del Gobierno de Rajoy al BCE.
Desde el nombramiento de Luis Ángel Rojo, los gobernadores tradicionalmente han sido elegidos mediante un pacto entre los dos principales partidos. El gobernador era propuesto por el Ejecutivo y el subgobernador por la oposición. Rojo sustituyó a Mariano Rubio porque era el único que podía aceptar el PP. Y los populares designaron como subgobernador a Miguel Martín. Jaime Caruana fue pactado entre Rodrigo Rato y Joaquín Almunia, con Gonzalo Gil de subgobernador. A Miguel Ángel Fernández Ordóñez lo anunció Pedro Solbes para intentar que no hubiera otro candidato propuesto por la Moncloa, donde se manejaban otros nombres. El PP no lo aceptó porque era el secretario de Estado de Hacienda y ahí se rompió la tradición. Luego fue restaurada con la dupla formada por Luis Linde y Fernando Restoy, que negociaron Guindos y Rubalcaba.
El nombramiento de Hernández de Cos fue accidentado. El ministro del PP Román Escolano pactó con el PSOE que le acompañaría David Vegara como subgobernador a propuesta de los socialistas. Pero en ese momento llegó la moción de censura de 2018. El PSOE dio marcha atrás y reclamó que se parase el proceso a la espera de que se dilucidara el resultado de la moción viendo que podrían ellos nombrar al nuevo gobernador y que todavía quedaba tiempo hasta que terminara el mandato del anterior, Luis Linde. Pero el PP precisamente por ello pisó el acelerador y nombró a Hernández de Cos en medio de la moción de censura. Con el cambio de Gobierno por la moción, en ese mismo día empezaron las llamadas para intentar dar marcha atrás. Pero esos movimientos se aplacaron a los pocos días por la intercesión en Moncloa con Félix Bolaños. Y Nadia Calviño quería a una mujer como subgobernadora, eligiendo a Margarita Delgado.
La propuesta de Escrivá deja las conversaciones en un punto muerto. Los populares se sienten engañados porque se había establecido como principio rector de las conversaciones que no se podría pasar del Gobierno a una institución independiente. Y, según fuentes populares, la amenaza de quedarse sin subgobernador no será suficiente para el PP. A estas alturas se ve muy difícil el acuerdo.
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