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Las protestas de los agricultores llegan al centro de Madrid entre tensiones con la policía

Unos 500 tractores se manifiestan frente al Ministerio de Agricultura tras casi un mes de manifestaciones

Protesta de los agricultores frente al Ministerio de Agricultura en Madrid, este miércoles.

Los agricultores protestaron al fin en el corazón de Madrid después de casi un mes de movilizaciones en toda España. Unos 500 tractores llegaron este miércoles por la tarde a la Puerta de Alcalá, según la Delegación del Gobierno, para luego dirigirse hasta el Ministerio de Agricultura. Las concentraciones, convocadas por la organización Unión de Uniones para protestar por la precariedad en el campo, tuvieron sus momentos de tensión cuando algunos manifestantes que intentaron sortear las restricciones policiales se enfrentaron a los antidisturbios. El Ministerio abogó de nuevo por dar una respuesta conjunta al sector desde las tres esferas en las que se adoptan decisiones: la Comisión Europea, el Gobierno y las comunidades.

El campo desembarcó en Madrid. Y lo hizo después de que la plataforma 6-F lo hubiese intentado, sin éxito, en dos ocasiones anteriores. Este miércoles los agricultores acudían con una mayor organización, con cinco columnas que debían confluir en la capital desde varias localizaciones. A la marcha acudían tractores y autobuses de Extremadura, Castilla y León o el País Vasco, con banderas y pancartas en las que constaban los problemas del campo. Esa maraña de marchas, a las que el ministro Luis Planas pedía que fuesen “pacíficas”, provocaron múltiples problemas de circulación en la periferia de la capital, con varias carreteras cortadas en hora punta. Los ciudadanos estaban advertidos y, tal vez por ello, la afluencia en el transporte público en la capital subió un 3% respecto a cualquier otra jornada.

A partir de mediodía, los problemas se trasladaron al centro de la ciudad. A las 11.00, la policía había permitido el paso a 500 tractores para que llegasen al centro e impidió que entrasen otros 150, según fuentes oficiales, y 1.000, de acuerdo con los convocantes. Ya en la capital, mucha gente recibió a los tractores con aplausos. “Estamos muy agradecidos de todo el apoyo que recibimos porque es un esfuerzo muy grande el que hacemos al desplazarnos hasta aquí”, cuenta el agricultor Miguel Sánchez, de 23 años, que había pasado la noche en Arganda del Rey. El joven asegura que las tres veces que ha salido a manifestarse en las últimas semanas ha notado que las personas entienden su lucha y que se alegra cuando, desde la calle, los que pasean se paran y le levantan el pulgar. “Las otras veces que hemos salido a protestar ha sido en carreteras y la verdad que nunca pensé que entraría con mi tractor en Madrid”, admite Sánchez.

Los acompañaban unas 4.000 personas (13.000, de acuerdo con los cálculos de los organizadores), que se quejaron de la decisión de bloquear el paso a parte de los manifestantes. Antecedido por la banda sonora de la saga Indiana Jones, el coordinador estatal de Unión de Uniones, Luis Cortés, anunció que presionarían para que todos los agricultores llegasen al centro. “La manifestación de aquí no se mueve”, advirtió. Es decir, amenazaron con no arrancar la marcha hasta el Ministerio de Agricultura hasta que estuviesen todos.

Las desavenencias entre agricultores y la Delegación del Gobierno desembocaron en momentos de tensión, en los que los antidisturbios incluso actuaron para contener a un grupo de manifestantes que pretendía bajar por la calle de Alcalá en dirección al Congreso. A pesar de las amenazas de los manifestantes de prolongar la concentración, la marcha se fue disolviendo alrededor de las 17.00, la hora establecida por los convocantes en la comunicación remitida al Gobierno. Ponían fin a una jornada en la que volvían a clamar contra la precariedad en el campo y pedían reducir los trámites burocráticos a los que se enfrentan para recibir subvenciones. Burocracia y administración arruinan mi explotación; Sobran papeles. Faltan soluciones, eran algunas de las consignas que se leían en los carteles y se coreaban en la calle mientras sonaban tambores o el ruido de los petardos.

El mensaje parece haber calado en el Ministerio. De hecho, el titular de Agricultura, Luis Planas, se veía obligado por la mañana en el Congreso a parar durante la sesión de control por un vértigo. “Tengo sobreactividad”, dijo más tarde para dar tranquilidad el ministro, quien la semana pasada ya lanzó un plan de 18 medidas para paliar la crisis del campo. La de Madrid, de hecho, no era la única manifestación que había en España. También este martes los tractores salían sobre todo en Córdoba, Gran Canaria y Murcia. Aun así, también se producían protestas en Aragón, a la altura de Magallón (Zaragoza) o en Cáceres. En Palencia, incluso se produjo una tractorada infantil. Fuera de la capital, la marcha más significativa se ha producido en Málaga, donde, según la policía, un millar de agricultores (el doble de acuerdo con los organizadores) han tomado el centro de la ciudad junto a un centenar de tractores (300, según los convocantes) para lanzar los mismos mensajes al Ministerio. A esa marcha se han unido decenas de alcaldes de varios partidos (PP, PSOE e IU). En este caso, no hubo ningún incidente.

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