Davos otea un horizonte turbulento entre las guerras y la disrupción de la IA

El Foro Económico Mundial (FEM) se reúne a partir de mañana para su tradicional cita anual en el pueblo alpino de Davos, en Suiza, con la mirada puesta en un horizonte turbulento. Dos factores destacan por encima de los demás como grandes agitadores de nuestra época, proyectando incertidumbre sobre las perspectivas económicas. El geopolítico, con dos guerras brutales —Ucrania y Gaza— de una enorme transcendencia global; y el tecnológico, con la revolución de la inteligencia artificial generativa, en pleno desarrollo, llena de promesas y amenazas de disrupción. En este contexto, una mayoría de los economistas jefe consultados en un estudio publicado este lunes por el FEM prevé para este año una desaceleración de la economía global (56%) y un deterioro en las economías avanzadas tanto de los mercados laborales (77%) como del entorno financiero (70%).

La cita de Davos promete este año un debate de alto nivel con líderes muy destacados en cada uno de esos dos grandes frentes. En el geopolítico, destacan la presencia del primer ministro chino Li Qiang junto con una significativa delegación de su país; del secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken; del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski; de varios líderes del bloque UE —Ursula von der Leyen, Emmanuel Macron, Pedro Sánchez, entre otros— o de Oriente Próximo. En el tecnológico, cunde el interés por escuchar a Sam Altman (Open AI), Satya Nadella (Microsoft), Arvind Krishna (IBM) o Pat Gelsinger (Intel).

Davos muestra con cristalina evidencia cómo ambos factores se entrelazan, en la competición estratégica entre EE UU y China, que tiene como grandes puntos de fricción los microchips, y grandes avenidas de carrera en la IA y la computación cuántica.

A continuación, algunos de los elementos destacables de la cita en Davos, un especial laboratorio de reflexión sobre una época de cambio con una intensidad sin parangón en mucho tiempo.

Guerras

El impacto de los conflictos en Ucrania y Gaza es obviamente una variable central. El de Ucrania ha causado fuertes sacudidas en los mercados energéticos y de alimentos. Ahora, el de Gaza, proyecta espesas nubes sobre el comercio, con las dificultades para el transporte marítimo en una de las vías mundiales más importantes, la que transita el mar Rojo, debido a los ataques de la milicia chií yemení de los hutíes.

De no solventarse, esto implica una disrupción en los suministros, con posibles consecuencias de eficiencia de cadenas y presiones inflacionistas al alza. Este lunes, QatarEnergy, el segundo mayor exportador de gas licuado, ha anunciado que ya no usará el mar Rojo como vía de transporte. Europa, que ha cortado de forma abrupta su dependencia del gas ruso transportado por tubo, depende ahora en enorme medida del gas licuado, con Catar como un suministrado de mucho peso. Un buque comercial de propiedad de una empresa estadounidense ha sido golpeado esta tarde por un misil de los Huthíes.

El domingo se celebró en Davos una reunión a nivel de consejeros de seguridad impulsada por Ucrania para abordar soluciones al conflicto que sufre y que reunió a representantes de 84 países (entre los cuales no estaba China). El conflicto israelí-palestino y sus derivadas regionales será abordado sin duda en múltiples circunstancias en la estación alpina. Pero no se detectan factores que inviten al optimismo en ninguno de los dos frentes, y por tanto el sentimiento mayoritario es que la economía seguirá expuesta a la incertidumbre provocada en ese flanco.

En este contexto, los economistas jefe consultados en el estudio del FEM prevén para 2024 una aceleración de la fragmentación geoeconómica (69%) y un nuevo empuje de localización de actividades económica (86%). Aunque los datos no reflejan un profundo movimiento de desglobalización, sí parece avanzas un patrón de reconfiguración de la globalización.

Inteligencia artificial generativa

Impresiona la preeminencia de la inteligencia artificial generativa en el programa oficial del FEM y de las actividades colaterales. Una auténtica revolución con un potencial inmenso que concentra la atención de líderes empresariales, políticos y tecnológicos.

Un informe publicado por el FMI en vísperas del inicio del FEM apunta a que, a escala global, un 40% de los empleos se verá afectado por la IA. En las economías avanzadas, ese porcentaje sube al 60%, debido a la prevalencia de empleos con actividades cognitivas elevadas. De ellos, señala el estudio, la mitad serán afectados de forma negativa.

Junto con la promesa de enormes ganancias de productividad, viene la amenaza de una gran disrupción del mercado laboral, de empleos destruidos. Los que creen nuevos no necesariamente aparecerán al mismo tiempo, y sobre todo no serán para las mismas personas. Hay pues, por delante, perspectivas de una difícil transición.

La percepción del acelerado cambio de escenario, en buena medida marcado por el avance e implementación de la revolución tecnológica, es tal que un informe de la consultora PWC apunta a que el 45% de los 4.700 CEOs de un centenar de países consultados afirman que, si no cambian el rumbo de sus empresas, estás dejarán de ser viables antes de diez años. Entre ellos, un 45% considera que la economía empeorará este año, y un 38% que mejorará.

Desigualdad

El informe del FMI señala también los considerables riesgos de que la revolución de la IA aumente la desigualdad, al premiar especialmente las elites que serán capaces de aprovechar el potencial positivo de la IA, ensanchando la brecha social.

En esta materia, Oxfam Intermón también ha publicado su tradicional informe sobre desigualdad en vísperas del FEM. Entre sus conclusiones, la ONG denuncia que las cinco personas más ricas del mundo han más que duplicado su riqueza desde 2020 (sumando un conjunto de unos 870.000 millones de dólares), mientras el 60% más pobre del mundo, -unos 5.000 millones de personas- han visto su posición deteriorarse.

Procesos electorales

Un extraordinario ciclo electoral tendrá lugar en 2024, con unos 70 países que reúnen casi la mitad de la población mundial que tienen previsto celebrar elecciones presidenciales o legislativas. En Davos se percibe la inquietud por los riesgos que la extrema polarización y la desinformación, potenciada hoy por el instrumento de la IA, suponen para la salud democrático. Se trata por tanto de otro factor de posible agitación.

Transición verde

Es, por supuesto, otro de los ejes central de nuestra época, y el programa del FEM lo sigue reflejando como en años anteriores con una programación notable en la materia. Se entrelazan en esta materia el objetivo fundamental -detener el cambio climático- con otros aspectos, como la pugna entre potencias y entre empresas por la primacía en las tecnologías clave, que se ve reflejada en fricciones proteccionistas, entre otros elementos. En esta clave también resultará interesante la presencia de la fuerte delegación china.

Entorno financiero

Es por supuesto otro de los escenarios clave. Las subidas de tipos de interés adoptadas después de la llamarada inflacionista causada en gran medida por la guerra de Ucrania ha alterado el escenario. De momento no se han producido las temidas fuertes turbulencias en materia de sostenibilidad de la deuda, en muchos casos acrecentadas por las políticas expansivas empleadas para superar el shock de la pandemia. Pero ello no impide que haya un estado de alerta al respecto, tanto que está prevista en Davos, al margen del programa oficial, una inusual reunión de más de cientos presidentes y CEOs de bancos, aseguradoras y firmas de gestión de activos.

Argentina

La presencia en Davos del recién elegido nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, y de una importante delegación de su Gobierno sin duda centrará la atención sobre el experimento ultraliberal de brutal recorte de las prestaciones de servicios público que el mandatario busca impulsar.

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