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El Black Friday empapa la economía: gimnasios, restaurantes o abogados se apuntan a los descuentos

Una ola de comercios y empresas de servicios se unen a la buena racha de ventas que arrastra esta fecha

Varias personas compran en una tienda que muestra carteles de rebajas del Black Friday, en Sevilla.
Varias personas compran en una tienda que muestra carteles de rebajas del Black Friday, en Sevilla.PACO PUENTES

Desde este viernes la economía se tiñe de negro. Si hace algunos años las grandes promociones del Black Friday eran parte exclusiva de las grandes líneas de ropa y las cadenas de electrónica, ahora no hay negocio que se resista al lenguaje del descuento. Están presentes en los escaparates de los gimnasios, en las tarifas de las teleoperadoras y hasta en los menús de los restaurantes. Se puede ver en los anuncios de clínicas dentales y de clases particulares e incluso en los trámites de extranjería. Gestionamos tu nacionalidad con el 30% de descuento, se lee en un aviso de una firma de abogados por internet.

La narrativa va infiltrándose poco a poco en todos los sectores. Las páginas web que ofrecen servicios de alojamiento en la nube disponen de planes con recortes en los precios y alguna casa de juegos en línea promociona “una apuesta gratuita de cinco euros” por registrarte desde este viernes. El fenómeno ha llegado incluso al mercado de lo estético. Una firma de cirugías exhibe rebajas de hasta el 60% por redes sociales y una tienda de cuidado personal expone en la web batidos para adelgazar a mitad de precio

Los clientes son cada vez más dependientes de la rebaja, explica José Luis Nueno, profesor de marketing en la IESE y titular de la Cátedra Intend HQ de cambios en el comportamiento del consumidor. “La mayoría sabe que, si se esperan un poco, pueden conseguir el mismo producto más barato”, explica el experto en retail. “El consumidor ya lo tiene casi todo y que puede esperar para comprar. De ahí, esta especie de urgencia de rebajar y descontar por parte de las empresas”, añade.

La fiebre también se ha colado entre vías. La empresa de transporte en tren de alta velocidad Iryo puso en oferta un millón de billetes a 11 euros y Oigo ofreció códigos promocionales que descuentan un 20% en la compra de pasajes para cualquier destino. Algo similar ha sucedido con las compañías aéreas como Iberia, Ryanair o Vueling. Esta última tuvo vuelos con destinos nacionales a 10,99 euros durante todo el día.

Desde el bufete Abogados España, que también se han decidido a aplicar descuentos, explican que su promoción para gestionar trámites de extranjería suele llamar la atención de muchos migrantes, que incluso puede pagar ahora y tramitar el siguiente año.

Todo apunta, sin embargo, a que está siendo un viernes negro con grises. Los comercios se encontrarán con compradores más reflexivos y cautos a la hora de pasar la tarjeta o de abrir su cartera. Con la soga de la inflación ahogando el presupuesto de las familias, cada vez hay menos espacio para los gastos discrecionales —aquellos destinados al placer y al ocio—, señalan los expertos. Además, la industria de la segunda mano va ganando terreno en todos los tramos de edades. De hecho, un estudio de KPMG apunta a que casi la mitad de compradores acudirán a este mercado para hacer sus compras de Black Friday.

Algunos comerciantes también se muestran temerosos de que el sistema de pagos con tarjeta presente problemas. El anterior fin de semana dejó de funcionar cerca de medio día y el jueves por la noche volvió a caerse durante varios minutos. Según Bizum, la fintech española líder en el envío de dinero, “son incidencias que no se espera que se repitan”. Al menos un 54% de los pagos en 2023 se hicieron con tarjeta, según la Plataforma Denaria.

Pese a todo, Nueno detalla que el Black Friday ha ido perdiendo fuelle desde que se instaló el Cyber Monday. Argumenta que los días de los grandes descuentos han aumentado en el calendario porque los vendedores quieren reducir el riesgo que conlleva que todas las compras se concentren en una sola jornada. De esta forma, reflexiona, disminuye el riesgo a que uno o dos días de mal tiempo, tráfico o concentración de los compradores perjudiquen las ventas. “Las cuatro semanas entre Black Friday y 23 de diciembre son las de mayor venta del año para todos los comerciantes”, subraya el profesor.

Vista de la Gran Vía madrileña con el alumbrado navideño.
Vista de la Gran Vía madrileña con el alumbrado navideño. Marcos del Mazo (LightRocket via Getty Images)

Aunque al final el Black Friday no deja de ser una antesala de las compras de diciembre, donde la industria textil mantiene el reinado. En Valladolid, Manuel Marcos, director de la tienda de ropa FoogaPlan, prevé una facturación de 100.000 euros, cuando en una semana corriente suelen vender entre 5.000 y 10.000. “Se nota mucho que la gente está comprando para Navidad”, explica el empresario. En Esenzia, una tienda de ropa en Sevilla, han tenido que reforzar la vigilancia con cámaras de seguridad y contratar a una persona que controle la entrada. “Había gente media hora antes de que abriésemos”, comparte uno de sus dueños. En promedio, los hogares españoles se gastarán 284 euros durante la fecha, según un sondeo de la plataforma Milanuncios.

Erick Galmarini, oriundo de una pequeña ciudad argentina y que acaba de hacer una compra para sus sobrinos, se sorprende al ver la euforia con la que se compra en España: “Pensé que solo sucedía en Estados Unidos”. Hasta los vendedores de top manta se han tenido que ir de Gran Vía antes de hora porque, comentan, no estaban seguros si podrían competir con los precios de esta jornada de compras.

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