El BCE advierte a la UE de que pone en riesgo la estabilidad financiera si no pacta las reglas fiscales
La institución avisa de que las subidas de tipos aún no se han trasladado del todo a la economía real
España encara la recta final de la presidencia del Consejo de la Unión Europea sin haber logrado cerrado todavía una de las grandes carpetas pendientes: la reforma de las reglas fiscales. Este año ya solo hay previsto un consejo de ministros de Finanzas (Ecofin), fijado para el 8 de diciembre, y la brecha entre Berlín y París sigue abierta. El Banco Central Europeo (BCE) ha tocado a rebato al urgir a los países a cerrar un acuerdo. “Las negociaciones en curso sobre la reforma de las reglas fiscales de la UE están generando una incertidumbre significativa”, indica el Informe de Estabilidad Financiera, presentado este miércoles por el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos. El documento señala que, en caso de que no haya acuerdo, los mercados podrían castigar a los países que están fuera de los parámetros del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Entre ellos, España, Francia, Italia o Bélgica.
La Unión Europea regresa a la disciplina fiscal el próximo 1 de enero de 2024, cuando se desactiva la cláusula general de escape que ha permitido mantener suspendidas desde 2020 las reglas que atan a los países al Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Sin embargo, los países han sido incapaces aún de alcanzar un acuerdo sobre las nuevas normas por la distancia entre Alemania, que pide más mano dura, y Francia, partidaria de una mayor flexibilidad. El BCE lo contempla con preocupación y advierte de que acabar el año sin acuerdo no es una opción. “Es crucial alcanzar un pacto sobre las normas fiscales”, ha advertido en una rueda de prensa Guindos, quien ha expresado sus temores de que la UE afronte el “peor escenario” posible: acabar el año sin una reforma.
El informe publicado este miércoles por el BCE indica que “no lograr un acuerdo rápido” y “establecer un marco fiscal creíble, transparente y predecible” podría crear “incertidumbre” y retrasar “indebidamente” el “ajuste fiscal necesario y el impulso para las reformas y la inversión”. Ese retaso, según la institución presidida por Christine Lagarde, podría traducirse en nuevos aumentos de las primas de riesgos en la deuda pública, especialmente de los países que puedan incumplir el Pacto de Estabilidad y Crecimiento y enfrentarse a procedimientos de déficit excesivo —es decir, quedar bajo la tutela de Bruselas— a partir del año que viene. “La buena noticia es que hay una buena situación en los mercados de deuda soberana”, ha añadido Guindos.
La falta de acuerdo en las reglas fiscales es otra incertidumbre más que amenaza la estabilidad financiera de la zona euro, en especial tras una subida de tipos histórica del 0% al 4,5% cuyo “impacto completo” todavía no se ha sentido en la economía real, según el informe. El BCE teme por dos nuevos elementos: el débil crecimiento económico —en parte provocado por la propia autoridad monetaria con las subidas de tipos— y el incremento de riesgos geopolíticos, que se han visto agravados por la guerra en Gaza. Si la economía sigue desacelerándose, Fráncfort cree que los ingresos de los hogares, las empresas y las administraciones acabarán resintiéndose y añadiendo más presión al panorama financiero. “Las débiles perspectivas económicas, junto con las consecuencias de la elevada inflación, están tensionando la capacidad de los ciudadanos, las firmas y los gobiernos para devolver su deuda”, ha apuntado Guindos.
Esos nuevos riesgos se añaden a los que el Viejo Continente venía ya arrastrando: el peligro de una mayor corrección en el sector inmobiliario, tanto en vivienda como en edificios comerciales, y las amenazas que entrañan la llamada banca en la sombra. A pesar de que el sector no bancario ha adquirido activos de mayor calidad, el informe apunta que estas instituciones siguen “vulnerables a los riesgos de liquidez, crédito y apalancamiento”. “Esto subraya la necesidad de reforzar su resiliencia desde un punto de vista macroprudencial”, apunta el documento publicado por el BCE.
El BCE ha señalado también que la inestabilidad puede llegar al sistema financiero. “La calidad de los activos de los bancos de la zona euro sigue siendo sólida, pero las tasas de impago y los atrasos de pagos están señalando signos incipientes de estrés”, ha apuntado el Eurobanco en el informe.
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