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Chocolates Trapa reduce las pérdidas a casi la mitad tras crecer las ventas un 43% en 2022

Europraliné, de la familia palentina Fernández Calvo, registra una facturación récord de 26,33 millones

C. Galindo
Chocolates Trapa
Fábrica de Trapa en San Isidro de Dueñas (Palencia).Angel Curiel

Europraliné, grupo propietario de Chocolates Trapa, avanzó en su recuperación el año pasado. La compañía palentina logró reducir casi a la mitad (de 2,7 a 1,66 millones de euros) las pérdidas tras conseguir una cifra récord de ventas, 26,33 millones, un 43% más que en 2021, según los datos depositados en el registro mercantil.

La familia Fernández Calvo compró la marca en 2013 con el objetivo de reflotarla, ya que ese encontraba en concurso de acreedores tras estar desde los años ochenta en manos del imperio Ruiz Mateos. Desde entonces, los nuevos dueños han invertido más de 30 millones para modernizar y ampliar el negocio, sobre todo sus instalaciones en Dueñas (Palencia), y, aunque no han salido aún de los números rojos, han logrado reducirlos considerablemente.

La empresa ha pasado de facturar 1,5 millones en 2013 a los 26,33 millones de 2022, aunque en el informe de gestión que acompaña a las cuentas anuales reconoce que está resultando complejo aumentar la cifra de negocio a mayor ritmo. “La sociedad ha centrado todos los esfuerzos en potenciar la labor comercial, sobre todo en alcanzar acuerdos comerciales con grandes clientes, y a través de ellos, alcanzar los niveles de facturación fijados para el ejercicio”, indica. “Si bien es cierto, la sociedad encuentra grandes dificultades para cerrar acuerdos con este tipo de clientes”, añade. “En otra línea de actuación, durante el ejercicio 2022 las ventas al resto de países de la UE se han incrementado con relación al ejercicio anterior, en detrimento de las ventas a países de fuera de la UE”, detalla. El 33% de las ventas procede del exterior.

Europraliné explica que está desarrollando nuevos productos para adaptarse a la demanda. Así, en 2021 señala que inició un “nuevo proyecto de investigación de nuevos productos cuyo objetivo era lanzar nuevas referencias al mercado en búsqueda de la diferenciación respecto al resto de sus competidores”. En 2022, siguió con este proyecto y lanzó nuevas referencias que, según asegura, “han tenido una buena aceptación y como consecuencia han contribuido al incremento de la cifra de negocios”. La empresa también explica que ha llevado a cabo una revisión de su política de costes y que estos se han reducido.

El resultado de explotación se situó el año pasado en unas pérdidas de 1,56 millones, frente a los 2,63 del ejercicio anterior, mientras el beneficio antes de impuestos pasó de unos números rojos de 2,7 millones a 1,6 millones. La empresa reconoce que “ha repercutido, en la medida de lo posible, los incrementos (de costes por el alza de los precios de las materias primas y de los suministros) al precio de venta”, pero añade que “el decalaje de tiempo entre la subida de precios de las materias primas y de los suministros y la aprobación de las nuevas tarifas de precios por parte de los clientes de la sociedad han hecho que el margen se haya visto reducido en ese tiempo”.

La suspensión de pagos del grupo Trapa, presentada en 2011, fue calificada en su día por el administrador concursal como una de las mayores estafas de España. El saqueo de la empresa acabó en una sentencia de inhabilitación por 15 años al empresario José María Ruiz Mateos, dueño de Nueva Rumasa, y a pagar 128 millones a sus acreedores, por declararle culpable de la crisis económica de la empresa. Finalmente, fue rescatada por la familia Fernández Calvo.

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Sobre la firma

C. Galindo
Es periodista de la sección de Economía. Ha trabajado anteriormente en Internacional y los suplementos Domingo e Ideas.
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