Garamendi alerta sobre la pérdida de peso de la economía europea y reclama menos regulación y mejor acceso a los fondos
El líder patronal recibe a Sánchez en la sede de CEOE para escuchar las propuestas de la presidencia española de la UE para las empresas
El presidente de los empresarios españoles, Antonio Garamendi, ha abierto este viernes las puertas de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, para que este presente en la sede patronal la propuesta estratégica para fortalecer la seguridad económica y el liderazgo global de la Unión Europea, de la presidencia española de la Unión Europea. El líder empresarial ha agradecido esta presentación “en primicia” de Sánchez y, especialmente, que esta haya sido en la madrileña sede de la CEOE.
Si bien este agradecimiento no ha estado exento de reclamaciones al diseño de las políticas europeas en materia económica. Entre las exigencias mencionadas por Garamendi están: una menor regulación; más facilidades en el acceso de las empresas a los fondos europeos; concluir la unión económica monetaria e impulsar la unión de capitales; así como profundizar en el mercado único, entre otras demandas.
Así, el líder empresarial ha comenzado diciendo que “existe una urgente necesidad de que la competitividad empresarial recupere la centralidad en las políticas de la Unión Europea, si de verdad se quiere fortalecer su economía y garantizar su liderazgo mundial”. De hecho, el presidente de CEOE ha asegurado que los empresarios “observan con preocupación la pérdida de peso económico de la UE” no solo respecto a países en desarrollo sino a los Estados más industrializados de la OCDE.
En este punto, ha facilitado algunos datos que ilustran esta pérdida de peso de la economía europea, recordando que en 2008, el PIB de la UE era de 17,2 billones de dólares frente a 14,2 billones del PIB estadounidense; mientras que en la actualidad la riqueza del país norteamericano es de 25 billones de dólares y la de la UE, de 18,9 billones. También ha llamado la atención sobre el hecho de que de las 2.500 mayores empresas mundiales, 822 son estadounidenses y solo 362 de la UE.
En total, Garamendi ha citado siete demandas empresariales concretas de cara a la presidencia española de la Unión Europea. Las tres primeras han sido “profundizar en el mercado único para conseguir, por fin, la plena libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas” dentro de la UE. En segundo lugar, ha pedido también “concluir la unión económica monetaria y dar un impulso a la unión de capitales”. Estos procesos son, en su opinión, “las claves para que las empresas europeas crezcan, tengan un mayor tamaño y acceso a un mercado de capitales más desarrollado”. Dicho esto, ha mencionado a las pymes “de las que hablamos siempre, pero luego las políticas para ellas quedan cojas”, se ha quejado.
5.000 páginas de leyes
Acto seguido ha sido el turno de las críticas hacia lo que considera “un exceso de regulación que está minando seriamente la competitividad de las empresas”. Ha asegurado que en los últimos cinco años se han generado 5.000 páginas de regulación europea, sin contar las nuevas normativas nacionales, autonómicas y locales en España.
En cuarto lugar, ha abogado por impulsar la innovación, un aspecto en el que la UE, que dedica el 2,3% de su PIB a este capítulo, también está por debajo de Estados Unidos y Japón, que destinan más del 3% a I+D+i, ha indicado Garamendi. Este impulso a la innovación —ha dicho— no depende solo de más inversión, sino de un cambio de enfoque en las normativas europeas “que pecan de un excesivo determinismo tecnológico y de una tendencia a la microgestión”, ha criticado el líder empresarial.
En cuanto a las ayudas a las empresas, el presidente de los empresarios españoles ha recomendado a las autoridades comunitarias “que no se entre en una competencia internacional de subsidios que sería dramática para la UE; pero que sí faciliten más el acceso de las empresas a los fondos existentes”.
Finalmente, Garamendi, ha apuntado la necesidad también de que las autoridades y empresas europeas afronten la brecha de conocimiento y habilidades en el mercado laboral que, ante los nuevos empleos exige formación continua y permanente, máxime en medio de la transición verde y tecnológica. Y, en último lugar, ha instado a la UE a concluir la firma y puesta en marcha de los acuerdos de la organización mundial del comercio y reforzar los acuerdos bilaterales, con el objetivo también de diversificar las cadenas de suministro europeas: “La UE no puede permitirse tesis autárquicas dada su gran dependencia energética y de materias primas con el exterior”, ha dicho.
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