La alemana Buch se impone a Delgado y presidirá el Mecanismo Único de Supervisión de la UE
El Parlamento Europeo deberá ratificar la decisión del Consejo de Gobierno del BCE
La alemana Claudia Buch, vicepresidenta del Bundesbank, ha sido la elegida este miércoles por el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) para presidir el Mecanismo Único de Supervisión (MUS), el organismo encargado de controlar a los grandes bancos de la Unión. La fortaleza de la candidatura germana se ha impuesto a la de la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, a pesar de que esta poseía un currículum técnico idóneo y había conseguido el aval unánime del Parlamento Europeo. Finalmente, Buch será la sucesora del italiano Andrea Enria.
“El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo nominó hoy [por este miércoles] a Claudia Buch para el puesto no renovable de presidenta del Consejo de Supervisión por cinco años, tras consultar con el Consejo de Supervisión”, ha comunicado el BCE. El relevo al frente del máximo organismo de supervisión bancario de la Unión se producirá el 1 de enero de 2024.
Delgado tenía sobre el papel el mejor perfil para el puesto y contaba incluso con el apoyo de los parlamentarios europeos. Sin embargo, esta recomendación no es vinculante. Además, en su dictamen, los eurodiputados no descartaron a Buch, sino que señalaron a la subgobernadora como su preferida. Esto es: pese a decantarse por la española, reconocieron que la alemana también era buena candidata. “Las opiniones de los coordinadores de Economía se compartieron con el Consejo de Gobierno”, añade la nota.
La decisión de este miércoles la han tomado en una votación secreta los gobernadores de los bancos nacionales y los seis miembros del comité ejecutivo del BCE, entre ellos la presidenta del Eurobanco, Christine Lagarde, y el vicepresidente, Luis de Guindos. “La mayoría [del consejo] se pronunció a favor de Claudia Buch”, explica el organismo. Para cerrarse el nombramiento, solo falta el visto bueno definitivo de la Comisión de Economía del Parlamento Europeo. Antes, la persona propuesta como presidenta participará en dicha comisión en una audiencia pública. Y es posible que algunos diputados europeos muestren en esa comparecencia de Buch su disgusto con la elección que ha tomado la cúpula del Eurobanco. Según algunas fuentes consultadas, podrían incluso bloquear el nombramiento, abriendo una crisis institucional.
El mecanismo único es un organismo muy importante porque supervisa a los principales bancos de la UE. La apuesta de España para hacerse con su presidencia perdió fuerza en las últimas semanas por varios motivos. Por un lado, ha pesado el despliegue que ha realizado Berlín para quedarse con esa silla. Según fuentes conocedoras de las negociaciones, los alemanes tenían un acuerdo con Italia para que les apoyara a cambio de su respaldo al nuevo miembro italiano del Comité Ejecutivo del BCE, que sucederá al también transalpino Fabio Panetta, que se marcha para dirigir el Banco de Italia. Y estos movimientos han contado con el beneplácito de Lagarde, lo que probablemente ha acabado de inclinar a favor de Buch la votación. Berlín perdía ahora tres cargos clave en la estructura comunitaria: las presidencias de la Junta de Resolución, el mecanismo de rescate y el BEI. Así que para los germanos era esencial asegurar este puesto. Y es muy difícil que el resto de Estados se lo niegue ante la pérdida de representación que está sufriendo el mayor país de los Veintisiete.
Tampoco ha ayudado a la candidatura de Delgado que Nadia Calviño, vicepresidenta primera del Gobierno en funciones, aspire a liderar el Banco Europeo de Inversiones (BEI). Al haber dos propuestas españolas en marcha al mismo tiempo, estas se perjudicaban entre sí. Según diversas fuentes consultadas, resulta muy complicado, casi imposible, que se entreguen dos puestos al mismo país de forma consecutiva. “Aunque un cargo es muy técnico y el otro más político, la cercanía de las fechas y el reparto entre Estados no ayuda”, señala una de estas fuentes.
La apuesta del Gobierno por Calviño ha hecho que se concentren los esfuerzos para recabar apoyos en esta opción y ha restado fuerza a las posibilidades de la subgobernadora del Banco de España. Entre otros motivos, porque España precisa del voto de los alemanes para el banco de inversiones y porque el éxito de la candidatura de Delgado habría mermado las opciones de la vicepresidenta Calviño de alcanzar el asiento del BEI. Las dos presidencias, la del BEI y la del MUS, no se podrían haber tenido, han indicado fuentes conocedoras de las negociaciones.
Además, en opinión del Ejecutivo, la candidatura al BEI era más factible al no tener que competir con los alemanes. Su actual presidente saliente, Werner Hoyer, es de hecho alemán. Eso sí, la batalla por el banco de inversiones no será fácil, ya que Calviño tiene como rival a Margrethe Vestager, vicepresidenta de la Comisión Europa, que se ha forjado una excelente reputación en su guerra contra las grandes tecnológicas desde su cartera de Competencia.
La decisión sobre el BEI empezará a discutirse este viernes y sábado, 15 y 16 de septiembre, en la próxima reunión de los ministros de Finanzas europeos que se celebrará en Santiago de Compostela. Aunque esta institución supone un importante canal de financiación para España, la presidencia del MUS representaba una gran oportunidad para tener una mayor influencia en la supervisión financiera, algo que las fuentes consultadas consideran más importante que el BEI, sobre todo tras la crisis de Credit Suisse. Berlín tendrá ahora esa posición en un contexto financiero complejo y en el que persisten algunas dudas sobre algunas de sus entidades.
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